Con este post no quiero retomar el tema de personajes que se salen del estereotipo de su clan, que ya ha sido abordado otras veces. Esta vez quiero diatribar sobre el propio estereotipo.
Desde que conocí Vampiro, siempre me llamó la atención que hubieran hecho un clan de artistas. Es algo que no se me hacía muy vampírico, nunca había visto a un vampiro pintor o un vampiro escultor antes. Me parecía una idea interesante para un personaje, pero un linaje completo dedicado a la producción artística lo veía demasiado focalizado, un corsé más estrecho que el del resto de los clanes.
Un poquito más adelante abrieron un poco el concepto. El Libro de Clan distinguía entre artesanos y farsantes. Estos últimos eran Toreador sin talento ellos mismos que al no poder aportar arte ellos mismos, se convertían en una especie de mecenas. Eran Toreador de segunda, la palabra en inglés, pretender, describe la idea más claramente, se referiría a alguien que se mueve por el mundo artístico fingiendo ser uno de ellos, pero sin talento real.
Si bien ya no todos eran artesanos, el clan entero era como una institución dedicada al arte, y todo giraba alrededor de ello. En algunos de los primeros libros se entreveía como una parodia del mundo underground de los artistas. Después de tantos años el concepto me sigue rechinando, y no se ajusta a ningún estereotipo de vampiro de la ficción, ni siquiera a aquéllos personajes que rápidamente idenitificamos como Toreador.
No, me gustaría que las descripciones del clan se acercaran más a esos monstruos hermosos, seductores y hedonistas, que es en la práctica lo que esperamos de un Toreador, y es algo que en realidad no va siempre unido al concepto de artista. ¿Pero cómo se articula un clan en torno a eso?
Para mí, la clave de lo que es ser un Toreador está en la sangre, en ese legado del Antediluviano que afecta a la psicología del personaje. Esto se manifiesta en el defecto de clan, ya sabéis, el quedarse embelesado y absorto al contemplar la belleza. Pero más allá de la mecánica, ese defecto nos cuenta algo de como es un Toreador por dentro, y como siente. La mecánica se activa con una tirada de Autocontrol al contemplar algo hermoso, pero esa peculiaridad del clan está siempre activa, forma parte de lo más profundo del ser de un Toreador. Puede que le haya llegado impuesta por la sangre, pero ya es inseparable del personaje, pues afecta a cómo percibe todo lo que tiene alrededor.
Esta cualidad del ser de un Degenerado es lo que yo llamo la lujuria de los sentidos. Como Louis al despertar tras el Abrazo, los sentidos Toreador perciben el mundo con gran detalle, también con una profundidad que va más allá de la definición de la imagen. Mientras los otros vampiros ven el mundo con ojos cansados y despreocupados, el Toreador no deja de fascinarse por todo lo que le rodea: las tonalidades de la luz, las ondulaciones de la voz, lo ominoso de las sombras, el tacto suave, o áspero, de un material. No pasa sólo cuando ven arte, es una forma de contemplar que está siempre ahí y se aplica a todo, incluso a lo aparentemente desagradable.
Más allá de la debilidad que impone, los Toreador se deleitan en esta visión. Contemplar cualquier mínimo detalle con sus finos sentidos calma a su Bestia y les distrae de precupaciones y remordimientos. Es un vicio, uno que consumen en cada momento. No es de extrañar por tanto que los Toreador busquen la belleza paso tras paso. Pero no tienen por qué ser obras de arte, también pueden ser paisajes, personas o incluso experiencias e historias.
A pesar de las apariencias, los Toreador se parecen a los Brujah más que a ningún otro clan. No vuelcan sus impulsos hacia la furia, pero por lo demás están movidos por la misma fuerza de la pasión. No hay nada más hermoso, ni nada que te haga sentir más vivo, que la pasión. Los Toreador son capaces de planes extremadamente intrincados, pero pueden abandonarlo todo por un momento de pasión, o de berrinche.
Pero para entender qué son los Toreador también tenemos que saber quiénes son los Toreador. Y quienes son dependen de a quién eligen y por qué. Para empezar, el Abrazo no es siempre ni la mayoría de las veces calculado friamente. Los Ventrue sin duda meditan profundamente y ponderan todos y cada uno de los factores y consecuencias. Los Toreador no es que practiquen el “aquí y ahora” de los Brujah, pero la pasión hace surgir la idea, y la idea se convierte en obsesión, y el alma no descansa hasta que, aunque sea mucho tiempo después, el Abrazo se consume, en demasiadas ocasiones trayendo después el remordimiento cuando las cosas no salen exactamente como se habían imaginado. Considerando esto, no es raro que los retoños sean a menudo personas bellas y/o interesantes por su forma de ser, capaces de despertar el interés y sacar al sire de su mentalidad calculadora.
Incluso cuando el Abrazo es meditado y por interés, los candidatos al Abrazo se acercan a patrones parecidos. Hay que entender el rol social de los Toreador en la Camarilla y la forma en la que ejercen el poder. Mientras los Ventrue acaparan las posiciones políticas y los Tremere se hacen necesarios con sus artes, los Toreador han encontrado una forma más sutil de dominar la sociedad. Las voces de los Degenerados determinan quién es alguien con prestigio y quién un pringao, con quien conviene relacionarse y con quién no. Los Ventrue han entendido muy bien esto y cultivan muy buenas relaciones con los Toreador, los Tremere no y todos les desprecian (ver los Estereotipos cruzados entre esos tres clanes en el libro de Segunda Edición).
Considerando esa forma de ostentar el poder, el sire calculador busca un chiquillo que vaya a aumentar su prestigio. Además, dentro de su clan, o será sometido al ostracismo, dentro y fuera de la línea de sangre. Por tanto los chiquillos atractivos, física e intelectualmente, abundan también entre los Toreador.
Visto así, las características que definen al clan serían la belleza física, las personalidades originales, los arrebatos pasionales y la búsqueda del placer sensual (que, como hemos visto, puede venir de la simple contemplación), además del cultivo extremo de las relaciones sociales y el elitismo.
El arte es una característica natural también, la búsqueda de la belleza acaba también por llevar allí. Pero para mí es una dimensión secundaria del clan en vez del factor que lo define.