Jiāngshī: los vampiros saltarines

El mito de vampiros predominantes en China y su esfera cultural es el de los jiāngshī, cadáveres que se alimentan del chi de los vivos y se mueven impedidos por el rigor mortis. No tienen verdadera voluntad, así que se mueven bien dominados por el hambre y sus impulsos, bien bajo el control de un hechicero. No se trata por tanto de los Kuei-jin, sino otra criatura emparentada con ellos.

Estos cadáveres animados pueden ser oponentes exóticos y formidables para un grupo de jugadores, probablemente como esbirros de algún otro personaje que los controla. Funcionarían muy bien, por ejemplo, en una Crónica de Mago al servicio de un hechicero taoísta o un Wu Lung. A continuación se ofrecen descripción y reglas para que se puedan usar. Las ideas están relacionadas con Estirpe de Oriente, pero con este artículo no es necesario leer ninguno de los libros de la serie.

Los jiāngshī, son el tipo de vampiro más conocido en el folkore del Este Asiático. Es conocido como kyonshī en Japón, gangsi en Corea y cương thi en Vietnam, entre otros países. Los vietnamitas, por ejemplo, distinguen entre esta criatura y el ma cà rồng, término que usan para referirse tanto a un tipo de vampiro autóctono, como a los vampiros de estilo europeo.

La mitología ofrece diversos orígenes para estos vampiros, llamados saltarines por la forma en la que el rigor mortis les hace moverse, pero la abundante filmografía china ha establecido que generalmente son creados y controlados por hechiceros, a los que obedecen siempre que los mantengan bajo control con sellos y plegarias.

White Wolf reutilizó el nombre para varias cosas muy tangencialmente relaciondas. A continuación ofrecemos una adaptación bastante fiel al mito de esta criatura.

Jiāngshī y Kuei-jin

Los Jiāngshī no son Kuei-jin, aunque comparten características con este tipo, más común, de vampiros.

El alma humana está, de acuerdo con la creencia china, dividida en dos partes: el Hun y el Pò. El Hun es el alma elevada y racional, mientras que el Pò contiene los impulsos básicos y animales.

Tras la muerte, el Hun y el Pò deberían separarse. El Hun es inmortal, y por tanto pasa de una reencarnación a la siguiente, o termina trascendiendo ese ciclo. El Pò sin embargo está vinculado al cuerpo, y se queda en él mientras se va desintegrando para perecer para siempre (de ahí que nuestros impulsos naturales sean temer a la muerte).

En los Kuei-jin, los vampiros autóctonos de Asia, el Hun y el Pò se reúnen en el cuerpo no muerto, actuando de forma aproximada como la Humanidad y la Bestia del vampiro.

La principal diferencia es que en el Jiāngshī solamente el Pò, la Bestia, está presente en el cuerpo, por lo tanto se mueven tan sólo por el Hambre u otros impulsos, y son incapaces de razonamiento salvo los más básicos.

Los Jiāngshī se parecen a Kuei-jin sin Hun y desequilibrados hacia el Yin, la energía de la muerte. También se pueden confundir fácilmente con chih-mei, la mente hambrienta dominada por el Pò en la que despiertan los Kuei-jin recién resucitados.

Orígenes

Los Jiāngshī pueden surgir espontáneamente cuando un cadáver recibe grandes cantidades de energía yang, por estar enterrado por donde pasa una línea dragón, o en un lugar donde el sol se concentra, o algún otro tipo de accidente místico. No obstante, este fenómeno es muy poco común, y cuando ocurre generalmente la criatura es encontrada por los Kuei-jin, quienes intentan primero entrenarlo y terminan destruyéndolo pensando que es uno de los suyos que no tiene la voluntad suficiente como para salir de su estado bestial.

Casi todos los Jiāngshī que existen tienen un origen menos casual. Hace cientos de años se descubrieron rituales que podían alzar el Pò de una persona y reanimar el cadáver, así como controlarlo para servir al hehicero. Los primeros en desarrollar esta técnica fueron sacerdotes taoístas, que alzaban cuerpos de personas que morían lejos de su hogar y les hacían caminar hasta sus lugares de origen para recibir ritos funerarios apropiados y encontrar la paz. No tardaron en aparecer quienes aprovecharon la ferocidad de estas criaturas para convertirlas en poderosos sirvientes.

Hoy en día es una práctica difícil y arriesgada, por la dificultad de mantener el cadáver o moverlo lejos de los ojos de la sociedad humana, pero algunos hechiceros se toman el tiempo para crear y entrenar estas criaturas, ya que pueden llegar a convertirse en esclavos bastantes fuertes.

Rasgos

Sin capacidad de raciocinio, los Jiāngshī no tienen sentido como personajes de los jugadores, pero aquí se dan los rasgos que se necesitan para usarlos como antagonistas (o esclavos) de los mismos.

El rasgo más importante es la puntuación de Pò, que representa la fuerza del alma irascible que anima el cadáver. La puntuación inicial del Pò depende de que el sujeto hubiera llevado una vida malvada o violenta que hubiera hecho crecer a la Bestia dentro de él.

Persona normal0
Mala vida sin crímenes de sangre, o temperamento fuerte1
Persona muy violenta, o que cometió algún asesinato2
Persona acostumbrada a matar o a ejercer crueldad3
Los casos más sanguinarios4

Este valor inicial puede ir creciendo, ya que conforme el Jiāngshī lucha, se alimenta o usa sus poderes, el Pò se va desarrollando.

Rabia (chi demoníaco)

Este rasgo es la furia primitiva que alimenta los poderes de los vampiros saltarines. El máximo es la puntuación permanente de Pò. Se rellena cada noche, y también se incrementa cada vez que la criatura es herida (pierde al menos un nivel de salud).

Aunque los Kuei-jin lo llaman chi demoníaco. No se trata de chi auténtico, no se puede tratar como chi ni como quintaesencia, y no es susceptible a la Esfera mágica de Cardinal.

Atributos

El cuerpo no muerto sufre algunos cambios en la reanimación. Los Atributos se basan en los que tenía la persona cuando estaba viva.

  • Fuerza y Resistencia: ganan un +1.
  • Destreza y Percepción: Se reducen a la mitad (redondeando hacia arriba) por el rigor mortis, el deterioro de los órganos sensoriales y la disminución de la capacidad mental.
  • Apariencia: En los muertos recientes no cambia, pero en los que tardaron en reanimarse o en aquellos que no se conservan bien (por medios místicos), la carne se pudre y se reduce a 0.
  • Resto de Atributos: 0

Habilidades

La criatura reanimada no retiene las Habilidades de la persona que fue. La mayoría de las tiradas de Habilidad fallarán automáticamente (ningún Jiāngshī es capaz de conducir).

No obstante, para aquéllas cosas que la Bestia pueda hacer por puro instinto, como Pelea, Alerta o Sigilo, el cadáver usa su puntación de Pò.

El Narrador debería aplicar penalizaciones adicionales donde sea apropiado, como un +2 a la dificultad de Sigilo en una tarima de madera, ya que el rigor mortis dificultaría el moverse en silencio.

Disciplinas

Un Jiāngshī puede emplear de forma instintiva los poderes del Pò, a los que los Kuei-jin llaman Disciplinas Demoníacas.

Un Jiāngshī recién creado tiene tantos puntos en Disciplinas, repartidos a discreción del Narrador, como puntuación inicial tenga de Pò. Con el tiempo y el uso, las Disciplinas pueden incrementarse. Los poderes del Jiāngshī son personales de cada criatura, y el hechicero no tiene ningún control sobre qué disciplinas desarrolla su esclavo.

La puntuación en una Disciplina nunca puede exceder la puntuación de Pò.

A continuación incluyo un resumen de las principales. Para más detalles, ver Estirpe de Oriente.

Viento Negro

Por un punto de Rabia, el Jiāngshī obtiene tantas acciones extra o éxitos en Fuerza como su puntuación en la Disciplina. Por ejemplo, si tiene 3 puntos en Viento Negro, por un punto de Rabia puede tener 2 acciones extras y éxito automático en Fuerza (o cualquier otra combinación).

No se pueden gastar más puntos para ganar más acciones extra o éxitos de Fuerza en el mismo turno.

Mutación Monstruosa (Shintai Demonio)

Por 3 puntos de Rabia, el vampiro saltarín acomete una transformación corporal, que dura tres turnos.

El cadáver gana un punto en cada Atributo Físico. Se gana otro más por cada nivel de la Disciplina por encima de 1.

Además del incremento en los Atributos, cada nivel en la Disciplina otorga un rasgo monstruoso, como dientes afilados, garras, lengua prensil, miembros alargados, o cualquier otra cosa apropiada. Los efectos concretos se dejan a la imaginación y juicio del Narrador, aunque hay ejemplos en Estripe de Oriente.

Aunque los Kuei-jin obtienen variadas formas de demonios cuando usan esta Disciplina, los Jiāngshī no han pasado por el infierno y por tanto eso no se refleja en ellos. Bajo el uso de esta Disciplina, simplemente la carne está más hinchada y más tensa, los ojos parecen que se van a salir de las cuencas y las venas se marcan como vetas oscuras bajo la piel.

Dureza Cadavérica (Montaña de Hierro)

Por un punto de Rabia el cuerpo muerto se vuelve duro e impenetrable durante el resto de la escena. El punto se puede gastar reactivamente cuando va a sufrir el daño.

Mientras está activa la Disciplina el vampiro puede usar los puntos de la misma bien para bajar la dificultad de absorción (uno por punto) o bien para ganar dados de absorción de daño agravado (también un por punto).

Chi

Los Jiāngshī necesitan el chi de los vivos para continuar su existencia. Deben gastar un punto cada día, si no tienen empezarán a pudrirse, perdiendo un nivel de salud diario. Algunos hechiceros conocen trucos para insuflarles chi, o dormirlos durante largos períodos para evitar que sigan consumiendo el chi.

Además de para mantenerse animados, los Jiāngshī pueden usar el chi para curarse. Cada punto cura un nivel de salud letal o contudente, y se necesitan cinco puntos para curar un agravado. Sólo son capaces de curarse un nivel de salud por turno.

Los Jiāngshī recuperan el chi bebiendo la sangre de los vivos, de forma parecida a los Vástagos (pero sin el éxtasis o la capacidad de borrar las heridas). Esto desconcierta y enfurece a los pocos Kuei-jin que conocen estas criaturas, ya que estos vampiros necesitan doblegar a su Pò antes de ser capaces de tomar el chi en la sangre en vez de comer carne humana.

Pueden sacar colmillos como los Vástagos para beber la sangre, pero hacerlo les cuesta un punto de Pò.

La reserva máxima de chi es de 5 puntos + la puntuación de Pò.

Salud y debilidades

A pesar de su naturaleza puramente bestial, los Jiāngshī no ignoran las penalizaciones de heridas como un vampiro en frenesí. No obstante, su cuerpo muerto es invulnerable al dolor, haciendo que las penalizaciones se dividan entre dos (redondeando hacia abajo). Así los niveles de salud de estos seres son: OK, OK, OK, -1, -1, -2, KO.

Sufren daño agravado por el fuego y otras causas comunes, pero pueden utilizar su Resistencia para absorber todo tipo de daño, salvo el solar.

La fuerte energía yang del sol hace reaccionar su propio chi ying, provocando que se pudran a un ritmo de 1 a 3 niveles de salud cada turno según cuanto de su cuerpo esté expuesto.

La madera, elemento yang, interfiere con su flujo de chi. Una estaca en el corazón les paraliza como a los Vástagos.

También son especialmente vulnerables a cualquier magia que interfiera con el flujo de chi de su cuerpo, el Narrador puede bajar las dificultades de los Efectos o aplicar cualquier bonificador que considere adecuado. El Narrador podría permitir conocer este secreto con una tirada de Ocultismo y un número de éxitos dependiente de la Tradición y el trasfondo cultural del personaje (1 éxito para un Wu Lung, 2 éxitos para un Akáshico, 3 para un Hermético occidental, 4 para un Hijo del Éter, etc.).

Fuerza de Voluntad y control mental

Desprovistos de raciocinio y controlados por simples impulsos, los vampiros saltarines no tienen rasgo de Fuerza de Voluntad. No obstante, su Pò es un fuerte impulso de supervivencia. Usa Pò en lugar de Fuerza de Voluntad siempre que la Fuerza de Voluntad no represente una cualidad que requiera raciocinio. No se puede usar Rabia para ganar éxitos automáticos, ni para la mayoría de los usos de los puntos temporales de Fuerza de Voluntad.

Muchas formas de control mental tendrían dificultades para afectar a los vampiros saltarines. Por ejemplo, la Disciplina de Dominación no funcionaría porque está diseñada para que las órdenes sean comprendidas y racionalizadas por el sujeto. Muchos de los poderes de Presencia tampoco son efectivos, ya que estas criaturas son incapaces de profesar sentimientos de amor o admiración, aunque podrían asustarse ante la Mirada Aterradora o la Majestad. La Canción de la Serenidad de Animalismo, sin embargo, funciona para calma el Pò y desactivarles temporalmente. En general, el Narrador debe aplicar su buen juicio a la hora de imponer restricciones, penalizaciones o bonificadores.

Un Mago que comprenda la mente, o falta de ella, de estas criaturas puede diseñar conjuros muy efectivos para controlarles. Aplica penalizaciones para los Efectos habituales de Mente, pero disminuye la dificultad para un Efecto que el personaje se haya tomado el tiempo de estudiar y diseñar. Ciertos hechiceros, principalmente taoístas y Wu Lung, conocen un repertorio de conjuros centenarios diseñados específicamente para estas criaturas.

Sea cual sea el método, el Jiāngshī siempre tiene la posibilidad de tirar su Pò a dificultad 8 para restar éxitos de alguien que trata de controlarlo.

Métodos para crear un Jiāngshī

Existen diversos rituales de origen ancestral para la creación de estas criaturas, pero todos se basan en variantes de dos métodos: o bien se despierta al Pò dentro de un cuerpo, o bien se convoca a un Pò que ha abandonado el cuerpo para que lo ocupe de nuevo y lo anime. Según el caso, funciona un método u otro, pero no ambos: o bien el alma animal duerme dentro del cuerpo, o bien lo ha abandonado y vaga como fantasma (los llamados Kuei, un tipo de fantasma diferente al de los Wraith o Espectros).

Hay varias circunstancias que pueden hacer imposible la creación de un Jiāngshī sobre un cadáver concreto. En primer lugar, el cadáver ha de estar en un estado relativamente aceptable. Debe haber suficiente carne sobre los huesos, y disponer del corazón, la cabeza, el estómago y los miembros. Una vez reanimado, un hechicero suficientemente hábil puede detener la degeneración.

Además, el alma Pò no es inmortal, como se ha dicho. Suele durar sobre unos tres años tras la muerte del cuerpo y la partida del Hun. Además, un Pò que abandona su cuerpo para vagar como kuei puede ser destruido por otros fantasmas o cualquier adversidad, y, como es obvio, en tales circunstancias no sería posible reanimar el cuerpo.

El secreto para crear un Jiāngshī es precisamente hacer uso de la capacidad espiritual del Pò y su conexión con el cuerpo, haciendo por tanto que innecesaria gran parte de la magia que se utilizaría para reanimar a un cadáver por otros métodos, además de obtener una criatura considerablemente poderosa. Sin embargo, ya que esta concepción de las almas forma parte de la espiritualidad de Asia, el Narrador puede imposibilitar los rituales fuera del Reino Medio o sobre personas que no tengan ascendencia asiática.

Despertar al Pò dentro del cuerpo

Cardinal 3, Espíritu 3, Vida 2

Este método utiliza la Esfera de Espíritu para despertar al Pò durmiente de un cuerpo. El Pò por sí solo no puede mover el cuerpo, pues está muerto. Para convertirse en un muerto viviente el Mago debe proporcionarle una cantidad de chi yang. El chi yang es Quitaesencia con una especial resonancia de vida. Puede obtenerse de espíritus vitales, de la salud de una persona o de otro tipo de fuentes apropiadas. También un punto de Quintaesencia del Mago puede adquirir propiedades de chi yang mediante un Efecto de Cardinal 2 y Vida 3 (para chi ying sería Cardinal 2 y Entropía 3). Dos puntos de chi son necesarios para la transformación, y cada uno adicional incrementará la reserva de chi en 1 punto, que necesitará para curarse, ya que su maltrecho cuerpo empieza como Incapacitado.

El ritual que ha sobrevivido a nuestros días procede de los Wu Lung, e involucra vestir al cadáver con ropa de mandarín de la dinastía Qing, aún cuando el fallecido no ostentase ningún rango social determinado. El imaginario social representa a estos vampiros con esas vestimentas, por lo que seguir el canon facilita la magia. Una vez creado el Jiāngshī no es necesario que mantenga esa vestimenta, pero muchos hechiceros no se toman la molestia, y el riesgo, de cambiar la ropa al vampiro saltarín.

Llamar al kuei al cuerpo

Cardinal 3, Vida 3 (Espíritu 2)

Este método es usualmente intentado por el hechicero tras intentar despertar al Pò y percatarse de que no se encuentra en el cadáver. Consiste en volver a atraer al Pò al cuerpo y alimentarlo con energía yang.

Cuando el Pò de un muerto reciente no está junto a sus restos suele ser porque se ha alzado en el otro lado como un kuei. Estos tipos de fantasmas son diferentes de los Wraith (los fantasmas habituales con Hun y Pò) y de los Espectros (Wraith que han sucumbido a su Pò convirtiéndose en espíritus malévolos), y vagan intentando alimentar sus Pasiones básicas y atacando a quienes tengan alrededor. A menudo forman manadas con otros kuei, causando problemas en las Tierras Espejo (Tierra de las Sombras).

Desgraciadamente para el desaprensivo hechiero de turno, los kuei pueden ser destruídos, y de hecho muchos de los otros fantasmas los cazan por los problemas que ocasionan. Otros Wraith conocen medios para controlarlos, y terminan formando rebaños de kuei a los que pastorean como animales. En este último caso el hechicero tendría que ver cómo arrebatarle su presa al pastor y evitar las represalias del mismo.

Otro problema que impediría la creación del Jiāngshī es que el difunto se haya convertido en Wraith, ya que estos espíritus aúnan Hun y Pò dentro de un mismo ectoplasma, y no es posible separarlos sin incurrir en una magia muy poderosa (Espíritu 5 y muchos éxitos).

Este método de reanimación no requiere estrictamente la esfera de Espíritu, aunque prescindir de ella es complicado. En primer lugar, se ha convocar al kuei. Afortunadamente, estos fantasmas guardan celosamente su restos mortales, pues si son destruidos también lo sería la aparición. Por tanto, generalmente basta con perturbar el cadáver para que el Pò acuda, aunque a veces puede enfurecerse y complicar el ritual.

Una vez allí, el Mago ha de forzar o convencer al espíritu para que se introduzca en su cuerpo, y añadir chi yang como en la Receta anterior. Con suficiente energía yang, el cadáver empezará a convulsionarse, y el kuei puede tomar el control.

Este método tiene mayores complicaciones, pero suele dar como resultado vampiros más poderosos, ya que es más fácil que los Pò fuertes vaguen como kuei.

Controlar al Jiāngshī

Cardinal 3, Vida 2 (Mente 2/3, Fuerzas 2, Materia 2)

El hechicero que se decida a crear una de estas criaturas hará bien en aprender antes la manera de controlarlas, pues el Pò no tiene ningún apego por su creador que le impida atacarle para consumir su chi.

El secreto, como todo lo relacionado con los Jiāngshī, está en comprender cómo el flujo interno de chi es fundamental para estas criaturas.

Con Cardinal se puede interrumpir el flujo interno de chi dentro del cadáver, lo que paralizará y desactivará a la criatura. El problema es que para ello se ha de tocar a la víctima, lo que es harto peligroso y tiene un tiempo limitado (la duración del conjuro desde que se deja de tocar el cadáver).

Para evitar este peligro, lo habitual es atar el Efecto a talismanes de papel, lo que requiere la Esfera de Materia. El Mago puede realizar el ritual de antemano, consiguiendo una duración decente, pero deberá superar una tirada más de Areté, aún por un éxito, en el momento de colocar el talismán. Estos papeles se quedan sobre la frente del monstruo hasta que el efecto finaliza o algo lo quita, poniendo otra vez al monstruo en marcha.

Los lanzadores de talismanes más talentosos poseen Fuerzas a 2, y la usan para conseguir que la plegaria vuele certeramente hasta la frente del vampiro saltarín.

La forma realmente poderosa de control viene cuando se involucra la Esfera de Mente. Gracias a ella, el Mago puede rehabilitar el flujo interno de energía para realizar ciertas tareas, o bien abrirlo pero que se cierre si la criatura intenta ciertas prohibiciones (como atacar al hechicero).

Todas estos trucos pueden ser empleados en realidad por hechiceros que no crearon al Jiāngshī. De hecho, algunos Magos son cazadores de vampiros que utilizan estos talismanes para proteger a los Durmientes. No obstante, requieren una clara comprensión de los flujos de energía de estas criaturas, por lo que el Mago deberá ser experto en la materia o estudiar un ritual adecuado, no es una Magia que cualquiera pueda improvisar.

Uno de los problemas de controlar a un Jiāngshī es que la criatura es muy resentida hacia quienes trata de atarles, y puede intentar volverse contra el hechicero a la menor oportunidad. Recuerda, no obstante, que el miedo también está entre las emociones primarias del Pò, y la reacción del vampiro puede ser tratar de escapar.

Preservación

Entropía 3 / Tiempo 3 / Materia 3, Vida 3 (o nada)

Habitualmente cualquier Mago nigromante ha de utilizar un Efecto de Entropía o Tiempo para ralentizar la descomposición de un cadáver reanimado.

Con los Jiāngshī no es necesario. Gracias al chi que consumen de los vivos, si lo logran consumir, pueden mantenerse en forma mientras dure el suministro.

No obstante, su aspecto sí muestras signos externos de descomposición, sea por una inmortalidad imperfecta o por efecto de la Paradoja. Rostos deformados, piel agrietada, colores malsanos, hongos en la piel, etc., son algunos de estos signos evidentes que les delatan como no muertos. El Mago puede usar las Esferas mencionadas anteriormente para retardar esa pequeña descomposición, o combinar Materia y Vida para restaurar la Apariencia del Jiāngshī.

Rituales Kuei-jin

Son pocos los Kuei-jin que conocen la existencia de unas criaturas relacionadas con ellos pero con un alma Pò pura. Menos los que conocen cómo crearlos. Pero unos pocos hechiceros vampiros conocen el secreto.

Crear un Jiāngshī, por cualquiera de los dos métodos, requiere aprender un Ritual (por cada método) de nivel 4. Las necesidades de chi yang, y sus efectos, son exactamente los mismos que las variantes de los Magos.

Existen también rituales de preservación, usados normalmente para guardar comida, que pueden usarse sobre los Jiāngshī. Lo que no han llegado a ser capaces de replicar los nigromantes no muertos es el uso de talismanes u otra forma de controlar a un Jiāngshī a través del flujo de chi, salvo por el método tradicional de la estaca en el corazón.

Cauce de la Furia: Poder alternativo de Cultivación 4

El usuario puede afectar a un sujeto en frenesí o Naturaleza Fuego y dirigir su furia hacia un objetivo. El afectado continuará su furia ciega, pero por un instante la redirigirá hacia el blanco seleccionado por el vampiro. Continuará su ataque hasta destruirlo o hasta que otra cosa le distraiga del objetivo, y después seguirá en frensí de forma normal. Este efecto serviría para lanzar a un Jiāngshī hacia un objetivo concreto, aunque no protege del mismo cuando haya terminado su cometido.

Sistema: El vampiro gasta un punto de chi y tira Manipulación + Pò a dificultad 8. La víctima puede resistir tirando Pò, Rabia o Instintos (si tiene esa virtud).

Ritos Hengeyokai

Queda a discreción del Narrador si existe algún Rito de los Hengeyokai que permita creación de estas criaturas. De haberlo, con toda seguridad los únicos en emplearlo serían las Jorogumo o Kumo, las despiadadas arañas trasgo.

Alquimias Hsien

Es raro que un Shinma quiera crear a una de estas criaturas, teniendo en cuenta el hambre que los muertos profesan hacia el chi refinado de los pequeños dioses.

De hacerlo, los métodos tradicionales de los hechiceros humanos no son útiles. Los Hsien tienen su propias alquimias. Es necesario un buen dominio de la Alquimia de Madera, Lin Tan, para despertar al alma Pò del cadáver. Hace falta una magnitud de cambio mayor y la duración sigue limitada por la magnitud de tiempo (el cadáver volverá a “dormir” transcurrido el efecto).

Si el Pò se encuentra vagando fuera del cuerpo en forma de kuei, casi cualquier Hsien tiene la habilidad suficiente como para hablar con él e influnciarlo (hay reglas para ello en Changeling: el Ensueño 20 Aniversario).

Pero para los Shinma, más interesante que la creación de Jiāngshī son las formas de control, sobre todo para apaciguar las mascotas de otros hechiceros. A través de las almas elementales, el Hsien puede cambiar significativamente el comportamiento de estas criaturas.

Decrementando el Alma de Madera, se pueden disminuir las ansias del Pò, disminuyendo su ferocidad. Además por cada dos éxitos en la magnitud de cambio, la criatura pierde un punto de Rabia, que no se recupera aunque acabe el Efecto.

Incrementando el resto de Almas elementales se puede dotar a un Jiāngshī de cualidades que normalmente no posee: entendimiento, modales, honestidad o fe. Si con cualquiera de estas combinaciones el Hsien consigue que la criatura se pare a hablar o a razonar, recuerda que incluso un Pò calmado es bastante estúpido, por lo que puede tener problemas para entender al Shinma, pero también puede ser fácil de engañar.

Se rumorea que los Kura Sao podrían tener la creación de Jiāngshī entre sus artes nigrománticas.

Arcanoi Wraith

Los Wraith del Reino de Jade conocen bien al Pò (todos tienen uno en su interior), y también sufren a menudo a los kuei. Han desarrollado incluso un Arcanos conocido como la Vía del Granjero, que les permite pastorear y emplear a estos fantasmas hambrientos.

El problema es que un Wraith casi nunca puede manejar la energía yang que alza el cadáver, ni acceder a ella. Por tanto es casi imposible para ellos crear una de estas criaturas, y por otro lado es raro que tengan cualquier interés en ello. De hacerlo, generalmente deberían asociarse con algún hechicero vivo, y en efecto los Sin Reposo pueden ser una buena ayuda para buscar kuei con los que crear Jiāngshī.

No obstante, un error en el proceso de convertirse en Resucitado, puede hacer que el Pò sea quien resucite en el cuerpo. Esto puede crear tipos especiales de Jiāngshī, con una ligeramente mayor inteligencia para mantener el Conducto donde queda atrapado el Hun del Wraith.

Los poderes de la Vía del Granjero que sean apropiados podrían afectar a un Jiāngshī.

Ejemplos de Jiāngshī

Don Nadie reanimado

Éste fue un cadáver cualquiera encontrado por un hechiero con prisa, que lo reanimó con algún propósito.

Atributos: Fuerza 3, Destreza 1, Resistencia 3, Apariencia 1, Percepción 1 (resto a 0)
Pò/Rabia: 1
Disciplinas: Viento Negro 1

Criminal seleccionado

En este caso el hechicero quiso buscar a un individuo con un Pò poderoso. Querría haber encontrado a un auténtico asesino en serie, pero por dificultadas al final eligió robar el cuerpo de un asesino común condenado a muerte.

Atributos: Fuerza 4, Destreza 2, Resistenia 3, Apariencia 1, Percepción 1 (resto a 0)
Pò/Rabia: 3
Disciplinas: Mutación Monstruosa 2 (Dientes afilados, brazos extensibles), Viento Negro 1

Saltarín centenario

Este Jiāngshī es uno de los casos extraños de reanimación espontánea. Las capacidades físicas extraordinarias que tuvo en vida le han ayudado a sobrevivir. Ha pertenecido a varios maestros, ha sido heredado, robado y en varias ocasiones ha escapado al control de sus hechieros.

Lleva alrededor de trescientos años caminando, o mejor dicho saltando, sobre la tierra, y es una leyenda entre los hechiceros, pero se ha vuelto tan peligroso que alguien debería ponerle fin.

Atributos: Fuerza 4, Destreza 2, Resistenia 5, Apariencia 0, Percepción 2 (resto a 0)
Pò/Rabia: 7
Disciplinas: Mutación Monstruosa 4 (Dientes afilados, garras, ojos encendidos y lengua prensil), Resistencia Cadavérica 5, Viento Negro 4

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