Libro de las Ahrimanes: Historia

El primer capítulo del Libro de las Ahrimanes es, como es habitual, el de la historia. A continuación una narrativa dentro de personaje contará el origen de las Ahrimanes y cómo han llegado hasta hoy día. Aunque el capítulo sobre “ser Ahrimanes” vendrá en el futuro, en este se puede ir anticipando muchos de los principales temas de la Línea de Sangre.

Capítulo Uno: Historia

El sonido del tambor era casi ahogado por los gritos extásicos y gruñidos salvajes. Muchos grupos habían terminado con los ritos oficiales y más solemnes del festival, y algunas manadas se dispersaban para que sus miembros buscaran nuevas actividades y ritos de su interés con hermanas afines fuera de sus cofradías. Para muchas Ahrimanes, esto significaba empezar a llevar la celebración a su lado más salvaje.

María conducía a Davinia esquivando a las hermanas que iban de un lado a otro buscando un rincón en los alrededores de la finca en el que poder desarrollar una nueva actividad cómodamente. Davinia miraba a un lado y a otro, solía evitar a sus hermanas para no traerles sus propios problemas, pero sentía deseo y envidia por la celebración.

Se agacharon para entrar en un tippie, donde había ya dentro otras tres mujeres. En el centro había unas brasas que calentaban un cuenco con una mezcla que desprendía aroma de sangre y peyote.

─ Hola ─saludó María, y las otras respondieron─. Os presento a Haughty Pilgrim.

Davinia saludó a las demás con gestos. Eran su familia, pero el tiempo alejado de todo ese mundo hacía que estuviera nerviosa. Una de las mujeres habló:

─ ¿Así que has venido a escuchar un cuento?

─ ¡Un cuento no!─ respondió Davinia con brusquedad.

─ Pilgrim quería saber más sobre nuestros orígenes, Darlene. Y yo le dije que nadie más que tú para contar una buena historia.

Darlene era una mujer menuda de mirada despierta y una boca que cuando no reía parecía estar a punto. Se podía adivinar en ella origen mestizo entre anglosajón e hispano. Davinia se percató rápidamente de las miradas de complicidad entre la narradora y María, lo que le puso a la defensiva. Parecía como si toda la comunidad Ahrimán pretendiese arrebatársela.

La narradora con movimientos lentos mojó el dedo en la mezcla del centro, y después lo pasó por su lengua extendida. Miró a María y Davinia con ojos brillantes y sonrisa pícara, mientras jugaba con el resto entre las yemas de sus dedos.

─ Muy bien ─continuó─, prepárate para escuchar una historia de odio, de guerra, de redención, de magia, de libertad. Así nacimos las Ahrimanes.

Primeros tiempos

Cuando Caín fundó la Primera Ciudad… es broma. La mayoría de las antologías vampíricas se retraen a los mitos de Caín y su ciudad para explicar su origen. Algunos cuentos de esa ciudad no son malos, aunque a mí han acabado por cansarme.

Es muy complicado decir cuándo empieza nuestra historia. Pudo haber sido cuando Caín sintió celos de su hermano, cuando Lilith dio a luz a Ennoia o, antes aún, cuando los hombres vivían en las cavernas y los chamanes les comunicaban con dioses y espíritus. Pero yo mi historia la voy a empezar mucho más tarde, en los albores del Renacimiento en un pueblecito llamado Thorns.

Allí reunidos los peones de las criaturas más antiguas y viles de la Tierra, hicieron un pacto para poner a todos los vampiros bajo su yugo y exterminar a aquéllos que no vivieran bajo sus preceptos. A lo mejor esas no fueron las palabras exactas, pero hay que saber leer entre líneas. Nació la Camarilla.

No sé si habéis tenido la oportunidad de escuchar a un neonato de la Camarilla hablar del agresivo Sabbat que crece y crece y quiere matar a todos y robarles el territorio. Pues en los primeros tiempos era al revés: la Camarilla creciendo desde un grupejo de “Vástagos” que se escondían a una todopoderosa secta que dominaba Europa entera mientras perseguía y exterminaba a todos los que no eran de su club, especialmente los Sabbat y Anarcas.

Mientras estos últimos eran exterminados, el Sabbat se veía obligado a refugiarse en unas pocas ciudades muy bien defendidas: Madrid, Estocolmo y no sé qué más. Pero, claro, unas pocas urbes no pueden contener a toda la población de vampiros de una secta, así que los Lasombra y Tzimisce y unos pocos antiguos de las antitribus cogieron sitio, y dejaron fuera todos los que no cabían, para ser exterminados.

A todo esto, ocurre algo providencial, Europa descubre América, aunque más bien sería América la que amargamente descubriría a Europa. Para la Camarilla la noticia fue aburrida, los “Vástagos” sólo querían dominar a cuantos vampiros pudieran y exterminar a los demás, y en América no había vampiros, o eso creían. Para los Lasombra y Tzimisce, el continente americano tampoco era de mucho interés, ellos estaban suficientemente seguros en sus fortalezas como para arriesgarse a irse a otro país. Además, desde su punto de vista la nueva tierra (que no era nueva, eran ellos los que se acababan de enterar de que existía) tenía poblaciones subdesarrolladas y pocas ciudades.

Pero para los demás era cruzar el océano o ser aplastado por la Camarilla. Así que se metieron en barcos y, aquellos que pudieron superar el hambre sin ser descubiertos y asesinados por los marineros, escaparon a la brutalidad de la Camarilla. Y fueron felices y vivieron en paz y armonía en su nuevo hogar.

Guerra y más guerra


Davinia escuchaba malhumorada y tenía que hacer esfuerzos para evitar refunfuñar. María era una ignorante en todo lo que al Sabbat se refiere, pero ella había estudiado el Código de Milán y las hazañas de los primeros Sabbat, y encontraba que la historia de Darlene estaba llena de imprecisiones en aquellos puntos que ella podía conocer. ¿Qué utilidad podría sacar de este relato si todo tenía la misma fiabilidad? Vio la cara de María, concentrada y fascinada por la historia y se puso de peor humor.

Jaja, no, eso es lo que tendría que haber pasado. Los Sabbat, una vez se creían seguros, fueron víctimas de la maldición de Uriel. ¿No la conoces? ¿No has oído tampoco el cuento de la Torre de Babel, cuando Dios confundió las lenguas de los hombres para evitar que se unieran y alcanzasen el cielo y se hicieran igual a Él? Pues el mito de Babel está inspirado en la verdadera historia de la maldición de Uriel. Esta historia sí se remonta a la Primera Ciudad, donde Caín vivía felizmente casado con Zillah (después de cortar con Lilith), y tenía ya nietos, los poderosos y temidos Antediluvianos. Los dioses vieron el poder de los Cainitas y los temieron, dándose cuenta de que terminarían alcanzando el poder divino y destronando a los mismos dioses. Por eso, el dios de la muerte, Uriel, maldijo a los Cainitas con la discordia. Eternamente discutirían y guerrearían por la cuestión más nimia, de forma que los Cainitas nunca serían una fuerza unida.

Gracias a Uriel, cuando nuestros amigos por fin se libraron de la persecución de la Camarilla, en vez de aprovechar la ocasión para construir una nueva sociedad pacífica, no encontraron otro pasatiempo mejor que empezar a darse tortas entre ellos.

No era una cosa sólo nuestra, allí todos se pegaban por un cachito de terreno, pero la crudeza de la guerra entre los Antitribu Gangrel no tenía igual dentro del Sabbat. Ni fuera.

He oído que la riña venía de muchos siglos atrás, una disputa bizantina en Constantinopla entre un Gangrel Rural y uno de los casi desconocidos hasta entonces Gangrel Urbanos sobre qué linaje era mejor o sobre cualquier otro tipo de conflicto. El caso es que la tontería fue escalando con los siglos, y un siglo después de la llegada de los españoles y sus acompañantes no muertos tenía el cariz de guerra abierta y sangrienta, que bien estuvo a punto de partir al Sabbat en dos, o terminar de desintegrarlo.

Y eso que en las primeras noches no se llevaban mal. Los Gangrel Rurales sufrieron un éxtasis difícil de imaginar al encontrar tanto territorio virgen. Muchos de los pueblos indígenas eran supervivientes nómadas que vivían en la naturaleza, por lo que constituían excelentes reclutas. Los Gangrel Urbanos se quedaron con los españoles, o bien se extendieron entre pueblos más urbanos. Pese al tópico que tienen muchos gringos, en América había ciudades, muchas de las cuales maravillaron a los recién llegados, como Tenochtitlan, que era mayor que cualquier ciudad europea y terminó convirtiéndose en la sede del Sabbat.

Pero los Gangrel de uno u otro lado se expandieron demasiado, y terminaron tocándose de nuevo. El conflicto también podría haber estado recrudecido por disputas tribales, prejuicios mortales acarreados aún después del Rito de Creación. Los Gangrel, como otros Sabbat pero más que ninguno, habían adquirido rasgos y planteamientos de las culturas indígenas, más que nada porque muchos lo eran. Irónicamente, la absorción de los Gangrel de estas culturas pudo haber contribuido a su desaparición, al abducir a los mejores y más puros miembros de estas comunidades, y meter en líos a las demás.

Sea como fuere, la guerra golpeaba brutalmente afectando al Sabbat y a los mortales que lo sustentaban. Las cuantiosas bajas tenían que ser rápidamente repuestas, y los rebaños menguaban y menguaban.

Y es en esta situación cuando llega Muricia.

Muricia

Nuestra no tan legendaria fundadora Muricia era una Gangrel Rural, española como tú, envuelta como todos en el sangriento conflicto. Muricia era consciente de la futilidad y daño de la guerra. Puede que fuese una visionaria pacifista, o puede que más miembros del Sabbat compartieran su punto de vista, pero daba igual. Los Vincula que unían a los Sabbat con lazos de lealtad les forzaban a participar en las trifulcas, aunque sólo fuera por proteger a sus compañeros. Muchos de los que empezaban forzados por los Vincula acababan de todo corazón en la guerra, fuera porque los otros les habían matado a un ser querido, porque ellos habían matado el de otros y entonces eran los demás los que buscaban venganza, o simplemente por verse atrapado en los engranajes del conflicto.

Existen varias ironías cósmicas en todo esto. Por un lado, la Vaulderie la creó el Sabbat para romper los Vínculos de Sangre y evitar que los Antiguos les involucrasen en sus Jyhads. Por otro, los lazos que debían procurar la lealtad eran los que estaban asegurando la guerra y la división, e imposibilitando la acción de cualquiera que quisiera parar la sangría.

Muricia intentaba alejarse de todo esto cuanto podía, pero tarde o temprano los Vincula la llamaban de nuevo a defender a su sire y hermanos en cualquier batalla. Asqueada de todo esto, buscaba y rebuscaba la forma de librarse de lo que le parecían unas cadenas. Aunque ella misma tenía cultura española y cristiana, había escuchado suficientes historias sobre la magia de los nativos de boca de sus consanguíneos. Decidió que esa magia debía de ser capaz de romper los Vincula.

A lo largo y ancho de las tierras de Norteamérica, Muricia entró en contacto con chamanes nativos, algunas veces a través de otros Gangrel, nativos ellos mismos, otras veces haciendo pactos de protección o suministros mágicos (nuestra sangre es un poderoso reactivo), conocimiento o cualquier cosa que los chamanes pudieran exigir. También es cierto que muchos de los hechiceros no quisieron tratar con ella o incluso la combatieron por prejuicios contra su estado no muerto.

Finalmente Muricia, tras probablemente pagar una multitud de favores, consiguió los conocimientos necesarios y los chamanes que obraran el milagro. Y no sólo consiguió romper los Vincula, también se había obrado una profunda transformación sobre su propio ser. Había recuperado parte del color de la vida, su sangre era más roja y había perdido la propensión a adquirir rasgos animales, aunque conservaba los rasgos felinos de antes de su metamorfosis. Muricia ya no era Gangrel.

Lo mejor de todo es que su nuevo estado le permitía algo imposible para el resto de los Cainitas: aprender la magia de los chamanes. Es como si estuviera más cerca del mundo de los vivos. Con entusiasmo, Muricia usó los contactos que había adquirido para ir desarrollando Spiritus: la hechicería de sangre que permitía relacionarse con el mundo invisible.

El semblante más vital y la afinidad con artes que normalmente sólo pueden realizar los vivos han llevado a más de una a preguntarse si Muricia era otra cosa la que estaba intentando. Recordando que todo empezó como forma de evitar el conflicto de los vampiros, hay quien ha especulado que la salida era dejar de ser uno de ellos.

En cualquier caso la rotura de los Vincula y la transformación desde Gangrel a otra cosa le permitieron salir de la espiral de violencia. Muricia no pudo poner fin a la guerra, pero consiguió al menos no formar parte de ella.

Una conexión con el pasado



─ ¡Ésa no es la historia que me contaste! ─protestó María.

─ ¿Eh? Ah, sí, a ti te conté la de la cueva ─respondió la narradora.

─ ¿Pero esto qué es? ─protestaba Davinia─. Será una historia o la otra. ¿O ninguna es cierta?

─ Lo que acabo de contar es la historia que generalmente se cuenta, supuestamente la relatada por Muricia. ─Miró después al resto de Gatas presentes, buscando complicidad y secreto─. Pero una hermana me contó lo que había visto en una Búsqueda Espiritual, y arroja dudas sobre el verdadero origen de nuestro linaje y sus poderes.

Durante el trance, la Ahrimán se vio a sí misma como Muricia paseando por un bosque, que por sus árboles y plantas bien podría ser europeo. Vestía ropas de hombre de corte medieval. Caminó por la arboleda cuando encontró por casualidad un montículo, similar a un túmulo o un lugar de enterramiento pagano. Una gran roca tapaba la entrada, pero Muricia utilizó la portentosa fuerza de los vampiros para quitarla de en medio. Caminando sin problema por la oscuridad gracias al brillo de sus ojos, avanzó por la tumba hasta encontrarse en el centro de la misma.

Allí, sobre una losa de piedra y en perfecto estado, se encontraba el cuerpo de lo que sólo podía tratarse de una Cainita anciana. En vez de ropa, vestía unas extrañas runas pintadas en sangre por todo su cuerpo.

Sin vacilar ni precipitarse, Muricia hundió sus colmillos en la Antigua, que en todo momento mantuvo un semblante sereno. Tras consumir su poder por completo, sintió como su percepción se expandía, y era capaz de presentir el mundo invisible.

La Ahrimán que vio esto en su búsqueda estaba convencida de que Muricia había obtenido sus poderes robándolos de un vampiro anciano. Después tal vez buscase expandirlos por medio de los chamanes, pero la base la consiguió de ese episodio. La verdad es que no tengo razones para esperar que me mienta.



─ Me cuesta creer que Muricia asesinase así a alguien indefenso ─declaró María─, y más cuando podría haber tenido tanto que enseñarle.

─ Muricia era una Sabbat ─replicó Pilgrim─, y eso es lo que cualquier Sabbat habría hecho al encontrar un vampiro antiguo.

─ Pero creo que os estáis empeñando en dar a la revelación una interpretación literal ─siguió María─. La vampiresa de la visión estaba desnuda y serena, lo que puede representar que no se defendía y estaba abierta. Las runas pueden representar saber arcano, y la roca del principio tal vez sea una metáfora del esfuerzo por conseguirlo. Toda la visión podría significar que lo que hizo Muricia fue rescatar un poder y un conocimiento más antiguo que ella misma.

─ Quizás estás proyectando sobre Muricia una forma de pensar demasiado humana.

María pareció herida por el comentario y Davinia lo lamentó al instante. Trató de hacer pasar el momento incómodo:

─ Lo que no me queda claro en ninguna de las historias es cómo Muricia puede crear la línea de sangre si, o bien es transformada por hechiceros, o saca su poder de la sangre de otros Cainitas.

El Tercer Nacimiento

Qué paradoja. Muricia consiguió librarse de los Vincula que la unían a su antitribu y al resto del Sabbat, para encontrarse que estaba sola y necesitaba a seres afines a ella. O puede que fuera el instinto maternal que hasta los vampiros masculinos suelen poseer.

Por supuesto, Muricia había hecho contactos entre la comunidad, decreciente por cierto, de chamanes nativos. Pero ni eran de su sangre, ni eran parecidos, ¿cómo podían comprenderla aquellos que aún vivían bajo la luz del sol y se alimentaban de comida, envejecían y tenían familias? Tampoco podía volverse hacia sus hermanos Sabbat, eso significaría enredarse de nuevo en la Jyhad que asolaba la secta. Muricia necesitaba hijas.

¿Y por qué no? Si los chamanes mortales pudieron purificarla y transformarla, ella, que ahora poseía poderes similares, podría hacer algo parecido. Todavía tardó décadas en desarrollar sus poderes al máximo para poder crear un ritual de este calibre, pero nuestra Gran Jefa es una criatura de voluntad incansable. Al final encontró a otra Antitribu Gangrel dispuesta también a cortar sus lazos y abandonar el ciclo de guerra: Felicity, la segunda Ahrimán.

Ignoro si Felicity fue iniciada con el mismo rito del Tercer Nacimiento que usamos hoy en día, probablemente se usaba menos parafernalia. Pero si no era igual la forma, los fundamentos esotéricos seguro que sí.

Pronto entre ambas reunieron y reclutaron a otras Gangrel que pasaron por sus Terceros Nacimientos. Estaban en el ocaso de la Primera Guerra Civil del Sabbat, un tiempo lo suficientemente pacífico como para poder buscar reclutas, pero con las suficientes hermanas hastiadas del conflicto como para querer buscar algo distinto y más pacífico.

Muricia y sus hijas formaron una manada, que llamaron la Lucha de Ahrimán, reflejando que el conflicto en el que estaban interesadas era en el interno de cada una hacia la superación espiritual. Durante mucho tiempo fue la única manada de la nueva línea de sangre, llegando a tener un tamaño totalmente desproporcionado. Con el tiempo, fueron conocidas como las Ahrimanes o Ahrimanas.

La pregunta de siempre es: ¿por qué Gangrel y por qué mujeres? Puede que el ritual no funcione sobre gente de ese grupo o puede que Muricia buscase vampiras afines a ella. Pero yo creo que la mujer ha estado desde siempre más cerca de la naturaleza y del mundo de los manitús, como también los Gangrel son el clan más fiel a su bestia y al mundo natural (además del más mutable y versátil). Si lo quieres ver de esta manera, las candidatas a ser Ahrimán están bien orientadas a nuestra cosmología triple: vampiras para dominar el Mundo del Hombre, Gangrel para el Mundo de la Bestia y femeninas para el del Espíritu.

Pero puede que haya alguna razón más social. Gracias a las restricciones de Muricia en nuestra comunidad hay entendimiento y armonía. Si hubiéramos introducido a hombres, esto no podría ser así, porque los tíos tratan siempre de tomar el poder de donde estén. Pasa en el mundo mortal y pasa con los no muertos. ¿Cuántos Príncipes y Arzobispos son mujeres? Ciertamente, muchos cargos destacados son vampiras, pero la gran mayoría sigue siendo hombres. No se trata de una menor capacidad o de un prejuicio que impida a las mujeres progresar. Ellos simplemente son problemáticos, competitivos y ambiciosos, y en nuestro Pueblo no habría paz si tuviéramos que estar pugnando todo el tiempo para evitar que copasen el poder.

Pero dejemos de hablar de tíos, que hay mucho más que contar sobre nosotras.

La Senda de la Armonía

La paz que trajo el Pacto de la Compra, o más bien el agotamiento de las fuerzas del Sabbat, propició una época de desarrollo intelectual y espiritual dentro de la secta. El Sabbat ya había renunciado a la Humanidad y había creado las Sendas de Iluminación, pero en este período muchas terminaron de formularse y otras se revisaron.

Entre los primeros ciudadanos del Sabbat, los Bestiales habían formado un grupo poderoso. Este colectivo practicaba una filosofía de acercamiento y comprensión a la Bestia y a la naturaleza del vampiro. A pesar de ser una presencia constante, no habían hecho demasiados esfuerzos por codificar formalmente su código moral, ya que eran informales y desorganizados por naturaleza, y ni podrían haberse puesto de acuerdo en las minucias, ni estaban interesados en hacer congresos y largos debates al respecto.

Desde la llegada a América una ideología particular estaba extendiéndose entre los Bestiales. El factor determinante fue la incorporación de nativos americanos pertenecientes a culturas animistas a la secta. Las ideas de armonía con el mundo y equilibrio natural se unieron con algunos desarrollos filosóficos del hombre blanco, creando una ética de equilibrio: el vampiro con el humano, el individuo con el mundo, el cuerpo con el espíritu, etc.

La Senda de la Armonía fue la primera rama filosófica de los Bestiales en ser codificada formalmente, y en tener una estructura que facilitase el estudio y el progreso. La Senda ganó la enemistad inmediata de otros Bestiales, que consideraban anatema la noción de cultivar el lado humano del vampiro. Sin embargo, la facilidad y eficacia que proporcionaba el cuerpo teórico y práctico de la Senda propició que ganase adeptos más rápidamente que cualquier otra corriente de la Bestia, al menos en las Américas.

Muricia se vio atraída inmediatamente por las filosofías armonistas. Ella pertenecía a viejas ramas de los Bestiales, las que promovían el salvajismo y el rechazo a lo humano, pero el trato con los chamanes y otros indígenas habían cambiado su perspectiva, y más teniendo en cuenta lo que supone el contacto con el Mundo del Espíritu. La Lucha de Ahrimán estaba desarrollando sus teorías filosóficas y teológicas, y encontraron en la Senda de la Armonía un excelente referente que les permitía explicar y equilibrar las distintas facetas.

Por tanto, no es que las Ahrimanes inventasen la Senda de la Armonía, pero la formación del Pueblo fue simultánea al nacimiento de aquella filosofía, y gran parte del desarrollo de nuestra propia identidad está enlazado de forma inseparable a la Senda.

No obstante, las Ahrimanes entendemos la Senda de una forma algo distinta a muchos de sus otros practicantes, por la sencilla razón de que tenemos perspectivas fuera del alcance de los demás. En vez de centrarse en el equilibro entre el humano y el vampiro, las Ahrimanes buscan equilibrar los tres mundos en que vivimos: Humano, Bestia y Espíritu. En vez de preocuparse tan sólo por el entorno natural, la Ahrimán debe respetar y venerar también a los manitús y su orden particular.

Esto no quiere decir que nosotras sigamos una Senda distinta. Aunque algunas prácticas y visiones teológicas sean diferentes, seguimos los mismos preceptos y fundamentos que el resto de Armonistas, y nuestra ética tiene poco diferente en la práctica. He oído que en los Necronomistas los hay que son materialistas y racionales, y los hay que veneran a la muerte. Pues esto es tres cuartos de lo mismo.

La Senda de la Armonía vivió su época dorada en el siglo XIX, pero no tardó en encontrar problemas. Cuando el Sabbat volvió a tener fuerza, se volvió contra la Camarilla en una furia que era la reacción a siglos de persecución. Con esto, el Sabbat se volvió aquello contra lo que había luchado, una secta monstruosa dispuesta a aplastar todo lo que no pudiera dominar.

En el nuevo y enérgico Sabbat había poco espacio para las medias tintas y las consideraciones amables, y mucho menos para todo aquello que se pudiera considerar humano. Los Armonistas encontraron muchos problemas tratando de encontrar equilibrio en una secta que exigía que sus miembros demostrasen su dedicación haciendo sacrificios en el altar de la monstruosidad.

Los Bestiales habían estado ocupados tratando de hacer frente al crecimiento Armonista, y vinieron con una codificación de su propia ideología: la Senda del Corazón Salvaje. A la reinterpretación inhumana del Sabbat le pareció mucho más apropiada esta filosofía, y la estuvieron promoviendo como una de las Sendas orgánicas de la Secta.

En este ambiente difícil, los números de la Armonía cayeron en picado. Muchos practicantes encontraron imposible compatibilizar ambas facetas, desertando del Sabbat o de la Senda. Muchos ni siquiera habían estado convencidos para empezar, y abrazaron otra cosa en cuanto hubo formulación y estructura para facilitar el avance. Otros Armonistas cayeron en enfrentamientos fanáticos entre ambas Sendas, en los cuales las Bestias generalmente tenían más fácil el apoyo de los demás. El número de nuevas incorporaciones también fue mínimo, pues las ideas armonistas se habían convertido en estigma.

Hoy en día la Senda de la Armonía es una anécdota dentro del Sabbat. Afortunadamente, nuestro entorno es aislado y mucho más solidario, de manera que somos la mayor comunidad Armonista que queda en el Sabbat o fuera de él.

─ Hablas del Sabbat como si no pertenecieras a él.
Davinia había estado escuchando, pero no le habían sentado demasiado bien las referencias al Sabbat. Como practicante devota del Código de Milán, no llevaba bien el desapego y hasta desprecio que dejaba traslucir Darlene.

─ Bueno, estamos en el Sabbat y no estamos, Pilgrim. Vivimos entre nosotras, nos relacionamos entre nosotras y no nos involucramos en la Secta. Nuestra separación del cuerpo principal nos ha permitido aislarnos de la barbarie y brutalidad que ha abrazado el Sabbat.

─ Tonterías. He luchado junto a mis Hermanas y sé que su ferocidad y violencia no tienen nada que envidiar a cualquier manada de antitribu.

─ Sí, respondemos con violencia a las intrusiones y agresiones, pero es sólo porque es la única manera de hacernos respetar y que nos dejen llevar nuestro modo de vida, que por lo demás es bastante pacífico.

─ No creo que todas las nuestras estén de acuerdo contigo. ¿Insinúas que nuestra pequeña comunidad es más importante que el futuro de toda nuestra raza? Si yo no he perdido la perspectiva, la Gehenna todavía se aproxima y no esperará a nadie, ni los Padres Hambrientos pasarán de largo por nuestras mansiones. ¿Pretendes que combatamos con palabras amables a aquellos que sirven a los Antediluvianos? ¿Quieres que coexistamos con aquellos que trabajan para llevarnos al matadero?

Davinia se detuvo cuando la mano de María se apoyó sobre la suya. Parecía incómoda y consternada por el tono que había adquirido la conversación.

─ No hemos venido a discutir sobre el Sabbat ─medió─. ¿Continuamos hablando de las Ahrimanes?

Davinia hizo el esfuerzo por reprimir su indignación, y aceptó que sería mejor evitar reñir con Darlene. Por el momento.

La expansión

A principios del siglo XX la Lucha de Ahrimán, la primera manada, había crecido hasta un tamaño poco manejable. Por aquel entonces las Hermanas no tenían conciencia de línea de sangre, la manada era todo lo que había y abarcaba todos los aspectos de las Gatas. Muricia era la madre, guía, jefa y chamán, y dirigía con sabiduría todas las acciones.

A pesar del temor de la Gran Jefa ante la separación, la situación no se sostenía. Hacía un par de décadas que la manada se había mudado a Ormuz, una mansión en el oeste de Virginia para que pudiera servir de refugio a todas, pero ya incluso allí eran demasiadas. La caza era también un problema, porque con una población rural y dispersa, las Ahrimanes se hacían la competencia unas a otras. La única solución para mantener la manada habría sido dispersarla por el territorio, manteniendo una cohesión menor y reuniéndose sólo para la celebración de ritos, pero eso era lo contrario de lo que Muricia y las suyas querían.

Finalmente no hubo más remedio que tomar la temida decisión de dividir la manada. Para evitar una sensación de expulsión, la Lucha de Ahrimán se disolvió, y se formaron unas pocas manadas nuevas, y se eligió que Ahrimanes seguirían siendo todas. Muricia formó la suya con las Gatas más veteranas, las Raíces del Pueblo. Yo creo que no era por elitismo, sino por escoger un criterio totalmente objetivo de forma que no se crearan suspicacias ni rencillas sobre quienes deberían acompañar a la Gran Jefa. Las demás manadas se formaron de manera más flexible, pero se procuró que hubiera una Chamán veterana y bien instruida en cada una.

El proceso fue complicado y requirió mucha deliberación, pero se hizo de la forma más ágil posible. Hubo que distinguir entre ritos de manada y los ritos Ahrimanes, señalar cuáles eran los principios básicos de la línea de sangre, y cómo ésta se las arreglaría para permanecer unida. Muricia y su manada se reservaron la autoridad de mediar y vigilar por la unidad de todas nosotras.

Las manadas resultantes siguieron el modo de no-vida que habían aprendido. Se expandieron por todo el sur de Estados Unidos, ocuparon mansiones similares a Ormuz, practicaban los ritos y controlaban a mortales para asegurarse la seguridad. Con el tiempo han nacido unas pocas manadas más, y los modos de vida se han diversificado mucho, pero seguimos siendo una de las comunidades vampíricas más unidas y cohesionadas.

Las distintas manadas mantienen bastante autonomía, pero las Ahrimanes incluso cuando no nos llevamos bien sabemos que somos Hermanas y nos dejamos el pellejo para defendernos de los de fuera. Las reuniones anuales mantienen el contacto, mientras que Muricia y las Raíces nos han tenido siempre ocupadas, sugiriendo estudiar esto o lo otro, controlar a tal peón o averiguar cierta información, asegurándose que el Pueblo sigue fiel a un propósito. Somos posiblemente la familia de vampiros más unida que existe.

Y así llegamos a hoy en día, en el que las Ahrimanes se han expandido por todo el Sur de los Estados Unidos y hay incluso manadas que viven de forma nómada, aunque normalmente viajando entre nuestros territorios.

El plan



Davinia estaba seria y un tanto decepcionada con el relato. La narradora se daba cuenta:

─ ¿Qué pasa? Creía que te interesaba nuestra historia.

─ No es eso ─contestó─. Lo que ocurre es que no termino de entender lo que quería saber.

─ ¿Y qué es?

─ Bueno ─Davinia estaba preocupada por cómo sacar un tema delicado sin provocar escoceduras─. Es que he escuchado muchas veces la idea de que Muricia no pretendía sólo hacer una comunidad, que en realidad dirigía a nuestro Pueblo hacia un propósito más concreto. Y ahora que no dejan de oírse rumores e historias extrañas sobre nosotras, estoy preocupada y me pregunto cuál puede ser. Esperaba que repasar nuestra historia diera un sentido a esto, pero no has hablado casi nada sobre ese supuesto propósito.

─ Una aficionada a las conspiraciones, ¿no? Claro que hay muchas habladurías al respecto, te diré lo que sé.

Para abonar todo tipo de teorías hay dos factores. Por un lado, nos encantan las historias, son nuestro pasatiempo favorito. Yo misma soy una narradora, aunque sea más aficionada a los cuentos fantásticos. El otro factor es Muricia, que es a la vez una figura muy cercana pero también enigmática y reservada para ciertos asuntos.

Tan misteriosa es nuestra Madre que una puede ver su historia y mirar a dos personas distintas. Una es una vampira perdida que se ve envuelta sin querer en una guerra, encuentra por casualidad a los chamanes y va capeando el temporal hasta que averitua cómo formar su Línea, a la cual va protegiendo en reacción a los cambios del mundo alrededor.

La otra Muricia es totalmente distinta. Es una Cainita que cruza el océano y recorre el continente en busca de un ritual que le permitiría controlar ciertos poderes. Que, viendo que sola no puede con todo, recluta a otras como ella para que les ayuden en sus investigaciones y sus propósitos. Que llegado el momento, dispersa a las suyas en busca de nuevos conocimientos y vías, sin dejar de mantener el contacto y coordinar todas las ramas de sus descendientes.

Sea la verdadera una Muricia o la otra, ninguna o las dos, la Gran Jefa es una presencia constante. Cualquier noche puede aparecer y compartir una velada con las presentes, por placer o para intercambiar información, dejándoles o no algún encargo. No era raro que a veces se lleve a alguna aparte y le haga alguna petición sin revelársela a los demás. Muricia ha dirigido los desarrollos de Spiritus, reclutando talentos nuevos y encargando estudios a las Chamanes adecuadas. Durante dos siglos animó a las Ahrimanes a que estuvieran aisladas del resto del Sabbat, pero la apertura reciente a nuevos territorios, a colaborar más con el Sabbat y hasta integrarse en otras manadas e incluso en la Mano Negra ha sido en buena medida incitado por ella.

¿Son todas estas cosas parte de un gran plan concebido antes de que los europeos llegasen a nuestro continente o simplemente es una reacción a las necesidades de los nuevos tiempos? No lo sé, lo único que te puedo admitir como cierto es que Muricia planifica y, la mayoría de las veces, calla, o quizás comparte sus planes sólo con las Hermanas de su manada. En mi opinión, tan sólo cambia con los tiempos y busca para nosotras lo mejor. Si existe un plan maestro, no tengo ni idea de cuál puede ser, ni nadie más en todo el Pueblo Ahrimán, así que supongo que sólo el tiempo nos dará una respuesta.



─ Pero ─dijo Davinia, todavía no demasiado conforme─. ¿Qué hay de esos rumores de la desaparición de Muricia, el exterminio de las nuestras, el viaje colectivo al mundo etéreo, los Nefi-nosecuántos y todas estas historias que circulan sobre nosotras?

Darlene llenó sus carrillos de aire antes de soltar un sonoro “¡Buf!”.

─ Eso, Hermana mía, es un tema largo y complejo.

La misteriosa desaparición de las Ahrimanes

[FUERA DE NARRACIÓN]

No sé si conociste las Ahrimanes en los tiempos previos, pero es casi seguro que ya las habrás leído como un linaje extinto porque desapareció inexplicablemente.

Las Ahrimanes aparecieron por primera vez en la Guía del Narrador del Sabbat, previa a la Segunda Edición del juego. Para cuando fue a publicarse la Tercera Edición o Revisada, Mark Rein·Hagen se había tenido que desvincular del juego y Justin Achilli tomó las riendas, introduciendo bastantes cambios, muchos de ellos de forma bastante drástica, como exterminar de un plumazo a todos los Antitribu Tremere.

Todos estos cambios (o la gran mayoría) se hicieron por una técnica habitual en White Wolf, que es algo así como un retrocontinuidad dentro de universo. ¿Qué significa? Que en vez de decir “Los Malkavian tienen Dementación” y que haya sido siempre así, se inventan una historia rocambolesca por la cual los Malkavian cambian de disciplina.

En el caso de las Ahrimanes, la línea les sobraba por algún motivo, y decidieron hacerla desaparecer literalmente. Es decir, dentro del Universo las Ahrimanes se esfumaron. No se sabe a donde fueron, si es que se fueron, no hay rastros de violencia, no hay nada. El caso es que les importaba tan poco que ni tan siquiera buscaron una historia con la que cerrar la línea de sangre.

Esta técnica de retrocontinuidad dentro de universo produce en muchos casos, particularmente en esto, resultados bastante malos. No sólo supone un tremendo cabreo para los jugadores y fans de las Ahrimanes (o de los Antitribu Tremere, o de quien toque), sino que ni siquiera soluciona el problema, porque se hace necesario seguir mencionando la línea y dar explicaciones. Si las Ahrimanes desaparecieron porque no se veía viable un grupo de vampiresas chamanes dentro del Mundo de Tinieblas, ahora tenemos un mundo donde sí existieron (por tanto son posibles), y no sólo tienes que explicar lo que eran, sino que además tienes que ir dando explicaciones de cómo desaparecieron. Resultado: el problema, suponiendo que hubiera alguno, no desaparece sino que se incrementa.

Si querían sacar a las Ahrimanes del juego, lo lógico era simplemente no haberlas mencionado más. Si alguien pregunta, la respuesta sería tan simple como: “El nuevo material revisado no cubre a las Ahrimanes porque no se consideran apropiadas para el juego. Dejamos a cada cual la libertad de incluirlas en sus crónicas, pero no desarrollaremos nada nuevo sobre ellas”. Esto hubiera permitido ahorrarse la línea sin cabrear a sus seguidores (o no cabreándoles tanto) ni tener que arrastrar explicaciones. Esto hubiera sido tratar a los lectores como adultos, opción bastante recomendable ya que los que pudiéramos conocer la Guía del Narrador del Sabbat éramos adultos o nos faltaba poco.

Pero si estás leyendo este libro lo más seguro es que no te estés planteando tomar la opción explicada, sino hacer algo con las Ahrimanes. En vez de elegir un sólo rumbo de acontecimientos, te proponemos una serie de opciones para que elijas aquélla con la que te encuentres más cómodo o la que sea más compatible con tu crónica.

No ha pasado nada

Las Ahrimanes siguen en sus territorios, bajo la dirección de Muricia y la línea no es muy grande pero goza de buena salud. Básicamente la situación es la misma que cuando se desarrolló la Guía del Narrador del Sabbat (aunque ampliada con la información que proveemos).

Esta es la opción que toma este libro. Esto significa que si tomas alguna de las otras opciones, has de considerar que los relatos y contenido que aparecen son de antes de 1998, o la fecha que elijas para los cambios drásticos de la línea.

Todas las explicaciones las puedes usar como ambientación o como trama para una crónica.

Las Gatas descabezadas

El texto oficial describe que se encontró desierto su enclave en Virginia del Sur, que según la versión de este libro sería la villa Ormuz, sede de la manada de Muricia.

Según esta opción, sólo esta manada habría desaparecido. La ausencia de Muricia puede tener algunos efectos interesantes. La situación anterior da una sensación de mayor certeza y seguridad, al existir la fundadora y estar accesible a preguntas, peticiones, etc. Las Ahrimanes de después tendrían que encontrar una forma de gobierno, posiblemente un consejo de ancianas, pero es mucho más fácil la disensión sobre el propósito, curso de acción y plan de las Ahrimanes cuando no hay una voz tan clara y con tanta autoridad como aquélla que creó la línea.

Esta opción es la que toma el libro de Mark Antill, y nosotros íbamos a tomar la misma por lo explicado antes, pero decidimos que era más neutral presentar a las Ahrimanes antes de cualquier cambio que elegir una opción que contradice en cierta medida el material oficial.

Las explicaciones sobre la desaparición de Muricia siguen siendo tan ambiguas como siempre. Pueden haber sido aniquiladas, pueden haber viajado a la Umbra para una búsqueda espiritual, pueden haber partido para una misión secreta, pueden haber sido secuestradas por Ahrimanes renegadas, o cualquier cosa que puedas imaginar. Puedes crear una situación de misterio y hacer una crónica alrededor de la explicación que elijas.

Pero una cosa importante que deberás decidir es: ¿avisaron las desaparecidas de a dónde iban o están el resto de las Ahrimanes tan desconcertadas como los demás?

Mudanza

Las Ahrimanes no están en sus territorios de siempre, no han sido vistas por ahí. Pero bien podrían haberse mudado a otro territorio, lejos de donde se las veía. Aquéllos que vivían cerca de los territorios Ahrimanes han notado su ausencia, pero sus nuevos vecinos no se han percatado de su presencia o las han visto pero no las han identificado como Ahrimanes, entre otras cosas porque es una línea muy poco conocida, o nada conocida si hablamos de territorio Camarilla.

Los motivos para su mudanza pueden ser varios: ocurrió una catástrofe espiritual que hacen que encuentren sus tierras hostiles, se enteraron de una incursión de enemigos contra ellas (Lasombra o Antitribu Gangrel, por ejemplo), quisieron desertar del Sabbat, etc.

Los nuevos hogares de las Ahrimanes también pueden ser muy distintos: México, Canadá o parte norte de EEUU, Sudamérica, África, etc. Preferiblemente se trataría de lugares donde pudieran encontrar reductos de cultura chamánica.

Ya estamos de vuelta

Si el Narrador por algún motivo desea respetar al máximo la historia oficial, pero aún así poder disponer de las Ahrimanes, hay una opción que destaca por su sencillez. En 1998 las Ahrimanes se fueron. En el siglo XXI, vuelven otra vez. Por supuesto aún queda por decidir a dónde fueron y por qué, y qué les ha estado reteniendo tanto tiempo.

Sea donde fuera que las Ahrimanes se marcharon, una crónica puede tratar de su regreso a los Apalaches o cualquier otro lugar que elijan como hogar.

Extinción real

Si vas a decidirte por seguir el material oficial en cuanto a este tema, aún puedes ambientar una crónica en las circunstancias que llevan a la desaparición de la línea. Por supuesto, tendrás que inventarte una explicación como las que hemos ido mencionando, y darle a la historia un sentido de completitud, de manera que no quede como una partida que se corta bruscamente de forma anticlimática.

 

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