Para el público general se ha convertido en un tabú. Para algunos grupos es un evento habitual tomado a la ligera. Para otros, una realidad desagradable más como el asesinato o la injusticia. Este artículo da mi punto de vista y algunos consejos sobre el nefario acto de la violación cuando ocurre en la ficción de una partida de rol.
En la realidad
La violación es uno de los crímenes más repugnantes que existen. Está considerado socialmente al mismo nivel, o incluso peor, que el asesinato. No voy a entrar en una discusión sobre si es peor matar o violar, pero creo que todos podemos estar de acuerdo en que se trata de un acto atroz.
Desgraciadamente, es tan malvado como común. Sólo en España se producen unas tres violaciones diarias (que puedan ser contabilizadas oficialmente). En la trata de personas con fines de prostitución, es una forma de someter a las recién llegadas. En las bandas criminales más violentas, una violación grupal es parte del rito de iniciación para mujeres. En las guerras es algo asumido e inseparable de la contienda, cometido y consentido también por los ejércitos que a veces consideramos los buenos del conflicto. En algunos lugares forma parte de una deleznable guerra entre etnias, y las agresiones suelen alcanzar grados de brutalidad que dejan atrás el placer del agresor para centrarse en la destrucción de la víctima.
Cuando hablamos de este fenómeno no es algo para tomar a la ligera. Nada de lo que se dice en este artículo pretende trivializar este tema.
En la ficción
Cuando una violación aparece en un juego de rol estamos hablando de un suceso ficticio perpetrado por una persona ficticia sobre una víctima ficticia. Como ocurre cuando aparece en un libro o una película, no es malo de por sí, es malo dentro de la ficción, pero no hay nada malvado en el Narrador que la relata (o el jugador, si ese acto entra en consonancia con el personaje).
Como hemos dicho, la violación es desgraciadamente tan común como otros tipos de violencia. No hay motivos para que cualquier crimen pueda aparecer o incluso ser ejercido por los personajes, pero ése en particular no. Por supuesto, el Narrador y los jugadores son libres de elegir qué temas quieren tratar, pero el tabú actual que veta el tema de cualquier mesa equivale, a mi modo de ver, a invisibilizar el problema.
Dicho esto, el cómo se representa puede decir mucho también. Igual que en una película o un libro, la violación puede presentarse como un acto de brutalidad, o puede banalizarse o incluso presentarse con morbo. Aunque todavía vería exagerado decir que esto es malvado, al menos sí diré que no es correcto.
Respecto a la manera de narrarlo, en la mayoría de los casos es mejor usar un fundido en negro, o hacer descripciones breves e imprecisas. “La toma por la fuerza” nos permite saber lo que está pasando sin especificar cómo, por dónde y todos los detalles escabrosos. Una descripción más precisa y detallada podría transmitir toda la brutalidad de lo que está sucediendo, pero puede ser muy desagradable para muchos jugadores.
Violar a un personaje jugador
Por todo lo dicho anteriormente, una agresión sexual está entre las muchas cosas que podrían pasarle a un personaje jugador, especialmente si es una mujer. No obstante, piénsatelo bien antes de permitir que esto le pase a uno de tus jugadores.
Para empezar, he puesto un énfasis en muchas cosas porque para algunos Narradores, desgraciadamente, es un recurso repetido. Si hay un personaje femenino va a ser violado. Y eso sí que no se corresponde con la realidad. En estos casos, es probablemente el morbo lo que está llevando a estas escenas, y deberíamos replanteárnoslo muy seriamente.
Pero incluso si la violación resultara evidente, hay motivos para usar un poco de narrativium para evitarla. Imagina la situación, una mujer (el personaje) es capturada por una banda de criminales, asesinos y saqueadores. Lo más normal que pasase sería que sufriera los abusos sexuales de sus captores.
Pero ahora piensa en la jugadora (o jugador). Sufrir una escena de violación es muy desagradable. Es una escena de gran impotencia donde tendrías que pedirle al jugador que hiciera o dijera cosas que no sirven de nada, probablemente nada de lo que pudiera intentar funcionaría y aún así se sentiría obligado a seguir revolviéndose, y lo único que puede hacer realmente es interpretar la angustia y sufrimiento. Si la inmersión es suficiente, puede ser algo demasiado desagradable. He interpretado escenas parecidas que me han dejado mal cuerpo durante un día o más.
Además, para muchas mujeres la violación supone un evento muy traumático. Es decir, no acaba tras el acto sexual, sino que marca al personaje al menos durante bastante tiempo. Esto puede obligar al jugador a llevar al personaje por caminos que no había planteado ni quiere.
Ahora súmale que el miedo a ser violada existe en muchas mujeres, pues en su vida común han de vivir contidianeamente situaciones en las que podrían estar a merced de un asaltante. Si alguien tiene ese miedo de forma profunda una escena como ésta puede suponer mucho.
Por tanto, antes de someter a tu jugador a una violación, asegúrate de saber que no va a pasarlo muy mal y consiente en jugar una escena de ese tipo. Si no tienes esa seguridad, una resolución más intervencionista o menos realista es preferible al riesgo de hacérselo pasar mal al jugador a niveles que no conoces.
El personaje jugador como agresor
También puede ocurrir que el personaje del jugador no sea la víctima sino quien perpetra el acto.
En el Mundo de Tinieblas a veces llevamos a personajes bastante grises moralmente. A veces son directamente monstruosamente malvados, como los vampiros del Sabbat.
Si permitimos a nuestros jugadores que sus personajes roben, hieran, maten, torturen o esclavicen con su sangre a personas a las que destrozan la vida; no hay un motivo sagrado para no permitirles realizar este acto igualmente terrible.
Pero por la naturaleza sexual del acto y el miedo cultural de muchas personas, es un tema especialmente sensible. Considera evitarlo si no conoces bien a toda la mesa.
Si eres el jugador y vas a hacer algo así, es mejor que antes de nada declares lo que pretendes que el jugador haga. El Narrador puede decidir mencionarlo por encima o permitir que lo describas. Pero incluso con el consentimiento del Narrador, practica la empatía para ver si va a incomodar a otros jugadores.
Al revés, si el Narrador te pide una descripción y esto te incomoda, lo mejor es que lo digas directamente. “Creo que mi personaje haría esto, pero no quiero describirlo”.
Si eres tú el Narrador tendrás que usar criterios parecidos para permitir que un jugador describa la acción o no, incluso podrías llegar a hablar con el jugador si quieres vetar que esto ocurra. Si vas a hacer que pase algo que evite el acto, es mejor que seas honesto y expliques que estás forzando la historia porque no quieres que esto pase en tu historia.
La violación en el trasfondo de un personaje
La violación el trasfondo de un personaje femenino es un tópico tan habitual como tener a los padres asesinados lo es para un héroe de acción. Como éste, a menudo es una manera rápida y socorrida de añadir drama al trasfondo del personaje. Pero está muy trillado.
Es cierto que en ciertos entornos marginales y en ciertas vivencias, los abusos sexuales son desgraciadamente comunes. También es cierto que es la forma más recurrida cuando un hombre quiere hacer daño a una mujer, o que asaltantes que trabajan en grupo, como sodados, bandidos o saqueadores, suelen animarse o reforzarse a hacer esto cuando tienen ocasión.
Pero si no es una de estas situaciones considera buscar algo más original. Hay muchas cosas malas que le pueden pasar a un personaje femenino, las mujeres a menudo se quejan de que los autores elijan siempre la misma.
Si vas a introducir este elemento en la historia de un personaje, en primer lugar pregúntate si es lógico y necesario. Si lo es, contempla bien todos los aspectos de la vivencia: cómo le ha afectado ser víctima, si se ha recuperado o cómo, o qué miedos puede guardar aún. Si ser violada no ha marcado al personaje de forma significativa, es un poco gratuito mantenerlo en la historia. Y, por supuesto, describe el evento como el crimen y el abuso que es, y no caigas en el morbo.
Sobre la violación y muchos otros tópicos en los personajes femeninos, es impagable la charla de Magda: Perspectiva femenina del rol.
Por último, un recordatorio. La gran mayoría de las víctimas de violaciones son mujeres, pero también hay niños y hombres que sufren el sexo por la fuerza (normalmente por parte de otros hombres). El tema de los hombres violados ha sido muchísimo menos explorado.
Y hay mucho que explorar. Mientras las mujeres violadas sufren a menudo cierto miedo, vergüenza, incluso el ostracismo en ciertas sociedades, un hombre victimizado de ésta manera sufre otras formas de rechazo social relacionadas con los patrones tradicionales de masculinidad. Dicho de forma más sencilla, un hombre que sufra esto es visto como menos hombre y es sometido a vergüenza e incluso ridiculización (toma por ejemplo los recurrentes chistes sobre la pastilla de jabón en la cárcel). Cómo un hombre lidia con esto puede ser un tema interesante.
La violación como fetiche sexual
Aunque una violación en la realidad es una experiencia terrible, al mismo tiempo es uno de los fetiches sexuales más extendidos.
Vídeos, libros y cómics de corte erótico la representan a menudo en distinto grado. Y mucha gente fantasea con eso. No sólo hombres. Los vídeos sobre violaciones (simuladas) están entre los favoritos de las mujeres en pornhub. Una mujer me contó que le gustaba simular esto en la cama. Es una fantasía común que forma parte de un fetiche más amplio que es el de la dominación/sumisión.
Lo de simular es muy importante. Las personas a las que les pone esto no disfrutarían si sufrieran una violación real, de la misma forma que un sumiso BDSM no disfrutaría de que le dieran una paliza en la calle.
Paradójicamente, aquí lo más importante es el consentimiento. Cuando se juega a esto en la cama, hay una escenificación de no consentimiento, pero en realidad hay un consentimiento entre los practicantes. De hecho, lo más importante es que la “víctima” tenga alguna forma de expresar cuándo algo no le está gustando, sea una palabra de control o simplemente un tono o mirada diferente.
Cuando se lee este tipo de erotismo, el consentimiento es entre el escritor y el lector. Se supone que quien lo lee esperaría eso. Si no, puede llevarse una sorpresa desagradable, pero aún tiene la opción de dejar de leer.
Presta atención a esa última idea, porque en una partida de rol eso no es tan fácil. Es cierto que siempre existe la posibilidad de que un jugador incómodo levante la mano y diga que no quiere seguir con esa escena. Pero no es fácil, la vergüenza, el miedo social o la estupefacción le pueden dejar sin defensas y terminar tragando con algo que le desagrada mucho. Incluso si usáramos el sistema de tarjetas, existe la posibilidad de que el jugador no se atreva a “cortarle el rollo” a los demás.
Mi consejo general, por tanto, es que no lo intentes. Una vez un “máster” me dijo que tenía preparada una violación para mi personaje femenino. Me dio asco porque no había ningún motivo para que eso le ocurriera, por tanto sabía que era solamente algo para su disfrute. Y el asco no es precisamente la emoción que quieres despertar a tus jugadores.
Es un terreno muy resbaladizo, y tienes que estar muy seguro de que conoces a tus jugadores antes de deslizarte por esa pendiente. Mejor aún, asegúrate de contar con su consentimiento.
Otra consideración importante sobre la violación como fantasía sexual en la ficción, es que suele circunscribirse a obras de género específicamente erótico, donde el realismo suele ceder el paso al morbo. Las fantasías de dominación/sumisión se basan en que la persona sumisa realmente desea que el acto sexual ocurra. Si introduces el fetiche en una partida “seria”, tendrás uno de estos dos inconvenientes:
- Será un acto sexual brutal contra una persona que no lo desea, lo cual no tiene nada de excitante.
- O se implicará que la víctima desea ser violada, lo cual en una ficción seria es una banalización del acto.
Si realmente te interesa este tema, una forma de superar los problemas del consentimiento y el contexto es montar una partida erótica online donde se avise explícitamente qué temas y fetiches pueden aparecer. El medio escrito, como el rol por foro, es con toda seguridad el más adecuado, pues no supone la timidez de verse las caras, y el anonimato puede crear una mayor confianza para explorar temas sexuales.