No es ningún secreto que no tengo mucho aprecio por el Clan Setita. Mi aversión se debe, sobre todo, al concepto original del Clan, como malos absolutamente malosos, muy difíciles de creer en su malosidad. Desde aquel concepto de adoradores de la corrupción, el clan ha sido revisado en la tercera edición del Básico, en el Libro de Clan revisado, en Edad Oscura y el Libro de los Bajos Clanes. Como suele pasar con otros clanes fallidos, las revisiones no son coherentes entre sí y la idea del Clan es un tanto difusa, pero por otro lado he de admitir que las revisiones mejoran bastante el concepto original del Clan.
Tras resistirme bastante, he terminado admitiendo una Setita en mi crónica. En lugar del más ortodoxo Camino de la Serpiente, esta vampiresa sigue el más genérico Camino del Pecado. No obstante he encontrado que la Via Pecati no se adapta al clan de las Serpientes sin algunas explicaciones para ponerlo en contexto de un culto a un Dios Oscuro. Lo que sigue es no tanto una revisión completa de un Camino, sino algunas reflexiones sobre la forma de entenderlo por parte de los Pecadores Setitas. Ello desde el enfoque que creo que fallaba en la concepción original del clan: darle a las Serpientes unas motivaciones creíbles y justificaciones morales para sus prácticas.
El Camino del Pecado tal y como es seguido por los Setitas es muy similar en las prácticas, pero difiere respecto a la mayoría de las corrientes en que incluye la veneración a un ser superior, el Dios oscuro Sutekh.
La visión que se tiene de los Seguidores de Set por parte del resto de los clanes es el de unas criaturas malignas cuyo único propósito es llevar a todos los demás hacia la perdición. Esto tiene algo de cierto y algo de falso.
La figura de Set se remonta a los tiempos en que los hombres, como él, vivían en un estado de cazadores-recolectores. En aquel momento los hombres eran libres de toda atadura moral y podían seguir sus deseos y satisfacerlos sin impedimentos.
Pero con la civilización vinieron las leyes, los castigos y las normas religiosas. Set vio todo aquello como una trampa de Ra para esclavizar a los hombres, en vida y en muerte, y desde entonces se ha opuesto a las civilizaciones y sus instituciones, y a los grupos religiosos que tratan de esclavizar a las personas mediante leyes religiosas que les inculcan reprimir sus deseos y ansias.
Es cierto que la religión egipcia y la creencia en los dioses de antaño han perecido en el paso de los tiempos, pero los Seguidores de Set son suficientemente inteligentes para ver más allá de las formas a los mismos dioses. Ra puede ser llamado Zeus, Dios, Alá o el Augusto Emperador de Jade, mientras que Set ha sido conocido por la humanidad por otros nombres, como Tifón, Baco o incluso hay Setitas que ven en Lucifer la misma figura que el Dios Oscuro, aunque hay que tomar la metáfora con cuidado ya que los Setitas prohíben expresamente el infernalismo.
Los Pecadores Setitas practican placeres y excesos para liberarse de las cadenas moralistas. Estas cadenas no sólo son las represalias de los agentes de la moral, sino son también ataduras espirituales con las que nacen y crecen los hombres en una humanidad entregada a Ra.
Para liberarse ellos mismos los Pecadores oran a Set, le piden fuerzas y se sirven de sus enseñanzas. Recíprocamente ellos creen estar ayudando a su dios, ya que al romper sus propias ataduras, debilitan la prisión de Ra. Los Pecadores, a diferencia de otras corrientes Setitas, creen que la resurrección de Set tendrá lugar cuando la mayor parte de la humanidad destruya sus cadenas y Ra no tenga poder para mantener al dios atrapado. Este es el motivo por el que los Pecadores buscan nuevos conversos.
Por otro lado, los seguidores del Pecado disfrutan enormemente con sus “obligaciones” religiosas, y aunque no es conveniente admitirlo a otras corrientes de adoradores a Set, para muchos es la principal razón para mantenerse en el culto.
El Pecado y la Serpiente
El Camino del Pecado tiene muchos parecidos con la Via Serpentis, y no es raro, ya que sus prácticas fueron extraídas de ésta. Por este motivo muchas de las Sierpes consideran que el Pecado no es más que una senda del Camino de la Serpiente.
El Camino de la Serpiente es la religión Setita más ortodoxa, y como tal es seguida por la mayoría de los Seguidores de Egipto y Oriente Medio. Como la Via Pecati, predica el deshacerse de las ataduras morales y las trampas de la civilización.
La principal diferencia estriba en que mientras el foco principal del Camino del Pecado es el propio Pecador, los Tentadores buscan con ahínco convertir a otros y subvertir el orden social y moral para derribar la Prisión de Ra y liberar finalmente a su Dios.
Los Tentadores miran con recelo a los seguidores del Pecado, viéndolos casi como ateos, pero esta corriente se ha establecido con fuerza entre los Setitas y cuenta con muchos partidarios, por lo que están obligados a tolerarlos. Suficientes enemigos tiene el clan como para iniciar una disputa interna.
Setitas y el resto de Pecadores
El Camino del Pecado tiene la peculiaridad de abarcar muy distintas cosmologías y teorías religiosas. Cada grupo de Pecadores suelen crear un sistema de creencias en torno a una religión, de hecho casi siempre definiéndose como oposición a una religión. Por ejemplo, los Pecadores de las tierras musulmanas suelen basar su teología en la doctrina del Islam y poner especial acento en su oposición a los mismos.
Lo que une a los Pecadores de todos los credos son prácticas y principios éticos más genéricos, como la búsqueda del placer, el rechazo a las normas y el materialismo más egoísta.
Por este motivo los fundamentos de los Pecadores adoradores de Set no se consideran cismáticos dentro del Camino. Los Setitas pueden llevarse bien, hablar, debatir e incluso participar en ritos junto al resto de seguidores de la Via Pecati.
Al revés, sin embargo, es menos común, pues Pecadores de fuera del culto no encuentran motivo para venerar al Dios Oscuro, y puede incluso que lo perciban como otra entidad que trata de dominarlos y coartar su libertad. Por supuesto, los Pecadores Setitas intentan dentro de lo posible captar a cualquiera para su culto, incluyendo a quienes siguen la Via Pecati, pero generalmente es una tarea complicada.
En contadas ocasiones surgen disputas entre los Setitas y otros Pecadores por tratar de llevar a los conversos hacia su culto.
Prácticas
Los Seguidores de Set han aprendido hace mucho tiempo que la aproximación directa no es muy eficaz a la hora de captar nuevos fieles. Cuando a un mortal o a un cainita se le habla del Dios Oscuro Set, la reacción suele ser de miedo y rechazo.
Es por esto que los Setitas, no sólo los Pecadores, han aprendido que es más efectivo iniciar a los conversos primero en las prácticas y más tarde en la doctrina. Cuando un alma reprimida conoce los placeres y aprende a satisfacer todos sus deseos, es más fácil explicarle las doctrinas tras los ritos y las prácticas, y que las acepte, ya que ha experimentado sus ventajas.
Esto es casi universal a todos los Caminos y Sendas practicados por los Seguidores de Set.
¿Son malvados los Setitas?
En concreto, ¿son malvados los Pecadores Setitas? No, y sí.
Obviamente ellos no se consideran así. Poca gente, haga lo que haga, lo hace. Existen corrientes de la Via Pecati que se definen como agentes del Mal, pero es más común que justifiquen su posición como algún tipo de Bien, o también es habitual que consideren que los conceptos de Bien y Mal son un engaño, de Dios, de los sacerdotes, o de quien sea.
En el caso de los Seguidores de Set, la doctrina dice que la humanidad ha sufrido una inversión de la moral. Para ellos, lo que es malo son las normas morales y religiosas que impiden a vampiros y mortales seguir sus designios y satisfacer sus ansias. El bien que persiguen los Setitas es volver a invertir la moral y permitir que todos sean libres. Especialmente ellos mismos, en el caso de los Pecadores.
Por otro lado, desde el punto de vista de la moral humana, estos vampiros son claramente malvados, aún más que el resto. El credo Setita no sólo invita a perder las inhibiciones sexuales y de otro tipo, también invita a perseguir tus deseos incluso cuando esto supone un daño para los demás. Incluso los cainitas suelen encontrar malvados a los Seguidores, dado que frecuentemente son perjudicados por sus maquinaciones, desarrolladas para minar el poder y el orden social de los Condenados.
Una mención especial merece una de las prácticas más extendidas del clan, que es la de conseguir peones humanos o incluso cainitas a base de crear adicciones en la víctima. Aunque se justifique de muchas maneras, desde la necesidad de subvertir la sociedad hasta la afirmación de que se hace para que el adicto reaccione y se sobreponga, lo cierto es que estos actos van contra el discurso de libertad de los sacerdotes de Set, y que la realidad es que se sigue haciendo porque es muy conveniente y posiblemente la táctica más efectiva del Clan para conseguir poder e influencia.
La cuestión, sin embargo, preocupa bastante poco a las Serpientes que siguen la Via Pecati, ya que consideran su propio interés en primer lugar y no les merece demasiada consideración el idiota que se deja atrapar en sus redes.