Las Cortes Doradas es la organización vampírica predominante en el Sudeste Asiático, desde Malasia a Filipinas, pasando por los países continentales, lo que era conocido como Indochina por los occidentales.
En el mundo vampírico, este territorio es célebre, o infame, por estar gobernado por crueles reinas vampíricas con cabezas flotantes: las Penanggalan.
Para jugar Saigón Nocturno, estuve leyendo exhaustivamente lo que se escribió en los libros de Estirpe de Oriente sobre esta “sub-ambientación”, y aunque me atraía, no terminaba de cuadrarme todo.
Lo que sigue es mi versión de las Cortes Doradas. Probablemente más extenso y detallado que todo el material oficial. Es de hecho uno de mis trabajos más largos, similar en contenido a un Libro de Clan, dedicado a explicar esta extraña cultura vampírica matriarcal.
Agradecimientos
A Flamma/Casemir, por introducirme en la Asia Oscura.
Y a mis jugadores de Saigón Nocturno, Karamzinova, Vein, pero sobre todo a Nyxe, porque su interés en conocer las Cortes Doradas me ha hecho darme patadas en el culo para desarrollar los siguientes conceptos, y escribirlo todo.
Léxico
- Bajang: Rango más bajo dentro de las Flores Sangrientas de la Pasión, que busca la iluminación por sí misma.
- Con Cain: (vietnamita para “hijo de Caín”) Cainita, Vástago.
- Corte Augusta del Fénix Escarlata: Una de las Cortes Augustas originales de los Kuei-jin, precursora en cierta forma de las Cortes Doradas.
- Corte Menor: Una Corte de Kuei-jin que está en el Sudeste Asiático pero no sigue las costumbres de las Cortes Doradas.
- Descastado: Un vampiro que vive en una Corte Dorada, pero no pertenece a las Flores Sangrientas.
- Familia de Sangre: Corte y harem de una Penanggalan y sus Langsuir.
- Flores Sangrientas de la Pasión: Secta de Dragones Asesinos y Tigres Diablo en que ostenta el poder en las Cortes Doradas.
- Krahang: (ver Descastado).
- Krasue: Cualquier vampira de las Flores Sangrientas de la Pasión, a veces de las Cortes Doradas.
- Langsuir: estudiante de una Penanggalan, a la vez su sirviente y una especie de concubina.
- Rescoldos Brillantes: Secta de Tigres Diablo con vías opuestas a las Flores Sangrientas.
- Penanggalan: Máximo rango en las Cortes Doradas, similar a un Mandarín o Ancestro, que reina sobre su Familia de Sangre y los vampiros de su territorio.
- Reina Dorada: Penanggalan.
- Veneradísima: Un título para referirse a Piyau Payung, fundadora y Bodhisattva de las Flores Sangrientas de la Pasión.
Mi extraña guía en las Cortes Doradas
La conversación había transcurrido insoportablemente despacio y a trompicones a través de la línea telefónica. Mi interlocutora se comunicaba en un inglés muy rudimentario, y al menos por teléfono le costaba mucho entenderme.
Me sorprendió que no estuviera interesada en influencia o intercambio de favores.
─ So, you just want cash, you don’t want to exchange influence?
─ No, no influence! Money! Money!
Sólo quería dinero. Me imagino que lo necesitaba de verdad. Podría conseguir las cantidades que me pedía, pero a mí lo que me preocupaba la comunicación. ¿Qué podría enseñarme una guía con la que apenas se podía entender uno?
─ Créeme -me dijo mi Hermana Segunda-, es mejor que deambular solo. Las Penanggalan tienen muchísimas costumbres y protocolos extraños que sólo ellas entienden, y se ofenden fácilmente por algo que aquí consideraríamos natural. No querrás ser el objeto de un ritual sangriento de esa gente por un simple malentendido, necesitas una asesora cultural.
Mi Hermana Segunda acababa de volver de Tailandia. Siendo una Flor de Hueso del Oeste sus motivaciones fueron muy diferentes a las mías. En su caso tan sólo necesitó moverse por el país en su búsqueda de templos y lugares remotos. Con evitar a las Penanggalan y no pisar ningún callo le valía.
Lo mío era más complicado. Como Dragón Asesino, el nombre de las Cortes Doradas siempre inspira temor y fascinación a partes iguales. Hasta los Tigres Diablo consideran a estas vampiras salvajes, bárbaras y dementes. En la práctica de mi Dharma en mi lugar de residencia, una Corte menor a la sombra de la Corte de la Sangre de Pekín, nos sometemos a experiencias extremas que horrorizan incluso a otros Gui Ren. Pero se dice que las vampiras de las Cortes Doradas despliegan un salvajismo inédito aquí. Que sueltan su Demonio y dejan que éste les conduzca por una vida sin límite moral ni de ningún tipo. Y eso si conoces tu Pò como lo conoce alguien de mi edad, si has tenido que luchar con todas tus fuerzas para mantenerlo a raya, si has sufrido las consecuencias de cuando esta bestia escapa de tu control, eso da miedo.
No obstante, siempre llega un momento en que nos encontramos aburridos y desesperados a la vez. Me había sentido un alumno aventajado con la emoción de mis primeros pasos en el Dharma. Pero ya habían pasado más de cuarenta años sin encontrar luz, uno de esos destellos en los que la comprensión se abre paso, y el mundo cambia para siempre a tu alrededor. Seguía todas las prácticas y ritos del Dharma, era el perfecto Dragón Asesino, pero era como si esta senda no tuviera nada nuevo que ofrecerme.
Cuando mi Hermana Segunda volvió de su búsqueda, me di cuenta que me había acostumbrado a la comodidad de la lucha y el juego diario de la Corte, que así nada vendría a mí. Lo que esté por encontrar, tendría que hacerlo en otro lado. Y dado que ella había conseguido un contacto en las Cortes Doradas, alguien dispuesto a hacer de guía, por un precio en metálico, tenía la ocasión de hacer mi propia búsqueda. Tenía que ser valiente y asomarme al terrorífico abismo que era, en el ámbito de los Wan Kuei, el Sudeste Asiático. Y sucumbir o regresar triunfante.
Mi vuelo llegó a Udon Thani sobre las cuatro. Hice bien en no llevar más que el equipaje de mano, así pude salir sin esperar ninguna maleta. Hubiera sido triste morir esperando junto a esas cintas transportadoras.
No había demasiados allegados esperando a esas horas, así que fue fácil usar la Visión del Alma para identificar a su contacto, mejor dicho confirmar, pues tenía toda la pinta de ser ella.
Tenía el aspecto de una muchacha joven, algo alta y delgada. Vestía pantalones shorts y camisa de manga corta, más apropiados para el día, incluso el principio de la noche en esa latitud, que para la madrugada. Y lo más llamativo eran las gafas de sol que llevaba sobre sus ojos a pesar de ser noche plena. Por lo demás, sólo el aura pálida delataba que su cuerpo estaba muerto en realidad.
─ ¿Gái Gai -dije el nombre que me había dado-?
─ ¿Huan Quó -lo intentó con el mío-?
─ Huan Guó.
─ Come Huan… come to moto… I drive hotel -su inglés no había mejorado en dos semanas-.
Llegamos al hotel que me había buscado Gái Gai después de una pequeña aventura en ciclomotor. El tráfico en Tailandia era aún más denso y peligroso que en China.
Fue cuando la observé interactuar con la gente del hotel cuando me di cuenta de alguna forma que su tailandés no era totalmente fluido, aunque era una maravilla comparado con el inglés.
─ You are not from here?
─ What?
─ You are not Thai?
─ No, no Thai, Việt Nam.
Tampoco mejoraba mucho la cosa, pues no sé hablar vietnamita. Pero seguí probando suerte y terminé por descubrir que, para mi sorpresa, hablaba un cantonés bastante decente. Incluso un poco arcaico, como el que yo aprendí. Eso facilitaría mucho las cosas.
Cuando cayó la noche y abrí mis ojos de nuevo, la vi en la cama junto a mí. Al final de la madrugada anterior pasó lo que tiene que pasar entre dos Dragones Asesinos que comparten una habitación de hotel. Al menos es lo que suele pasar cuando uno de ellos soy yo.
En verdad era salvaje y apasionada, como sólo los desequilibrados al Yang pueden serlo. Los demás generalmente fingimos esos niveles de pasión, pero después de tantos años uno puede notar la diferencia. El sol nos había encontrado enzarzados y de esta manera lo saludamos.
El estado de desequilibrio parece todo lo que un Dragón Asesino puede desear. Tan cerca de la vida que casi puedes sentir tu corazón latir. Incluso la debilidad y la enfermedad la asumiríamos gustosos. Pero cuando lo alcancé, allá en la primera etapa de mi Kôa, puede ver lo perturbador que es realmente. Al fin y al cabo, es un desequilibrio, y el exceso de Yang toma el control de tu cuerpo y tu mente, no puedes pensar con claridad y esa vitalidad te empuja a una vida peligrosa y sin reflexión. Según había oído, las Gui Ren de aquí buscaban ese estado y lo mantenían por décadas o siglos. No entendía como podían vivir así.
Tomé nota de que debería volver a probarlo ahora que mi experiencia es mucho mayor, lo cual debería permitirme controlar y aprender mejor de la experiencia. Pero más relevante en este momento era no olvidar que iba a pasar una semanas junta a una vampira errática, irascible e imprudente, o al menos así era como me sentía yo cuando estaba en ese punto.
La miré intrigado. Incluso durmiendo había conservado las gafas de sol, que tampoco quiso quitarse durante el sexo, y que ahora mismo eran la única prenda que vestía. Intenté retirarlas con delicadeza, pero me sacudió un manotazo. Quise compensar mi atrevimiento con una caricia cariñosa, pero se levantó de la cama para esquivarla. Pensé que no debía ser una persona muy de mimitos, y no me equivoqué.
─ Bueno, ¿a dónde quieres ir -acabó con el momento íntimo-? ¿Nos movemos hoy mismo a Bangkok o quieres presentar tus respetos a las Penanggalan de aquí?
─ Espera -protesté-. Antes de ver a nadie necesito información sobre las Cortes Doradas. Para eso te pago bien.
─ ¿Qué quieres saber?
─ Todo.
─ ¿Todo? ¿Todo qué?
─ Todo. ¿Qué son exactamente? Por ejemplo, hasta dónde abarcan sus confines.
Me taladró con la mirada, o lo hubiera hecho si pudiera ver sus ojos, como preguntando si iba en serio. Puse mi mejor cara de angelito, eso quería decir que sí. Suspiró y tomó las bragas para empezar a vestirse. Yo me quedé desnudo sobre la cama, relajado. Esto iba a llevar tiempo.
Los Territorios de las Cortes Doradas
El territorio de las Cortes Doradas se extiende por lo que llamáis Océano del Sur. Los europeos lo llamaban Indias Orientales, pero ahora parece que el mundo moderno lo conoce como el Sudeste Asiático.
Esa zona aproximada comprende la base de nuestro poder, pero ha habido y hay Penanggalan aún más allá, desde regiones del este de la India hasta Indonesia o incluso las zonas selváticas australianas o islas del Pacífico como Hawai’i.
Dicho de otra forma, hemos florecido en los territorios demasiado al sur y demasiado inhóspitos como para que la mano controladora del Quincux pueda llegar a meterse en cómo hacemos las cosas.
Este territorio abarca una decena larga de países muy diversos, con culturas únicas y diferenciadas. No comparten mucho más que el clima tropical y las junglas. Las relaciones diplomáticas entre los países son complicadas y deben tener en cuenta esas diferencias culturales. Paradójicamente, los no muertos comparten una cultura común a todas estas tierras, aunque en la práctica hay diferencias sustanciales en como se rigen las Cortes en un lugar u otro.
La región está atravesada por potentes Líneas de Dragón, que hacen que el chi Yang fluya rebosante. Nuestros precursores antes del ascenso de las Penanggalan, eran también vampiros orientados al Yang. Es quizás por esto que la vegetación aquí es indómita y resurge una y otra vez. Mientras en todo el mundo los bosques retroceden, los mortales de aquí deben luchar continuamente para que la selva no engulla sus ciudades.
Este chi también es el alimento favorito de los Hengeyokai, quienes veneran el principio Yang bajo la forma de la Reina Escarlata, a la que llaman Madre Escarlata, o algo así. Son muy abundantes y nuestras relaciones diplomáticas con ellos son difíciles, pero muy necesarias.
Esta zona ha visto reinos e imperios alzarse y caer, y hemos sido el tablero de juego de poderosas potencias extranjeras. Ahora me sorprendo cada día al caminar por las ciudades y ver cómo cambian de forma vertiginosa. La economía y tecnología humanas se han disparado, y ahora los mortales caminan con decisión, libres del yugo de ningún extranjero. Sólo espero que no consigan de deshacerse de nosotras también.
Historia de las Cortes Doradas
La Corte del Fénix Escarlata
En tiempos remotos, en lo que llaman la Cuarta Edad, los vampiros chinos organizasteis todos los territorios de los Wan Kuei, o al menos aquéllos a los que érais capaces de llegar, pues estoy segura de que existía Gente Fantasma más allá de done las Cortes podían llegar.
Dividisteis estas tierras en cinco grandes Cortes, las Augustas Cortes, al estilo que os gusta: una por cada dirección. Por supuesto, la Corte Central, del Emperador Amarillo era la vuestra.
En el sur quedaba la Corte del Fénix Escarlata, en estas mismas tierras que ahora ocupamos nosotras. Intentaron montar una Corte estratificada y burocratizada como las Cortes chinas, pero eso era inviable.
El área tropical de nuestros territorios era muy dificultosa para el viaje de los nuestros. Las junglas, los mares, los monzones y otros accidentes del terreno son mayores obstáculos para quienes no pueden viajar de día. Uno de los medios más efectivos es el fluvial, pero una vez te alejas de las ciudades, los ríos están habitados por Nagas y Dragones, unas criaturas que se ofenden rápidamente por nuestra presencia.
Los viajes no era imposibles, y se hacían, pero cada vez era una aventura. En estas condiciones no se podía establecer un gobierno y unas normas que se respetaran a lo largo del territorio, ni una supervisión de los dogmas, ni si quiera una cultura común.
Las barreras culturales y lingüísticas de la infinidad de distintos pueblos que habitan la región terminaban de evitar que se pudiera construir una Corte como la del Emperador Amarillo. En las ciudades importantes surgían Cortes Menores que encontraban sus propias creencias y sus propias formas de organizarse, generalmente alrededor de algún tipo de caudillo capaz de controlar a los demás, o de un gurú que pudiera inspirarlos. En los lugares menos poblados, los Wan Kuei vivían como querían.
A pesar de todo, la Augusta Corte se adaptó rápidamente a todas estas circunstancias. Aceptó lo que no podía cambiar y desarrolló un nuevo papel. Más que gobernantes absolutos y policías, eran líderes morales y espirituales. Tenían su propia jerarquía, pero no tenía más que valor honorífico cuando llegaban a los distintos rincones del territorio.
La Corte del Fénix Escarlata funcionó bien en lo que se propusieron. Transmitió internamente los avances de sus Cortes Menores, sirvió para comunicar esos lugares remotos, difundía las nuevas doctrinas y representaba a sus miembros y territorios ante las otras cuatro Cortes Augustas. A través de ella, la cultura de los Kuei-jin chinos entró en todas sus regiones, aunque la influencia de la India se dejó sentir igual o más.
Fue en esta época dorada, dentro del dejar hacer de la Corte, cuando murió, revivió y se iluminó rápidamente la muy venerada Arhat Piyau Payung, concretamente en la región de Malasia. Fue aún en este período cuando elaboró el cuerpo de su fe, y admitió alumnas a las que convirtió en las primeras Penanggalan. La verdad, era sólo uno de tantos grupos extremos. Nadie hubiera imaginado que llegarían a dominar y gobernar la Corte.
Sentí la tentación de ofenderme por los continuos desprecios a las Cortes chinas. Pero la verdad es que tampoco siento la obligación de defender el honor de nuestras Cortes ante la primera paleta con la que me cruzo. Había errores de bulto en cómo describía el período de las Cinco Augustas Cortes y nuestras relaciones, al menos tal y como yo las había estudiado. Pero no iba a ganar nada entrando en una discusión absurda sobre historia, y ella no me pagaba para enseñarle, al revés, era yo el que ponía dinero para aprender.
Me senté para cambiar de postura.
─ ¿Y cómo sucedió? ¿Cómo una secta de tantas, de la más extremista, se hace con un trozo considerable de mundo y desaparece todo lo demás?
─ Con fe, coraje y brutalidad.
La Caída de las Cortes Augustas
En el fin de la Cuarta Era todo lo que habían construido los Kuei-jin se fue viniendo abajo por una cosa tras otra, como un dominó.
Cuando el pueblo estepario de los Yurchen se hizo con la mitad norte de China y fundó la dinastía Jin, ciertos Wan Kuei de la Corte de la Tortuga Negra, que vivían entre esos pueblos, aprovecharon para lanzarse en medio de la confusión a arrancar parcelas de poder a la Corte del Emperador Amarillo.
Muchos de estos de estos invasores eran Akuma entregados a Dokhor, un Rey Yama que patrocinaba con entusiasmo la guerra y los saqueos.
Cuando los mongoles surgieron como de la nada, ambas Cortes se fracturaron y sufrieron muchísimas bajas a cuenta de un nuevo enemigo que se movía como una plaga junto a la horda mongola: los Anda. Los Anda eran un tipo de Con Cain especializados en vivir en la estepa, montar a caballo y saquear, como los guerreros de su pueblo, pero con poderes específicos para adaptarse a esa vida.
Como todos saben, los mongoles extendieron la guerra y el terror por los confines del mundo. Entre el caos de las guerras mortales y vampíricas, los Akuma de Dokhor le sacrificaban matanzas y profanaban Nidos de Dragón para su Señor.
En el Sur no sólo nos tuvimos que enfrentar a los mongoles y los Anda. No, aquí otros enemigos fueron más poderosos. Cuando en los Narakas vieron que súbitamente Dokhor se había hecho con media China y estaba engordando con el chi que sus seguidores le sacrificaban y su Infierno se estaba llenando de víctimas y saqueadores, el resto de Reyes Yama se vieron en una gran desventaja frente a él y temieron acabar siendo sus vasallos.
Rápidamente, los Señores Infernales empezaron a mover sus fichas para intentar acrecentar su poder rápidamente, en una carrera desesperada por contrarrestar el poder terrorífico de Dokhor.
Los Akuma se arriesgaban a salir de las sombras para captar más y más seguidores. Corrompían a los miembros de las Cortes y los humanos por igual, creando peones mundanos o legiones de Bakemono. Apresados por la velocidad de estos tiempos, pasaron a tácticas más agresivas que el habitual subterfugio, deslumbrando con su poderío y atacando a los Kuei-jin decentes que se negaban a convertirse.
La Corte del Fénix intentó en vano revolverse, pero se vio superada por la situación. Se empezó a hacer evidente que muchos de los Mandarines y Ancestros, os sus equivalentes, de las cortes más remotas habían servido al Infierno mucho antes de que todo esto empezase, y para cuando la guerra se desató, ya contaban con una infinidad de “agentes durmientes”. Esto supuso una humillación para la Augusta Corte, que era precisamente la que debería haber vigilado para que esto no ocurriera. Muchos se preguntaban ahora para qué servía, y esta mella en su reputación fue una herida mortal en el largo plazo.
Una a una iban cayendo las Cortes Menores a la servidumbre infernal. Las que quedaban en pie, estaban demasiado ocupadas buscando y cazando sus enemigos internos como para poder combatir a las Cortes que quedaban en poder de los Akuma. Éstas, sin embargo, tenían la posibilidad de mandar agentes y Bakemono a asediar las que quedaban en pie.
En medio de este panorama apocalíptico, sólo una fuerza se alzó con el poder y la determinación para combatir al Yomi. Ésta eran la muy venerada, muy sabia y muy potente Bhodisattva Piyau Payung y sus alumnas, llamadas Penanggalan por ser las primeras en desarrollar el Shintai de la Carne y la práctica de separar la cabeza del cuerpo. En tiempos donde la desesperanza hacía a todos retroceder o inclinarse ante los Reyes Yama, la fe de esta secta se mantuvo firme como el acero.
Cuando la Emperatriz Dorada se hizo famosa por sus batallas contra los esbirros infernales, muchas vampiras de toda la Corte del Fénix se vieron instantáneamente atraídas por su carisma sobrenatural y las ideas de su doctrina. La libertad que propugnaba era una idea más poderosa que la esclavitud al Naraka. La fe de las Penanggalan en su Bodhisattva era más firme y real que la fe de los Akuma, que no es más que miedo. Y la ferocidad de las Flores Sangrientas era tan terrorífica o más que la del propio Yomi.
Miembros leales de la Augusta Corte y Akuma por igual, se vieron sorprendidos y sobrepasados por la rápida conversión de cientos de vampiras a la Secta de Piyau Payung. La guerra que siguió fue tremendamente sangrienta y llevó a los Muertos Hambrientos al borde de la extinción, pero Payung salió victoriosa y en el proceso alcanzó la divinidad y se redimió en las Cien Nubes.
Apenas unas pocas Cortes Menores quedaron en pie, muy debilitadas. Las Penanggalan y sus nuevas alumnas se extendieron por todo el territorio, continuando y afianzando la doctrina de su Arhat. Eran el único poder efectivo que podía abarcar más de una ciudad o área concreta. Habían nacido las Cortes Doradas.
La Corte del Fénix Resplandeciente convivió con ellas por un tiempo, más simbólica y más irrelevante que nunca. Acontecimientos posteriores terminarían de demostrar su poca utilidad, y terminaría desvaneciéndose, salvo en el recuerdo de algunos antiguos.
El Colonialismo y la llegada de los Hijos de Caín
Muchos piensan que la llegada de los Con Cain hizo saltar por los aires la sociedad Kuei-jin. Pero lo cierto es que estas criaturas llevaban mucho tiempo presentes en las Cortes Doradas. Fue la convulsión social provocada por el contacto con Occidente y el dominio imperialista que trajo, junto a los cambios sociales y científicos los que revolvieron el río y catalizaron guerras con los nuevos Vástagos, pero también entre nosotras.
Los primeros Con Cain que pisaron nuestras tierras no eran europeos. Procedían de Arabia, Oriente Medio o incluso de la India. De todos estos países llegaban mercaderes, y establecieron colonias, y los Cainitas, como las ratas, no dudan en explorar y colonizar también los lugares donde va su gente mortal.
Los primeros encuentros fueron inevitablemente sangrientos, pero eso nunca les hizo desistir, como buena plaga, se extiende aunque la combatas. No quiero ofender a nadie con lo de plaga, pero es que su condición es literalmente una enfermedad que se contagia de una persona a la otra.
Con esa insistencia, estos visitantes finalmente encontraron la forma de agradar a las Penanggalan y tratar con ellas. Las Reinas Doradas en esa época vivían muy apartadas de la humanidad, ya que sus Pò desarrollados les hacían difícil tratar con ellos. Preferían vivir en la jungla y asediar a las aldeas para alimentarse.
Los Con Cain sin embargo son pastores de humanos por naturaleza. Sus poderes les permiten mezclarse con los mortales y someterlos a su voluntad. Si uno de ellos llega a cualquier pueblo, tendrá a todos sus habitantes bailando a su son si se le permite.
Así encontraron la forma de ofrecer a las Reinas Doradas un beneficio mutuo. Las Penanggalan les permitían hacer sus negocios allí, y ellos a cambio le pagaban un tributo y les ayudaban cuando necesitaban algo de los mortales. Así convivieron varios siglos en armonía relativa, interrumpida sólo de vez en cuando cuando una Penanggalan decidía acabar con los agentes de su rival.
Sólo en Filipinas los Vástagos consiguieron construir una Corte Cainita. El así llamado Príncipe de Manila se convertiría más tarde en un gran grano en el culo de los Kuei-jin.
Toda esta situación de mutuo acuerdo terminó con la llegada de otros Con Cain, iguales en esencia espiritual, pero con una actitud más ambiciosa y agresiva, como la de los hombres europeos de los que procedían.
Los occidentales llegaron con su ciencia, sus armas y su tecnología; y sus exigencias. Las Penanggalan los rechazaron inmediatamente, escandalizadas de la arrogancia y falta de veneración de estos extranjeros. Todas las junglas de las Cortes Doradas se abonaron con la sangre Cainita.
No obstante, fue diferente en las Cortes Menores. Aunque en teoría rechazaban a los Con Cain como la plaga que son, al principio muchos Kuei-jin ciegos pensaron que podían sacar un beneficio de los recién llegados. Cuando hay conflictos que se estancan durante siglos, la llegada de una nueva fuerza puede darte la victoria si la consigues alistar a su causa.
Y así, entre las grietas de los odios enconados, los Vástagos fueron medrando y consiguiendo su espacio. Para después traicionar a sus promotores y quedarse con todo. Pronto, los mortales europeos se lanzaron al ataque y la conquista, atacando sin saberlo a las pantallas escarlatas de muchos Kuei-jin. En un movimiento audaz y sorprendente, los Con Cain se hicieron con el centro y Sur de Vietnam, y otras plazas por todo el Sudeste Asiático.
La guerra basada en peones humanos era un terreno que las Penanggalan no manejaban bien. Aisladas por su filosofía de las masas mortales, estaban acostumbradas a imponerse mediante la violencia directa. Pero por cada grupo de peones soldados o sacerdotes asesinados, las potencias europeas mandaban más para vengarse.
Fue entonces cuando se abrió un cisma que aún no se ha superado. Una serie de Penanggalan se dieron cuenta de que las viejas vías no estaban funcionando, que el mundo cambiaba y aferrarse a los modos antiguos sólo serviría para morir con ellos. Abrazaron el cambio, la ciencia y el progreso, y por eso se llamaron a sí mismas progresistas.
Las progresistas desafiaron a las Penanggalan más ancianas y se volcaron en tratar de luchar en el terreno de los Vástagos. Dada su falta de experiencia en el control mental, y careciendo de los poderes especiales de los Vástagos, recuperaron una vieja costumbre malaya de conseguir influencia logrando casarse con hombres ricos, a los que luego esclavizar y usar como fuente de dinero y favores.
Las tradicionalistas se escandalizaron con la idea de volver a la costumbre patriarcal del matrimonio, pero en aquellos tiempos la táctica no fue mal.
El renacer asiático
En el siglo XX, el golpe repentino de los Vástagos fue revertido. Seguros de su superioridad y confiados en su dominio sobrenatural de la sociedad mortal, no lo vieron venir. Habían medrado utilizando las divisiones y enemistades entre antiguos Kuei-jin. No esperaban que éstos fueran capaces de unirse y crear las divisiones entre los Hijos de Caín.
Pero una vez habíamos salido de nuestro estupor, fuimos conscientes de que si no nos uníamos y erradicábamos la plaga, acabaría por consumirlo todo. Costó décadas de diplomacia silenciosa, pero en los años 40 o 50 los Wan Kuei estaban por fin preparados para actuar como uno solo, aunque sólo fuera por un tiempo.
El siglo nos regaló algunos de los conflictos más sanguinarios e incontrolables, que sacudieron las sociedades de aquí, y hasta Europa y América. Los cambios de regímenes y gobiernos y las purgas fueron excelentes para eliminar a los peones Cainitas.
En 1973 los soldados americanos abandonaron Vietnam, y ésta fue la señal para muchos Vástagos de que debían buscar otras tierras si no querían ser aniquilados. Volvimos a tomar el control de todo el continente, aunque la plaga no pudo ser completamente erradicada. Fue un alivio, ya que muchas Penanggalan pudieron expandir su territorio, o conseguir uno.
Pero, mira por donde, una vez fuera del terreno, las viejas rivalidades reviven y algunas nuevas florecen, al tiempo que el daño del pasado se va olvidando. Las Penanggalan no le han perdido el gusto a los negocios, y cada vez es más común que estos se expandan por varios países, incluso occidentales.
Esto nos ha terminado por poner en contacto con los Vástagos. Pero esta vez de tú a tú, gracias también al poder creciente de nuestras naciones y pantallas escarlata. Tímidamente, se crean otra vez tratos y alianzas.
Me pregunto si no estamos tropezando estúpidamente con la misma piedra.
Piyau Payung y sus Penanggalan
El Dharma de las Penanggalan
La vida de Piyau Payung, Arhat de las Cortes Doradas
Piyau Payung nació en los sultanatos de Malasia. Su madre era la primera esposa de un mercader. Austera, obediente y buena musulmana. Pero su padre tenía otra esposa, de cualidades menos modélicas, pero bella y engatusadora.
La niña Piyau era como su madre le había enseñado: buena, trabajadora y disciplinada. Se levantaba temprano y hacía todas las tareas del hogar, siempre con una sonrisa y sin dejar de ver fastidio. Su medio hermana, sin embargo, era perezosa y ordinaria.
Cuando el padre enfermó y se vio que se encaminaba a la tumba, la madre de Piyau debería hacerse cargo de la casa. Pero “curiosamente” sufrió un “accidente” una noche y cayó a un estanque y se ahogó. Fue entonces cuando la segunda esposa tomó el control del hogar.
Si antes la medio hermana de Piyau había hecho por escaquearse de las tareas, ahora su madre la favorecía, dejando que pasara el día tirada a la bartola comiendo lo mejor, mientras la pobre niña buena hacía todo y se alimentaba con las sobras. Ni una queja salió de sus labios.
Pero resulta que la madre, o el fantasma de la madre, se reencarnó en un pececillo. Piyau se consolaba hablando con el pez, quien le animaba a perseverar y hacer todo el trabajo sin resignación. El pescado le aseguraba que algún día tenía su recompensa.
Cuando la madrastra supo de la amistad de la niña con el bicho, temió que fuera la madre y que se supiera todo. Entonces ordenó a su hija que pescara al pez-madre, y, en un alarde de mala leche, lo cocinó e hizo que se lo comiera la pobre hija.
Pasaron los años y las dos niñas se convirtieron en mujeres, o probablemente adolescentes porque en esos tiempos se casaban muy niñas. El caso es que un día pasaba por ahí un príncipe, y oyó cantar a la pequeña mientras hacía las tareas del hogar. Inexplicablemente enamorado, llamó a la casa para intentar conocer a la jovencita.
Pero la mala madre lo que hizo fue decirle que era su hija, y no Payung, la que cantaba y hacía las tareas. El príncipe sin dudarlo pidió la mano de la hermanastra. Piyau, obediente como era, ni rechistó.
Se casaron, y la familia se mudó a palacio. La madre, en su rencor eterno, no quiso dar la mano de Piyau a otra familia, y en vez de eso convirtió a su hijastra en una sirvienta. Piyau, que no sabía hacer otra cosa que limpiar, cocinar y coser, aceptó con la misma resignación de siempre.
Resultó que el príncipe no era un príncipe azul. No era ni bueno ni guapo, sólo inmensamente rico. Así, además de sus esposas, también disfrutaba a veces del servicio. Cuando quiso trajinarse a Piyau, ella aceptó en silencio, para evitar cualquier escándalo.
Pero cuando la hermanastra se terminó enterando, montó en cólera. Fue a verla, a insultarla, pegarle, etcétera. Piyau mantuvo la misma actitud humilde de siempre, no replicó e incluso pidió disculpas, pero verla mantener la calma dijera lo que dijera, enfureció más a la esposa del príncipe.
Por eso le terminó contando lo que había pasado con el pez, cómo lo habían cocinado y se lo habían hecho comer, y que ese pez era la reencarnación de su madre. La joven Piyau se mantuvo en silencio, pero no se resignó más. Agarró a su medio hermana del cuello y apretó. Los flácidos brazos de la perezosa hermana no podían defenderse de unos miembros acostumbrados al trabajo duro.
Entonces, con la misma calma y disciplina con que hacía todo, llevó el cuerpo a la cocina, lo partió en trocitos y preparó un delicioso plato, que sirvió al príncipe y su madrastra. Durante la cena, mientras los comensales comentaban lo delicioso del plato, pues era la mejor comida que había hecho en su vida, Piyau Payung les hizo saber a quién se estaban comiendo en realidad.
Te puedes imaginar la tortura y la muerte que sirvió como castigo. Pero a Piyau Payung ya le daba igual todo. Ese momento en la cena había sido la única recompensa a su vida complaciente.
Conforme me fui dado cuenta de los parecidos de la historia de Piyau Payung con los cuentos populares, empecé a preguntarme si Gái Gai se lo estaba inventando todo y me estaba estafando el dinero que le pagaba.
Pero recordé que no es la primera biografía o crónica fantasiosa que leía. A menudo en el progreso Dhármico la realidad de los hechos no es tan importante como la lección que pretenden transmitir. Por eso le di una oportunidad y seguí escuchando.
La lección de Piyau Payung
Tras regresar a la tierra, la muy venerada asumió que había sufrido el castigo divino por asesinar fríamente a su medio hermana y dársela de comer a su familia. Quiso volver al buen camino y buscó la redención en la Vía de la Grulla Resplandeciente. Volvió a ser correcta, disciplinada y a no quejarse. No llegó muy lejos.
Una noche, a la vuelta de una misión, su Wu compareció ante el mandarín que lo había encargado, y el Padre del mismo se atribuyó méritos que en realidad le pertenecían a ella. Eso le hizo acordarse de su vida de mierda en la que todos la habían pisoteado mientras ella ponía buena cara. Esta vez no se calló, contó la verdad sin tapujos ni cortesía, y humilló así al Padre. Después abandonó el Wu, y la Corte, por si acaso.
Algo había hecho click esa noche en su cabeza, tenía una idea clara de que no quería seguir sirviendo a otros, aguantando maltratos ni haciendo el trabajo de nadie. Estaba donde estaba no por un asesinato bien merecido, sino por una vida desperdiciada en complacer a los demás.
Aunque tenía esa idea clara, no podía hacer todo el camino sola. Buscó a los Tigres Diablo, y aprendió a desatar su furia y venganza, y a hacer añicos las convenciones, así como a comprender al Pò, su parte reprimida. En poco tiempo se hizo una figura destacada y reconocida.
Pero aún le faltaba algo. Tenía ansia por vivir y saborear la vida que se había negado a sí misma. Se acercó así a los Dragones Asesinos y empezó a absorber su sabiduría.
Sí, Piyau Payung alcanzó el rango de Bodhisattva siguiendo ambos Dharmas. No es tan extraño, si Huyết [refiriéndose a Xue] pudo inventar y completar cinco Dharmas, no sé por qué nuestra Arhat no podría con dos.
Algunos pensaban que era una salvaje abandonada a la bestialidad del demonio, y la temían. Pero muchos fueron capaces de ver la verdadera iluminación en su vida frenética, auténtica y sin límites. Pronto muchos se acercaron a ella para pedir consejo, y ella terminó tomando alumnas, las primeras Penanggalan.
Nuestras vidas como mujeres
─ Pero, ¿por qué sólo alumnas? ¿Qué tenía en contra de los hombres?
─ Si hubieras nacido mujer, lo habrías entendido ya, no necesitarías que te contestara. Pero precisamente por el motivo por el que no lo entiendes, no puedes ser una Flor Sangrienta.
Las mujeres en vida somos una mercancía. Nos roban, nos venden, nos usan, nos prostituyen.
También nos violan, y si no nos violan al menos nos acosan sexualmente. En el trabajo, en el colegio, en el ocio, incluso en la familia. Siempre aparece un hombre dispuesto a ponerte las manos encima, no ya para disfrutar del sexo, solamente para disfrutar de su dominio sobre ti.
Y no es una cosa del pasado. Las Bajang, vampiras neonatas, lo relatan igual. Y lo peor es que, según relatan, cuando sucede muchas veces son incapaces de defenderse ni de denunciarlo, porque nos taladran la puta sumisión desde que nacemos y nos miran entre las piernas a ver qué somos. Y si alguna saca fuerzas después para denunciarlo, se le cuestiona, se le humilla, la sociedad le dice que por qué no hizo nada antes, cuando es la misma sociedad la que le ha enseñado a comportarse así.
Incluso si una mujer no es secuestrada, ni prostituida ni violada, sigue siendo una mercancía, una posesión. La mujer no es educada para ser feliz, sino para hacer feliz a otros: a su marido, a sus hijos y al resto de sus familiares.
Es vaciada de su persona, por tanto se convierte en una persona hueca, que no vive para ella misma, sino primero para su marido, y más tarde para sus hijos. Su única aspiración es el bienestar de ellos.
Trabaja en la cocina, en la casa y en la cama, donde es una máquina de dar placer y engendrar hijos. Esto último es lo que le dará el nombre ante los demás, su fin último es ser madre, y si no lo es será un fracaso, una mercancía inservible.
Y lo peor es que está programada para aceptar todo esto sin quejarse. Si tiene cualquier tipo de dolor, lo guardará para adentro y procurará que no moleste a los demás. Así es como se educa a las mujeres obedientes, a las mujeres buenas.
¿Y si no lo cumple y trata de vivir a su aire? Entonces no es ni mercancía inservible, es basura. Una puta. Y algunas lo consiguen, pero otras incluso después de una vida de rebeldía no consiguen sacudirse esa percepción de basura que otros han arrojado sobre ella, nos educan para ser nuestras peores enemigas.
Y no son sólo los hombres, aunque los hombres sean normalmente los que nos agreden. Ojalá nuestros enemigos fueran tan sólo el 50% de la población. Pero el sistema es tan retorcido que nos hace que nosotras nos hagamos el daño también a nosotras mismas y a la demás. De toda la historia que te he contado de Piyau Payung, la que más culpa tiene es la madre/pez, que en vez de preparar a su hija para enfrentarse a sus enemigos y ser feliz, la convierte en una esclava de vocación.
La libertad interior
La doctrina de las Cortes Doradas es fundamentalmente un sonoro “NUNCA MÁS” a todo eso. Es “HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO” y “QUE OS JODAN A TODOS”.
Dicho más finamente, es la libertad interior, el principio de nuestra fe. “Libertad” en vietnamita [y en Chino] se compone de las palabra “porque” y “uno mismo”. La libertad interior es hacer todo lo que haces por ti y para ti, no por tu marido, ni por tus hijos, ni por tu madre, ni por la tradición, ni por la moral, ni por la piedad, ni por nada que no seas tú misma primero.
Es un matiz distinto a la libertad a secas. Por ejemplo, quizás no entres en el territorio de otra Penanggalan por temor a que te mate, pero al menos esa decisión la tomas por ti misma. Por otro lado, cuando las leyes te permiten hacer lo que quieras, pero no lo haces porque tú misma estás atrapada en las imposiciones morales que te han inculcado, entonces nunca vas a ser libre porque vives en tu prisión interior.
Por eso, las Flores Sangrientas de la Pasión siempre van a buscar la manera de aumentar su libertad externa, pero primero han de ser libres interiormente. Sin eso, la primera no significa nada.
La libertad interior requiere escuchar a tu corazón, a tus impulsos, a tu verdadero yo. Saber qué es lo que quieres en todo momento y, si está a tu alcance, tomarlo. Así dicho, tomarlo, por la fuerza si es necesario.
El Sūtra del Piyau Payung
(versión de los Archivos de la Noche)
Cuando tengas hambre, come. Si tienes hay comida, tómala de alguien más débil que tú, o róbala de alguien que sea fuerte pero estúpido. Si no puedes comer, muere de hambre.
Folla cuando estés cachonda. Si no puedes encontrar un compañero voluntario, toma lo que quieras o usa la versión más bonita de tomar, la seducción. Si no puedes hacer una cosa o la otra o no tienes tiempo, mastúrbate.
Cuando estés en peligro, corre. Si te acorralan, pelea. No luches batallas que puedan herirte, el tigre tullido no puede cazar mañana. Si puedes huir o pelear, muere.
Protege el Tapiz, porque hay muchos que lo desean rasgar y destruir. Defiéndelo incluso hasta la muerte, porque vives dentro del mundo, y si éste perece, tú también lo harás. Contra estos enemigos, siempre estás acorralada.
Glorifícate y disfruta tanto cuanto puedas, porque la miseria y la penuria fueron tus compañeros en vida. Ahora vive de forma que no tengas que derramar lágrimas nunca más.
Esta es la sabiduría de la vida. Si usas más palabras para describirla, lo estás haciendo mal. Cose tu coño y conviértete en una hermitaña si piensas así. El trueno solamente conoce una palabra, y esa palabra hace que el mundo entero tiemble. Cuando hayas aprendido a vivir como habla el trueno, entonces sabrás algo.
Esta fue la principal revelación del camino de Piyau Payung. El resto del tiempo lo empleó en averiguar cómo conseguirlo, además de extraer los significados y resolver las contradicciones. Una cosa es saber que quieres ser libre por dentro, y otra conseguir serlo realmente. No es fácil transformarse en una misma.
Por eso es que nosotras no nos consideramos malditas. No creemos que el volver a la tierra sea una desgracia. La desgracia fue la vida que llevamos, o que no llevamos. Algunas de las nuestras no rompieron un plato en su vida y ahora están aquí. Otras hicimos maldades, sí, pero lo hicimos estranguladas por las circunstancias que nos hacen vivir. Tanto unas como otras no hemos escapado del Infierno para arreglar los males que pudiéramos haber causado, sino para vivir la vida que nos negaron.
Una nueva feminidad
Para ser libre de verdad, para librarse de la carga que impone nuestra educación, una tiene que destruirse a sí misma y volverse a construir. No tiene por qué ser de una vez, puedes destruirte un poco y construirte, volver a destruirte y rehacerte un poco más, y así. Pero al final hay que convertirse en una nueva persona.
Quizás ese concepto sea parecido en todos los Dharmas, para poder despegar de este mundo es necesario dejar atrás lo que éramos. Por eso la idiotez ésa del Fénix Que Sube está condenada al fracaso. Uno no puede ir a ningún sitio si no camina. Quedarte en tu rincón, anclarte a tu pasado, es sólo cobardía.
Por eso hace un rato, cuando me has preguntado que por qué estábamos contra los hombres, has mostrado tu ceguera y el afán de protagonismo y el egocentrismo masculino. Esto no tiene nada que ver con los hombres o la opinión que tengamos de ellos. Es simplemente que un varón no ha sido sometido de la misma forma que nosotras, por tanto no puede aplicarse las enseñanzas de Piyau Payung. Porque en el Dharma lo que te ilumina no es el punto al que quieres llegar, sino el viaje que haces. Con todo hay hombres que empiezan este camino, pero me estoy yendo del tema.
Piyau Payung vio que las mujeres estaban mal hechas, porque habían sido construidas por otros para cumplir con los propósitos de éstos, no de aquéllas. Dicen que las sociedades primitivas eran matriarcales, pero hace ya mucho de eso y los hombres crearon una mujer hecha para servirles.
Piyau destruyó a la mujer que era para crear otra. En vez de renunciar a su género, creó un nuevo modelo. Donde antes era sumisa, obediente, recatada y discreta, la nueva mujer de Piyau Payung es rebelde, orgullosa y descarada.
Y, por supuesto, disfruta de su sexualidad. No eres mujer y por eso no sabes lo que es la sexualidad que nos inculcan. Complacer al otro mientras te niegas el placer para ti. Estoy hablando en serio. En vida me secuestraron, y me vendieron como esposa de un desconocido. Nunca imaginé que el sexo fuera placentero hasta que tuve la oportunidad de volver de la muerte.
Una vez hecha la nueva mujer, a la Veneradísima no le pareció suficiente con una mujer “humana”. La vieja mujer había vivido siempre a la sombra, y aquéllas que tomaban las cualidades de la nueva, como una sexualidad libre, eran sometidas al escarnio y la vergüenza. La Bodhisattva quiso elevar a su nueva mujer a la divinidad, y cambiar la vergüenza por el orgullo y el escarnio por la veneración.
Por eso, tomando como modelo las deidades hindús, creó vestimentas llamativas de oro y joyas que mostraban sin tapujos los atributos sexuales que una mujer modesta oculta a los ojos de los demás. Por eso, también, aceptó a sus seguidoras, que fueron a la vez sus alumnas, sus amantes y las primeras adoradoras de su nueva figura femenina.
Y dentro de la misma idea, fue cuando creó el Shintai de la Carne. Era su estudio para llevar a la divinidad el cuerpo femenino, sobre el que la sociedad patriarcal impone el tabú, haciendo que muchas mujeres sientan vergüenza del mismo.
Sus alumnas aprendieron el nuevo arte, y empezaron a ser conocidas como Penanggalan, por la de sacar la cabeza de su cuerpo. Las Penanggalan de hoy adoptan también escandalosas vestimentas y exigen la veneración de sus súbditas.
El Yo Interior
La libertad interior es cuando actúas por tus deseos y no por los de los demás. Eso exige conocer y seguir tus deseos e impulsos.
Los filósofos Kuei-jin dividen el alma en Hun y Pò. Nosotras los llamamos el Yo Exterior y Yo Interior.
El yo exterior se preocupa por lo correcto: el conocimiento, los modales y el buen comportamiento a los demás. Es la disciplina y es, sobre todo, el raciocinio. Por eso el yo exterior es también necesario, la mente, dicen los filósofos, es un artificio sobre la consciencia. Pero un artificio necesario, pues no podemos ir flotando por ahí con nuestra consciencia pura.
Pero nuestro camino se ocupa más del yo interior. Él es quien contiene nuestros anhelos, nuestros instintos y también nuestros miedos. Él es al que todos los demás Kuei-jin temen escuchar. De acuerdo, es peligroso, porque no es racional y sólo ve el corto plazo, porque no está preocupado por las consecuencias ni las sutilezas de la libertad exterior, y por eso seguirlo ciegamente te puede meter en toda clase de líos. Pero al menos hay que escucharlo, pues darle la espalda es darle la espalda a una misma, y vivir según los dictados de los demás.
Además, el Demonio es una fuente de fuerza. Es este poder indómito junto con su carácter despiadado y brutal el que nos ha permitido vencer y aterrorizar a nuestros enemigos, sean los siervos de los Reyes Yama, el Quincux o la oposición de Descastados de otros Dharmas.
Las Flores Sangrientas no evitamos al Pò, como otros, sino que aprendemos a satisfacerlo y a relacionarnos con él de una forma que no lleve a nuestra propia destrucción, y cultivamos el poder que extraemos de él.
La Naturaleza Sombra, tan temida en otros lugares, para nosotras no es más que otro estado de ánimo, uno que experimentamos a menudo. Otro motivo más para estar en paz con tu yo interior.
El otro yo, el exterior, no puede ser dejado de lado eternamente, tarde o temprano necesitamos equilibrarnos un poco. Pero generalmente en nuestras neófitas han cultivado un Hun fuerte en su vida como perfectas esclavas, por lo que los primeros pasos suelen ser cultivar el Pò hasta conseguir someter al yo exterior.
Más conocido de nuestra Corte es nuestra orientación al Yang. La razón es parecida, nuestras vidas han estado llenas de la moderación y pasividad del Yin. Ahora nos arrojamos a la pasión del Yang para vivir intensamente la vida que se nos negó. Los taoístas, otros machistas, asignaron a la mujer la virtud del Yin, pero la nueva mujer de Piyau Payung se rebela como un torbellino Yang ansioso de pasión.
─ ¡Espera -protesté asustado-! ¿Me estás diciendo que a las vampiras sin experiencia ni disciplina las arrojáis al Pò y luego les enseñáis a fortalecer el Hun? ¿Cómo esperas que un Mono Corredor tenga la fortaleza para sobrevivir a su Demonio? ¿Cuántos miembros perdéis por el camino? ¿No es más lógico hacerlo al revés?
─ Así lo hacéis vosotros, ¿verdad? Pero llega un momento en el que tenéis que enfrentaros cara a cara con vuestro Demonio, miradlo de frente y aceptarlo. ¿Cuántas veces un vampiro educado y disciplinado se pierde totalmente al entregarse a su Pò? Hacerlo de la otra forma, además de ser coherente con nuestra filosofía, nos permite ahorrarnos años de entrenamiento sobre sujetos incompetentes.
─ Tiene cierto sentido, aunque es ciertamente cruel y falta a nuestro deber de ayudar a los jóvenes en su Camino de Vuelta -sorpresa, otro aspecto de las Cortes Doradas opuestas al Gran Principio-.
─ Mmmmh… No, no lo veo así. Nosotras les ponemos en la pista para conseguir liberarse e iluminarse de forma rápida. Si ellas se estrellan, al final es su responsabilidad.
─ ¿Y cómo tutelais a un discípulo que no sabe nada para enfrentarse al ser más peligroso con el que se va a relacionar?
─ No. No les tutelamos. Bueno, no les tutelamos apenas. No pongas esa cara, te lo explico.
Jerarquía de las Cortes Doradas
Bajang
Cuando una chih mei aparece y empieza a hacer el caníbal, una Familia de Sangre lo captura, si lo encuentra. La Familia de Sangre es como un Wu, pero diferente, luego te lo explico.
El caso es que si cae en nuestras manos, la Penanggalan, o más probablemente sus alumnas, la mantienen prisionera, la alimentan, le hablan e incluso la pasean. Generalmente se le trata con cierta brutalidad, pues las vampiras en ese estado no entienden más que eso, pero he escuchado de Familias que prueban a tratarle con todos los mimos.
Sea como sea, al final la caníbal se acaba tranquilizando un poco. Conforme va adquiriendo cierto autocontrol, se le va dando más libertad y se le enseña a cazar, a ser prudente y los primeros rudimentos del Shintai de la Carne.
Por supuesto, la hin querrá tarde o temprano explicaciones. Es entonces cuando se le cuenta que está aquí para vivir la vida que no pudo, para ser libre, para hacerse de nuevo a sí misma. Puede parecer una maldición, pero es una oportunidad.
Puede parecer hipócrita decirle que está aquí para liberarse a la vez que se le mantiene prisionera. Pero por eso en cuanto ha alcanzado unas nociones mínimas y es capaz de cuidar, o medio cuidar, de sí misma, y puede alimentarse de sangre, es liberada.
A partir de ese momento es una Bajang. Significa que es libre. Para hacer lo que quiera, para valerse por sí misma y para aprender las lecciones que quiera ella sola. Siempre, por supuesto, que no desafíe la autoridad de la Penanggalan, que ya no es su familia, pero sigue siendo su reina.
El deber más importante de una Bajang, un deber hacia ella misma, nadie se lo va a exigir, es aprender. La libertad que propugnamos hace que no guiemos a nuestras discípulas sino que busquen las respuestas por ellas mismas. Ni siquiera se les instruye formalmente en el Dharma, sólo algunas indicaciones y se les anima a que se hagan libres, aunque de la manera que ella quieran. Son prácticamente, ¿cómo lo llamáis?, kámbujián. Los secretos de la iluminación, las lecciones más importantes, son guardados por las Penanggalan, pues es la fuente de su poder sobre las demás.
Por supuesto, esta libertad de pensamiento que les damos hacen que muchas se alejen de nuestra filosofía y sigan otros Dharmas. No pasa nada, respetamos su libertad, incluso su libertad de equivocarse. Siempre que, como siempre, respeten el poder de las Penanggalan.
Los chih mei masculinos no son abandonados a su suerte. También son capturados e instruidos, incluso se les ofrece esa mínima iluminación para valerse por sí mismos. Pero no pueden ser Bajang porque no han tenido las vivencias adecuadas. Pasan a las filas de los Descastados, y tendrán que buscar la iluminación por sí mismos, o aprenderla de quien se la quiere enseñar.
O bien, convertirse en mujeres…
Langsuir
No te voy a engañar, los años como Bajang son los mejores. Bueno, ser una Penanggalan tiene que ser aún mejor, pero eso no lo he experimentado. Una Bajang explora por su cuenta, cosechas sus éxitos y sus fracasos. Estos últimos son amargos, pero al menos son tuyos, y terminan convirtiéndose en preciosas lecciones vitales. Tienes que buscarte la vida sin ayuda, de vez en cuando tienes que obedecer a la Penanggalan o lamerle el culo a una Langsuir. Estás siempre en peligro de muerte. Pero eres tu misma, por ti y para ti.
No obstante, si alguien pudiera alcanzar el dên por sí misma solamente, no existirían las Cortes ni toda la parafernalia.
Al principio todo es nuevo, los instintos del Demonio, la caza, los poderes, los placeres que te negaste en vida. Alcanzas algunas verdades por ti misma. Como lo hiciste sola, son tus verdades, y en eso son reconfortantes.
Esa pequeña iluminación autodidacta es suficiente por un tiempo, nos da el mínimo autocontrol, que en nuestro caso no es mucho, y cierta sabiduría para el día a día. Pero cuando pasan algunas décadas tarde o temprano la vida se vuelve monótona, te das cuenta de que has estado haciendo lo mismo y que llevas mucho tiempo sin aprender nada nuevo. Empiezan las preguntas existenciales, y te empiezas a frustrar porque parece que no estás en este mundo para nada.
En este punto al que todas llegamos alguna vez, hay dos salidas. Puedes intentar buscar entre los Descastados alguien que quiera darte lecciones por algún motivo, seguramente a cambio de algún tipo de servidumbre. Muchos de ellos incluso siguen Dharmas que han permeado en nuestras tierras y se han extendido de maestro a alumno. Si quieres hacer eso, por nosotras no hay ningún problema.
Pero si la filosofía de Piyau Payung te ha convencido y quieres convertirte en una nueva mujer como la Veneradísima, entonces no te queda más remedio que rogar la instrucción de sus descendientes: las Penanggalan.
Cada Penanggalan mantiene un séquito de sus alumnas, que son conocidas como Langsuir, formando todas juntas lo que se llama una Familia de Sangre. Es un nombre curioso porque no hay sangre ni familia carnal implicada, pero así se le llama.
La solicitante debe convencer a la Reina de que ha alcanzado suficiente iluminación para dejar atrás la etapa de Bajang. También de que posee habilidades interesantes para la Familia. Por qué no decirlo, la belleza física también es apreciada, tanto en la futura Langsuir como en la Reina (ya que la Langsuir puede acudir a una Penanggalan u otra). Ya que los Bajang y Descastados no pueden interpelar nunca directamente a una Reina Dorada, muchas veces necesita antes ganarse el favor de una de sus Langsuirs le que haga de alcahueta.
Si todo va bien, finalmente la Bajang se une a la familia de la Penanggalan en una ceremonia que se parece en cierta manera a un casamiento. La noche de bodas se prolonga durante el resto de la noche, y sí, es como una noche de bodas, pero entre vampiros desequilibrado, algo que la pupila no va a olvidar fácilmente.
Después de eso, ya pertenece a la Familia de Sangre, el séquito personal de la Reina. La relación entre una Penanggalan y su Langsuir es intensa y compleja. No, no es equitativa. La Penanggalan lo es todo para su pupila: es jefa y es maestra, es madre, es esposa y es amante, es sacerdotisa y diosa. Desde este momento y hasta que se emancipe, la Langsuir tiene dos responsabilidades: aprender y servir a su Reina.
Pero hay algo más. Desde la ceremonia nupcial, surge en la alumna un intenso amor por su maestra. No es sólo la admiración que de por sí suelen despertar las Reinas Doradas, es algo sobrenatural. Te puedo asegurar que nunca has sentido algo así, y es por eso que la lealtad de las Langsuir es inquebrantable, si todo se ha hecho debidamente.
La Reina provee instrucción y protección. Pero no olvidemos que nuestra filosofía es servirnos a nosotras mismas, así que el precio de esto es alto. La Langsuir tendrá que esmerarse en buscar el beneficio de su Reina y su Familia primero, y el suyo personal después. Este beneficio se puede proveer en muchas formas. La económica es una de las más usuales, pero las alumnas pueden proveer influencia, investigación arcana, gestiones y hasta fuerza bruta. En realidad, cualquier cosa que se le pueda dar bien y sea de interés de la Familia.
En las últimas décadas los cambios tecnológicos y sociales han desorientado mucho a las Familias de Sangre, ya que es muy raro que una Penanggalan tenga menos de cien años. Esto ha provocado la necesidad de estas habilidades, aunque — ???
La relación de una Langsuir con el resto del harem es bastante más difícil. No existe ese amor sobrenatural entre las concubinas, por lo que son más habituales la competitividad y los celos, más cuando los Pò de los miembros están muy desarrollados. Claro que si la Reina conoce que por culpa de esos sentimientos mezquinos se está poniendo en peligro su poder e influencia, castigará duramente a las culpables. Esto es lo que mantiene a raya, más o menos, las rencillas entre Langsuirs. Algunas de estas enemistades perduran incluso cuando abandonan la Familia, y a menudo las mayores enemistades entre Penanggalan se dan entre aquéllas que compartieron el lecho de una misma Reina.
Sólo algunas Familias consiguen que sus miembros trabajen en armonía, pero éstas son desde luego las que adquieren poder y preeminencia.
Como he mencionado antes, nosotras desarrollamos el conocimiento y el poder del Pò como nuestro Yo Interno. Normalmente la Bajang es la parte que ha estado desarrollando, y en este punto es tan poderoso que la vampira tiene problemas para vivir en sociedad. Como Langsuir tendrá que aprender a equilibrarse, y esta etapa es como un alto en el camino con muchas obligaciones para incrementar el Hun.
Este Hun, esto tenlo claro, no es el mismo Hun de los mortales. Para ellos, una Langsuir será un monstruo tan despiadado o más que sus inferiores Bajang o sus superiores Penanggalan. Este Yo Exterior se construye respecto a las responsabilidades hacia la Reina y sus otras concubinas, y en un segundo plano hacia las Cortes Doradas en general. Se construye a través de obediencia y devoción. También de castigo y la disciplina.
Cuando entras en una Familia pasas de ser absolutamente libre a ser la sirvienta de la Penanggalan. Tu Pò, acostumbrado a moverse sin ataduras, se rebela habitualmente contra eso, y a veces no lo puedes controlar. Por eso al principio son constantes las infracciones y los castigos, brutales como no podían ser de otra manera. Las Penanggalan y sus otras hijas fingen mucho enojo, pero en el fondo saben que es inevitable que la novata se comporte así (como inevitable es el castigo para corregirla).
Además de fortalecer el Yo Exterior, la Langsuir debe también profundizar en el Yang, y también seguir avanzando en su Dharma. Para ello, las Reina le da lecciones o le hace encargos que le pongan en la posición de progresar en una de las dos cosas.
Penanggalan
Para una secta que persigue la libertad ante todo, ser la obediente concubina de una Reina difícilmente es nuestra meta final. Eso es sólo un paso necesario para conseguir el conocimiento y desarrollo necesario para empezar a volar.
Lo que quiere decir es que realmente necesitas al menos uno o dos siglos para disfrutar de lo bueno. Es un poco jodido, pero también es verdad que en el momento en que nos levantamos de la tumba ya estamos bastante jodidas. Nadie dijo que fuera fácil, y creo que en vuestras tierras tampoco lo es.
No es fácil convertirse en Penanggalan. Hace falta tener muchos conocimientos, una buena comprensión del Dharma, habilidades marciales y dominio sobre el Shintai de la Carne, el legado sobrenatural de la Veneradísima Piyau Payung para transformarnos en la nueva mujer.
Todo esto es evaluado por tres Penanggalan, normalmente la Reina de la candidata y otras dos, en el temido rito conocido como Bienvenida a la Penanggalan. No conozco los detalles porque es un ritual secreto, pero sé que se evalúa desde la comprensión Dhármica hasta las habilidades de lucha. No todas lo pasan, y alguna vez muere la candidata. Al final se dice que acaba todo en una orgía, lo que es bastante probable porque muchos de nuestros ritos acaban así.
Las Penanggalan ocupan un espacio parecido a vuestros Mandarines y Ancestros, uno u otro dependiendo del poder personal de esa Reina, porque aunque en rango son iguales, una cosa muy distinta es la fuerza, astucia y relaciones de cada una.
Al no existir una jerarquía por encima de las Penanggalan, las Cortes tienen una organización muy libre y descentralizada, caótica a veces. Desgraciadamente, surgen muchas rivalidades, lo que provoca guerras abiertas o soterradas.
Siendo franca, no es cierto del todo que no exista jerarquía entre las Reinas, pues hay una invisible, informal, pero fundamental. Ya que toda Penanggalan ha sido antes Langsuir de otra, existe una genealogía artificial. Los sentimientos de amor entre una Reina y su alumna no desaparecen cuando ésta se independiza. Por tanto aunque oficialmente tengan el mismo rango, en realidad la hija siempre estará subordinada a la madre en su fuero interno.
Esto teje una red muy compleja de lealtades invisibles. En teoría debería mantener unidas a todas las Cortes, pero la realidad es mucho más complicada. Cuando una Penanggalan muere, sus descendientes son cercenadas del árbol, creando un racimo nuevo que no tiene vínculos místicos con el resto. También son muy comunes los enfrentamientos entre Penanggalan que una vez sirvieron a la misma Reina, alimentados por décadas de celos y competición.
A la muerte de una Reina, lo normal es que sus Langsuir busquen revancha, por lo que una Penanggalan inteligente matará no sólo a su rival, sino a toda su descendencia. A veces, puede ofrecerle unirse a su harem a alguna prometedora, pero muchas Reinas Doradas consideran que es un movimiento peligroso. Las demás, deberían correr a suplicar la protección de alguna Penanggalan, pero ha de ser suficientemente poderosa como para no temer la ira de la asesina.
Conozco esto de primera mano, cuando mi Reina murió, las Langsuir que quedábamos sabíamos que seríamos perseguidas y exterminadas. Por eso decidimos hacer lo contrario de lo esperado, en vez de huir les golpeamos antes de que se recompusieran de la última batalla, y conseguimos, por suerte y audacia, derrotar y matar a la Reina traidora. Sobrevivimos una hermana y yo. Ella se unió a otra Penanggalan, pero yo no estoy lista aún, amaba muchísimo a mi Reina, y no estoy preparada para desechar esos sentimientos en favor de otra. Así estoy saboreando otra vez la libertad de la Bajang, pero con más fuerza y sabiduría, y la necesidad de hacer favores a muchas Reinas en vez de a una.
Conocer la red de amor entre Penanggalan es fundamental para la supervivencia. Por eso, las Langsuir estudian genealogías y biografías de cientos de vampiras por todas las cortes. Si te metes con la vampira equivocada, puedes acabar enfrentándote a las Reinas más poderosas con familias que se extiendan por todas las Cortes. La segunda moraleja es que más vale a veces tragarte tu orgullo ante una mindundi si esa mindundi tiene una buena ascendencia a sus espaldas.
Ante esto la estrategia más evidente es que una Reina Dorada debería intentar acoger cuantas más Langsuir mejor, para un día sean Penanggalan a su servicio. Pero hay un problema, si una Reina acoge a demasiadas alumnas, el vínculo se debilita, algunas veces incluso puede llegar a romperse. Por eso la mayoría lo tienen claro: calidad antes que cantidad. Las Penanggalan mediocres, o muy novatas, se ven obligadas a acoger a cualquiera, pero las más poderosas se lo piensan mucho antes de acoger a demasiadas alumnas y correr el riesgo de que a cambio de la novata pierda la lealtad incuestionable de una de sus poderosas alumnas emancipadas, algo que es muy peligroso.
Otra razón para tomarse las cosas con calma es no dividir demasiados recursos. Cuando una Langsuir se emancipa, su maestra suele concederle algo de territorio y recursos para que pueda empezar, con la esperanza de que sea capaz de incrementarlo y hacerse su propio espacio, en contienda con otras Penanggalan, o incluso con criaturas más peligrosas como la Gente Feroz.
Juicios Dorados
No todos los conflictos entre Reinas se dirimen por la violencia. Las Penanggalan pueden acogerse a un juicio para dirimir su disputa. El tribunal está conformado por otras tres Penanggalan. Cada parte de la contienda elige a una, obviamente a su favor, y las otras dos eligen a una tercera.
No aceptar el veredicto es un grave insulto para las tres juezas, por lo que las partes no suelen iniciar el juicio salvo que crean que pueden ganar, o se vean con pocas fuerzas para enfrentarse en guerra abierta.
Tradicionalistas contra Progresistas
El cisma nacido en los tiempos del colonialismo entre Tradicionalistas y Progresistas sigue dividiendo a las Penanggalan.
Las primeras son quienes tratan de adherirse estrictamente a las enseñanzas de la Veneradísima Piyau Payung. Se aferran a los ritos y formas tradicionales, y viven en lo profundo de la selva al margen de las sociedades humanas. Sólo cuando necesitan algo (sustento, dinero, placer, …) bajan a la aldea más cercana, lo toman y se marchan.
Las segundas exploran nuevas vías de iluminación y crean sus propios ritos. Viven pegadas a los mortales tratando de seguirle el pulso al mundo moderno. Las más poderosas controlan imperios económicos o criminales.
Las progresistas afirman que aferrarse al pasado no conduce a ningún sitio, y que Piyau Payung llegó a las Cien Nubes desafiando lo establecido. Las tradicionalistas replican que en todo este tiempo el enfoque modernista no ha encontrado nada nuevo, y que sólo persiguen las ilusiones del mundo material.
Hay una cuestión generacional, pero no es absoluta. La mayoría de las progresistas son jóvenes, relativamente, y algunas de ellas se vuelven tradicionalistas con el paso del tiempo. Por otro lado, ya existen progresistas con bastantes siglos a sus espaldas, y algunas de las jóvenes son las más fanáticas conservadoras.
En el fondo, hoy en día no son tan diferentes. De hecho, han acercado sus posturas más de lo que les gustaría admitir. Las tradicionalistas ya no viven aisladas del mundo y la política, mientras que las progresistas no son tan innovadoras y utilizan la fuerza de la ley y la tradición a su favor. Actualmente es mas una cuestión política más que religiosa, y las Reinas pueden vestir de una forma u otra para mostrar sus alianzas políticas.
Es muy fácil distinguir qué facción ha elegido una Penanggalan a simple vista, al menos en las ocasiones formales. Las tradicionalistas siguen adornando sus cuerpos con joyas doradas, huesos u otros ornamentos arcaicos que ya usaba la Veneradísima. Las otras usan vestidos de látex, tintes, maquillajes o cualquier cosa para mostrar su modernidad.
La Emperatriz Dorada
─ No entiendo ese conformismo con una situación que me describes como de guerra constante. En un territorio tan inmenso sin una autoridad central no esperaría más que caos. ¿No os planteáis elegir a una líder? Al fin y al cabo, ¿no seguíais antes todas a vuestra Veneradísima?
Precisamente. Piyau Payung encontró la luz que iluminó a todas sus seguidoras. La prueba de su sabiduría es su ascenso a las Cien Nubes. Pero, tras su marcha, ¿quién puede decir que tiene razón sobre los dogmas? ¿Quién puede tener autoridad por encima de las otras Reinas?
La Veneradísima era conocida como Emperatriz Dorada, la Reina de Reinas, ante la cual todas las demás se inclinaban. Tras su marcha hubo mucha disensión sobre cómo debería ser el liderazgo de las Cortes. Hubo un encuentro entre las Penanggalan para intentar dar con una solución, pero solamente se avivó el odio y el enfrentamiento, y todo degeneró rápidamente entre gritos en una pelea campal. Hasta que una de las alumnas aventajadas de la Veneradísima lanzó un grito de rabia y desesperación que paralizó inmediatamente la trifulca, ganándose el nombre de Grito de Rabia.
Se dice que todas las Penanggalan presentes se iluminaron y decidieron acabar la disputa y no elegir a ninguna nueva Emperatriz hasta que apareciera una Bodhisattva digna de ello, ya que sólo alguien así de iluminado está fuera de errores y prejuicios, y puede llevar el cargo imparcialmente.
Desgraciadamente, no hemos vuelto a tener una Bodhisattva. Esto es usado una y otra vez por los extranjeros para denostar nuestros caminos y prácticas. Injustamente, porque la ascensión de Piyau Payung demuestra la validez de sus doctrinas.
Si me preguntas, y por supuesto esto no lo compartas con nadie [nota del transcriptor: ups, lo siento], la culpa la tienen las propias Penanggalan. Mientras Piyau Payung vivía libre y dueña de sí misma, las Penanggalan se ven obligadas a competir unas con otras. Para poder mantenerse, tratan de acumular recursos en el mundo mortal, honrar a otras más poderosas y someter a las débiles. Todo esto son cadenas que las atan al mundo material y les evitan liberarse. Sinceramente, creo que una mayoría creen que han llegado al tope de nuestro mundo, y ha abandonado toda noción de iluminación para dedicarse a la política y la guerra.
Se dice que la propia Grito de Rabia podría estar a punto de alcanzar ese estadio de iluminación, y podríamos tener una Emperatriz pronto. Me pregunto a dónde podríamos llegar con una líder que nos guíe y arbitre en las disputas. Pero también te digo que se lleva diciendo lo mismo durante al menos un siglo, así que, ¿quién sabe?
Matrimonios de conveniencia
Algunas Langsuir en su empeño por ganar dinero para su Reina, o para ellas mismas, recurren a matrimonios con hombres ricos.
Primero, la vampira tiene que encontrar un blanco prometedor, y seducirlo. Las artes carnales que aprendemos de nuestra Familia son fundamentales para conseguir que el hombre se enamore tanto que esté dispuesto a dejarlo todo por su nueva amante, y esté dispuesto a ignorar cosas extrañas como no verse de día.
Después tendrá que formalizarlo con una boda. Esto antes era más fácil, pero ahora requiere conseguir documentos de identidad de alguna forma, por lo que ya no es un camino que puedas iniciar sin ayuda.
Después hay tres opciones. Matar a tu marido y quedarte la herencia. Seguir casada con él y usarlo como fuente de ingresos e influencia. O hacer lo segundo hasta que hay demasiadas sospechas o aburrimiento, y llega el momento de decantarse por la primera opción.
En lo que dure el matrimonio, la Langsuir debe procurarse la forma de lidiar con su marido y su curiosidad. O bien usa poderes para someterlo, o lo hace mediante el terror, o se monta una serie de excusas increíbles.
Antes era fácil tener al marido aislado de la familia. En el mundo moderno las comunicaciones hacen cada vez más difícil esta forma de vida. De todas formas, esto tuvo su máxima popularidad en el siglo XIX, como una forma rápida de ganar influencia mortal, ahora cae en desuso no sólo por las complicaciones, sino por el inconveniente de hacer todo a través de un marido en nuestro camino espiritual. Yo ya tuve un esposo repugnante cuando estaba viva, y no he querido volver a pasar por la experiencia.
En lo oficial:
En el Libro de los Dragones Asesinos la práctica de tomar maridos aparece como obligatoria de las Langsuir, pero no tiene demasiado sentido con los principios de los Dragones Asesinos, y menos con el sentido de liberación femenina que le he dado a las Penanggalan.
Los hombres en las Flores Sangrientas de la Pasión
Como he explicado, la vía de iluminación de la Veneradísima Piyau Payung no está pensada para ser comprendida por los hombres, porque en sus vidas no han llevado el corsé de una mujer. Los hombres pueden sufrir más o menos en sus vidas, pero se espera de ellos que actúen y hablen. A las mujeres nos ponen una mordaza, pero no ya en la boca, sino en el cerebro para que no pensemos ni sintamos.
Por ese motivo no había hombres originalmente en las Flores Sangrientas de la Pasión. Sin embargo, una célebre Penanggalan, la tailandesa Rey̒ C̄hlād, estaba preocupada porque se le privase a la mitad de los Kuei-jin de la oportunidad de seguir la doctrina de la Veneradísima. Pensó que si los hombres, que no eran pocos los que se interesaban ante el poder de las Penanggalan y el colapso de la Corte del Fénix, querían seguir los pasos de Piyau Payung, primero debían sufrir de la misma manera. Para liberarse primero hay que estar atrapado.
Rey̒ tomó varios alumnos y los sometió a sus teorías. Más adelante permitió que se unieran a su Familia como Langsuir. Esto provocó el rechazo y la ira de otras Penanggalan más conservadoras, y el cisma llegó incluso a desatar la violencia entre partidarias y detractoras. Para intentar poner paz en la zona, rogaron a la Bodhisattva que se pronuciara. La veneradísima finalmente consintió en abandonar sus contemplaciones y acudió a examinar a Rey̒ y sus estudiantes. Su conclusión fue que eran Langsuir dignas, y que debían presentarse a la prueba de la Bienvenida de la Penanggalan. Algunas fallaron, pero dos se convirtieron en las primeras Penanggalan que habían nacido como hombres. Como nadie duda de la sabiduría de Piyau Payung, esto dejó el tema zanjado.
Los hombres que quieran entrar en la secta y llegar a convertirse en Penanggalan han de estar dispuestos a abandonar su género. Primero se convertirán en la vieja mujer, y después ya podrán renacer como la nueva.
Estos aspirantes no empiezan como Bajang. En lugar de eso, se unen a una Familia de Sangre, pero en una posición muy inferior a una Langsuir. De eso se trata precisamente, de ocupar la parte más inferior de su Familia.
Aún no adoptan nombre ni maneras femeninas, pero su papel es similar al que tiene la mujer en el mundo de los vivos. Al menos el que tenía cuando yo estaba viva. Debe limpiar, cocinar, y hacer cualquier tarea para su Penanggalan o la Langsuir que le hayan asignado. Puede asistir a las reuniones de la familia, pero siempre en un segundo plano. No debe hacer nunca nada para su propio bienestar, toda acción ha de ser de entrega para los demás miembros. Y también es usado como objeto sexual, para el placer de sus superiores, no para el suyo propio. Y, sobre todo, no debe quejarse nunca, ni siquiera mostrar enfado o disgusto de ninguna forma.
Cualquier falta en su actitud será severamente castigada. Aunque algunas Langsuir se aprovechan infantilmente de esto (bueno, ¡quién puede resistirse a jugar un poquito con ellos!), no se debe perder de vista que pese a toda esta humillación, todo se hace para el aprendizaje del alumno. Ahora que lo pienso, esto puede ser el motivo de la leyenda de que tratamos mal a los hombres, pero lo cierto es que es por su bien.
Este duro adiestramiento suele durar algunos años, lo que tarde el candidato en estar listo. Las Penanggalan monitorizan concienzudamente la sinceridad de su actitud. Ten en cuenta que muchos de los que se unen a la secta lo hacen por poder alcanzar una posición más elevada, y es posible que finjan la sumisión. No se les permitirá avanzar hasta que la hayan interiorizado realmente.
Una vez se considera que entienden la opresión, se les introduce en algunas nociones más del Dharma, se les enseña el Shintai de la Carne, y se les libera como a una Bajang. A partir de ese momento se les considera mujeres. Deben adoptar un nombre femenino y vestir como una mujer, y usar siempre pronombres femeninos en el lenguaje. A todos los efectos sociales son consideradas como miembros de su nuevo género. Y deberán imponer respeto a cualquier Krahang que tenga un problema con ello.
Gracias a las experiencias previas, el tiempo de Bajang suele durar algo menos que en el caso de las que nacieron como mujeres. Después pueden pasar a ser Langsuir. Seguirán teniendo un cuerpo masculino hasta que sean capaces de transformarlo con Shintai, dejando atrás el último rastro de masculinidad.
Ten cuidado, preguntar por el sexo original de una Langsuir o Penanggalan es un grave insulto. Hay algunas Reinas que se lo permiten, pero sólo si se saben muy superiores.
Aún cuando las Flores Sangrientas reconocen como verdaderas a las Penanggalan que se transformaron en mujeres, no todas las Reinas se dignan a tomar alumnos. La práctica tiene mayor aceptación Tailandia. En el resto del territorio de la Corte varía mucho entre quienes aceptan su existencia a regañadientes pero las miran por encima del otro y quienes aceptan alumnos sin problema o incluso sienten predilección.
Por otro lado, no todos los hombres, ni siquiera la mayoría, tiene interés en seguir el adiestramiento especial que creamos para ellos. Muchos son demasiado orgullosos y prefieren mantenerse al margen como Krahang.
En lo oficial:
Al principio las Cortes Doradas eran simplemente discriminadoras y los hombres estaban resignados a ocupar la posición más baja. En el Libro de los Dragones Asesinos se estableció una transexualidad por rango: los Bajang eran siempre considerados masculinos y tenían que vestir como tales y a partir de Langsuir las mujeres podían volver a ser mujeres y los hombres tenían que tomar el género femenino.
He tomado esto como forma de que los hombres puedan progresar en la secta, pero no he encontrado motivos convincentes para que las Bajang tuvieran que asumir un género masculino.
Dhampiros
─ ¿Y las Penanggalan que proceden de hombres pueden procrear? ¿No era el concebir un hijo un requisito para subir de rango en las Cortes Doradas?
─ ¿Qué? ¡No! ¡Qué va! ¿Por qué?
─ Bueno, al fin y al cabo se podría decir que sois un culto a la feminidad. ¿Y qué mayor cualidad de la mujer que la de concebir vida? Y siendo Gui Ren Yang que practican el sexo de forma religiosa, ¿no es común de todas formas que haya muchos hijos? ¿Cómo tratáis con ellos?
Espera, vamos por partes. El papel de la mujer como fábrica de bebés es de la vieja mujer. La vieja mujer vive para sus padres, después para su marido y después para sus hijos. Nosotras fomentamos el Yo Interior para liberarnos de todas nuestras cargas, y el traer un hijo y criarlo es una carga del Yo Exterior. Por tanto, olvídate de esa idea de la mujer, nosotras estamos aquí para exaltarnos y mirar por nosotras mismas. Deja que los humanos se reproduzcan y continúen la especie, ése ya no es nuestro mundo.
Lo que pasa es que sí tienes razón en que en nuestra vida practicamos mucho el sexo. Y no sólo de forma religiosa, también por placer y hasta por aburrimiento. Los embarazos son comunes, sí.
Y no importa con qué sexo naciste. El Arte de la Carne de Piyau Payung es tan grande que permite el cambio de sexo verdadero. No se trata de ninguna ilusión, se pueden engendrar, o inseminar, hijos.
El embarazo es una putada. La solución más fácil es el aborto. Y no hace falta ninguna clínica, un pequeño régimen de ayuno matará al pequeño bastardo. Casi todas lo harían, si no temieran las consecuencias.
No sé si en vuestra tierra conocéis la leyenda de los Niños Dorados. Según esta historia, los Dhampiros son las almas de los hijos de los Wan Xian, que vuelven para intentar salvar a sus padres de su error.
La mayoría piensa que es una tontería, una patraña. Pero a la hora de la verdad, da miedo. Si el Emperador de Jade maldijo a los Wan Xian y condenó a todo el Reino Medio, cuando éstos mataron a sus propios hijos, ¿qué salvación le espera a quien los mata de nuevo cuando vuelven a por nosotras?
Creamos o no la historia, pocas se arriesgan a la posibilidad de que fuera cierta. Por tanto nos enfrentamos al embarazo o la cría de distintas maneras, muchas veces según el estatus de la madre.
Para las Bajang la opción más segura es abandonar a la criatura. La no-vida en soledad es peligrosa, y es difícil explorar nuestra libertad con un hijo cargado a la espalda.
Entre las Langsuir el abandono es una opción todavía frecuente. Pero un cierto número de ellas deciden criar y adiestrar a la criatura. Las razones pueden ser varias. Aunque rechazamos el papel de la mujer como parturienta y madre, algunas Kuei-jin deciden tomar la oportunidad para explorar otras ramificaciones del Dharma, y tomarse unas décadas para explorar la vida desde esa perspectiva. Para otras es una cuestión menos romántica, ya que se han dado cuenta de lo útil que puede ser tener un siervo que pueda moverse entre los mortales durante el día. Sea cual sea la razón, la estabilidad y seguridad de la vida Langsuir hacen posible lo que una Bajang raramente se puede permitir. También muchas Langsuir han llegado a cierta solvencia económica, por lo que se pueden permitir niñeras, y hasta familias adoptivas, si no quieren ocuparse ella misma.
Las Penanggalan tienen a su alcance una solución más fácil. Tienen un harem de servidoras para elegir la mejor cuidadora para su equipo, y suelen presentarlo como un ejercicio espiritual para reequilibrarse hacia el Hun.
De todas formas, aún cuando quieras llevar a buen puerto tu embarazo, no es fácil. Nuestra vida es peligrosa, y no siempre puedes mantenerte segura y bien alimentada. En mi caso, sólo una vez pude completar el embarazo. Opté por dejar al niño junto a la puerta de una casa y no he vuelto a mirar atrás. Creo que es lo más honesto. ¿Qué tipo de vida tendría él y cuál tendría yo? No quiero ser su esclava, ni tampoco quiero que el esclavo sea él. Así su vida depende de él, y se tendrá que responsabilizar de su propia suerte, y no vivir en un mundo dominado por poderosas Reinas sanguinarias.
Se hizo un silencio después de esto. Entendía las motivaciones de Gái Gai, pero no compartía su razonamiento. Un hijo abandonado puede tener suerte o no, pero raramente depende de él. He conocido a Pontianac, como los llamamos nosotras, y no están hechos tampoco para vivir entre los mortales. ¿Qué esperanza tendría esa criatura sin nadie que lo educase y le ayudase a entender su naturaleza? Algún día educaré a mi propio hijo y procuraré que ambos saquemos el máximo de esa experiencia.
Me quedé pensando en todo esto. Pero no me pareció bien atormentar a mi guía avivando dudas que seguramente ya existían dentro de ella.
Krahang
No todos los Kuei-jin de nuestros territorios pertenecen a las Flores Sangrientas de la Pasión. Algunos no desean unirse a una Familia de Sangre y seguir los rangos de la secta.
No tenemos ningún problema con eso. La iluminación es un tema personal y una ha de buscarlo donde crea que le va mejor. Las Cortes Doradas crecieron y se convirtieron en el poder incontestable en la zona, pero nunca obligaron a nadie a unirse a ellas. Sería una estupidez intentar llevar a alguien por un camino que no tiene interés en seguir.
Los vampiros que viven en nuestro territorio pero fuera de la secta son conocidos como Krahang, o Descastados. Sí, es un nombre despectivo, pero es lo que hay. Esta gente vaga por ahí buscando iluminación donde puede. Muchos son lo que llamáis kànbujiàn, desgraciados que no siguen un Dharma sino que apenas sobreviven con lo que han podido aprender por ellos mismos. Otros siguen cualquiera de los Dharmas existentes, bien porque provengan de otras zonas del Reino Medio, bien porque lo hayan aprendido de otros Descastados.
Las Penanggalan toleran cualquier práctica Dhármica, siempre que no suponga una sumisión a los Reyes Yama, o que amenace a su propio poder. Aquí es donde no son tontas: la práctica de un Dharma está permitida, pero las Reinas Doradas no toleran la formación de estructuras de poder. Si surge alguna secta que esté empezando a construir una jerarquía y a actuar de forma coordinada, las Penanggalan actuarán para desbaratarla. Los métodos pueden ir desde desterrar a los miembros a distintas localizaciones hasta el extremo matar a figuras clave. Ya te lo avisé, las Reinas son unas hijas de puta, y no están dispuestas a que su régimen sea reemplazado por otro.
La segunda condición es que los Krahang deben reconocer la autoridad de las Reinas Doradas. Las Penanggalan esperan ser tratadas como reinas y sacerdotisas, cuando no directamente diosas.
Los Krahang normalmente viven en el territorio de alguna Familia de Sangre. Se espera de ellos que respeten sus leyes, su palabra y a sus Langsuir, y que de vez en cuando paguen algún tributo o hagan algún favor. Por lo demás, pueden hacer lo que quieran, y según afirman se sienten más libres que en las Cortes como las del Quincux, o Japón, o ningún otro sitio.
No tienen permitido dirigirse directamente a una Penanggalan, por lo que si alguien necesita algo de la Reina, habrá de ganarse primero la atención de una Langsuir, algo que éstas utilizan muy bien para intentar que el Descastado haga algo que juegue en su ventaja.
Cortes Menores
No obstante, hay algunas excepciones muy importantes a eso de que las Penanggalan no consienten estructuras de poder que no manejen: las Cortes Menores.
Son pequeñas Cortes que existen dentro del territorio que globalmente habitamos y declaramos como nuestro. Unas pocas son muy antiguas y predatan a las Penanggalan, otras han surgido a nuestros pies.
Estas Cortes o bien son extremadamente fuertes, o han llegado a un acuerdo con las Penanggalan para que se les permita existir, bien porque pagan algún tributo (desde dinero o favores, hasta permitirles el paso libre), o porque son útiles en algún sentido. Lo más importante, es que no desafíen la autoridad de las Reinas Doradas.
Las Penanggalan tradicionalistas tenían solían vivir en la selva y principalmente al margen de los mortales. Las primeras Cortes Menores aprovecharon ese hueco para florecer, y a cambio ofrecían a las Reinas su influencia humana cuando éstas lo necesitaban. Las progresistas suelen implicarse más en la sociedad humana, por lo que a la vez compiten y colaboran con estas Cortes.
Existen Cortes Menores en algunas de las grandes ciudades de nuestro territorio. Algunas muestran principios parecidos al Quincux, y otras tienen sus propia pintoresca idiosincrasia. La más prominente es la Corte del León Dorado de Singapur, gobernada por Grullas Resplandecientes muy opuestas a nosotras filosóficamente, pero con la suficiente inteligencia política para no ofendernos. También es importante Hanói, otro bastión de las Grullas, pero muy alineado con vosotros los chinos, y en general en Vietnam hay un número mayor de Cortes Menores. También en Filipinas, donde nuestra influencia es más débil y menos uniforme.
Wu
No existen Wu dentro de las Flores Sangrientas. Las Familias de Sangre son algo parecido, pero no totalmente equivalente a vuestro concepto de familia cadavérica.
Entre los Krahang, habitualmente se forman grupos, pero no son formales como vuestros Wu. Unos son redes difusas de contactos que se ayudan puntualmente, otros grupos de estudio para el Dharma, y otros forman equipos más cohesionados, pero carecen de la unión mística y oficial de un Wu.
Algunos Wu verdaderos sí existen en las Cortes Doradas, al servicio de alguna Penanggalan especialmente poderosa. Estos grupos juran lealtad a la Reina y trabajan para ella a cambio de territorio, dinero o cualquier tipo de pago. Un verdadero Wu se convierte en una herramienta poderosa en manos de la Penanggalan que se puede permitir el pago.
Las Penanggalan no tienen ritos específicos para crear Wus. Así que o bien este tipo de Wu proceden de otra Corte, o toma un grupo de sus súbditos y solicita a una Corte Menor que lo consagren como un Wu. Un favor que nunca sale barato, pero que es una gran ocasión para los Descastados que quieran alcanzar una posición duradera.
Los Wu que no están sometidos de esta forma a una Reina, no son demasiado bienvenidos al territorio. Se les puede permitir la estancia por un tiempo limitado, y siempre con cierta vigilancia, pero las Penanggalan saben lo suficiente de conspiraciones como para entender la amenaza que supone un grupo cohesionado de lealtad desconocida.
Dharmas en las Cortes Doradas
Las Flores Sangrientas de la Pasión
Los Dharmas del Yang y el Pò son practicados con pasión en nuestra secta. La Veneradísima Piyau Payung transitó por ambos y sus enseñanzas se enraízan en ambas filosofías.
Aunque no está en nuestro alcance seguir dos Dharmas al mismo tiempo, todas nosotras aprendemos y nos comprometemos con las filosofías del Dragón Asesino y el Tigre Diablo.
Existen muchos que han intentado tildar nuestras creencias como heréticas. Aún de formas diferentes y extremas, practicamos los Dharmas de Xue. La prueba es que es posible el intercambio de enseñanzas con practicantes de otros lugares. No son pocos los Tigres Diablo o Dragones Asesinos que, como tú, vienen a intentar aprender de experiencias distintas con las que contrastar sus prácticas.
Para las Penanggalan es más difícil moverse por la necesidad de vigilar la corte, pero aún muchas lo hacen en algún momento u otro de su no vida, o envían a alguna de sus Langsuir en busca de experiencias e ideas diferentes.
En ambos casos se dan a veces momentos de iluminación, lo que confirma que son las mismas verdades practicadas de forma distinta.
¿Qué Dharma?
El texto es calculadamente ambiguo respecto a los Dharmas seguidos por las Flores Sangrientas de la Pasión. Éstos son el Aullido del Tigre Diablo y la Danza del Dragón Asesino. Pero con la particularidad de que la secta conjuga ambas creencias, de forma que todos los miembros conjugan principios de ambos Dharmas.
La forma más estándar de jugar es simplemente tener vampiras de uno u otro Dharma, que además de seguir su camino también asuman los modos de vida del otro.
El Narrador podría optar también por fórmulas más experimentales de combinar ambos Dharmas para el mismo personaje. La vampira podría elegir ocho principios de entre ambos Dharmas. O ir asumiéndolos uno a uno conforme encuentra experiencias de iluminación.
Como siempre, la resolución está en su mano.
Los Dharmas entre los Descastados
Entre los Krahang se da prácticamente cualquier Dharma, y quizás sin el prácticamente. Eso cuando siguen alguno. Las Penanggalan no hacen nada por fiscalizar el Dharma fuera de la Flores de la Pasión, algo que enfurece a los Gui Ren más tradicionalistas del Quincux.
Los que no eligen seguirnos, a menudo siguen filosofías opuestas. Por eso las Grullas Resplandecientes y Flores de Hueso son quizás los más comunes. Las primeras suelen buscar refugio entre las Cortes Menores, o se aventuran fuera de ellas, pero siempre bajo su tutela. Las segundas más habitualmente suelen ir más por libre, de acuerdo a su naturaleza solitaria.
Dado que no fiscalizamos la espiritualidad de los ajenos a nuestra secta, las Cortes Doradas son también refugio común de los Dharmas heréticos que no son tan aceptados en otros lugares. Hay Fénix Ascendientes, y nadie se mete con ellos por absurda que sea su filosofía, y Velos Cerúleos con sus cánticos y sus cosas. Los Rostros de los Dioses son más molestos, especialmente porque montan cultos y tratan de acumular poder, algo que las Penanggalan tratan de cortar de raíz.
Y luego está la Tempestad del Foco Interior. Son lo suficientemente sosos como para no molestar a nadie. Pero sin embargo algunas sectas extremistas de estos personajes sí son peligrosas, porque pretenden directamente derribar el orden de las Penanggalan. Imagina cuál es el destino de aquéllos a quienes se descubre conspirando contra nuestras Cortes.
Cabe decir que también hay Dragones Asesinos y Tigres Diablo fuera de nuestra secta, que eligen seguir los mismos Dharmas pero por vías muy distintas.
Y, por supuesto, muchos, quizás la mitad, no han aprendido un Dharma propiamente, sobreviviendo con sus propias conclusiones, o tratando de aprender un poco de unos o de otros. Pero son como gallinas ciegas dando vueltas sin llegar a ningún sitio.
Me alegró de que sacara el tema de los Dharmas heréticos, porque estaba deseando una excusa para contarle la pequeña teoría que había estado elaborando según me contaba muchas de las cosas sobre las enseñanzas de Payung y sus seguidoras.
Le dije que el Dharma tal y como lo vivían me recordaba a los postulados sacrílegos del Rostro de los Dioses. Como ellos, las Flores Sangrientas no se lamentan por su destino, sino que se regodean en él y lo viven, cuanto menos, como una segunda oportunidad. Las Penanggalan se dedicaban a la autodivinización, haciéndose adorar por sus concubinas y cualquiera de alrededor.
Puede que incluso Piyau Payung no inventara realmente todas esas nociones tal y como cuentan sus alumnas. Quizás estudió con las autoproclamadas deidades y incorporara parte de su herejía a sus propias ideas.
A Gái Gai no le hizo ninguna gracia mi agudeza al comparar ambas doctrinas. No voy a reproducir sus palabras porque no aportaría nada erudito ni iluminado. Fue lo último que hablamos esa noche.
Los Rescoldos Brillantes
Otra noche le pregunté por otra célebre secta de las Cortes Doradas.
─ Me has hablado mucho de las Flores Sangrientas de la Pasión. Pero tengo entendido que esos son los Dragones Asesinos de las Cortes Doradas, mientras que los Tigres Diablo estarían en otra secta, los Rescoldos Brillantes. Los Rescoldos tienen una reputación incluso en mi tierra, y algunos Tigres Diablo viajan para conocer sus posturas, de forma parecida a este viaje mío.
No exactamente. Las Flores Sangrientas de la Pasión es la secta que creó la Veneradísima Piyau Payung. Tanto la Danza como el Aullido se practican aquí. Los Rescoldos Brillantes, son la segunda secta más importante, aunque a mucha distancia.
Aunque son también Tigres Diablo, su doctrina es diametralmente opuesta a la nuestra. Mientras nosotras llamamos al Pò “Yo interior” y lo fortalecemos para liberarnos y usar su poder, los Rescoldos lo denostan como “Yo inferior”, y lo someten mediante un Hun poderoso.
Sí, son Tigres Diablos bastante extraños. Entiendo que se dedican como todos sus correligionarios al estudio y contemplación del Demonio, pero lo hacen sujetándolo con las riendas de la disciplina brutal. Mientras el masoquismo habitual de los Diablos Celestiales es mucho menos practicado en las Flores Sangrientas, los Rescoldos lo llevan al extremo, usando distintas formas de autocastigo y mortificación para arrugar al Pò y hacerle retirarse con el rabo entre las piernas.
Si te digo la verdad, nunca he visto una gilipollez mayor. Cuando castigas al Pò, cuando lo golpeas, sólo te estás golpeando y castigando a ti mismo. Los Rescoldos quieren parecer temibles e implacables, muestran una imagen diabólica que a veces supera en terror a la de las propias Penanggalan (que no me oigan), pero no son más que unos cobardes que adoptan esa pose porque están asustados de sí mismos. Pero aquí cada cual es libre de practicar su gilipollez favorita.
La secta la forman Diablos Celestiales que no encajan con las Flores Sangrientas. Por ejemplo, varones que no quieren pasar por el tránsito que nosotras ofrecemos. También se unen Bajang a las que se les ha animado a practicar su Yo Interior, pero descubren que les desagrada, lo temen o les mete en problemas. Incluso alguna Langsuir desencantada. Siendo prácticas totalmente opuestas, una vampira va a caer en un lado o en otro, o en ninguno de los dos, pero no podrá creer en ambas sectas a la vez.
En su batalla interior contra el Pò, los Rescoldos Brillantes practican a menudo la Disciplina de Cultivación, y se han convertido en una referencia mundial de la misma, lo que les hace más aún de temer.
Como he dicho, los Rescoldos practican una imagen temible, de guerreros que pueden combatir a los demás con la misma furia con la que se combaten a sí mismos. No son menos violentos que las propias Penanggalan, lo que contribuye a hacer de este sitio un lugar tan peligroso. Pero sí son lo suficientemente inteligentes como para no enfrentarse a las Penanggalan. De hecho, algunos grupos de Rescoldos se ponen al servicio de una Reina, lo que les permite desatar su violencia además de tener territorio o cualquier otra compensación que reciban. Las Reinas, por su parte, encantadas de tener otro grupo de matones peligrosos a los que recurrir cuando es necesario.
Además, los Rescoldos odian a los Reyes Yama y se enfrentan a sus esbirros con tanta o más furia que nosotras, lo que es otro punto a su favor para que se les permita existir en nuestras tierras.
En lo oficial:
En el material oficial los Rescoldos Brillantes (Carbones Brillantes en la traducción oficial) es otra secta de Penanggalan. Las Flores son los Dragones asesinos, y los Rescoldos una secta equivalente, y en teoría con ideas parecidas, de Tigres Diablo.
Lo que pasa es que en el Libro de los Tigres Diablo, los Rescoldos Brillantes aparecen descritos de una forma incompatible con el resto del material. Su cultivo del Hun y subyugación del Pò no sólo les hace diferentes de la otra secta (mientras se dice que son casi iguales), sino que no cuadra con el resto del material que describe a las Penanggalan como vampiras desequilibradas al Pò. Y lo más importante: no encaja con mi reinterpretación de las Cortes Doradas.
Así que en vez de quitarlas o reescribirlas, he preferido mantener una secta de creencias diferentes viviendo en las mismas Cortes Doradas. Esta coexistencia enriquece la ambientación y da recursos a jugadores y narradores.
"Rescoldo" es una traducción que he tomado del Tailandia Nocturno de Alexander Weiss.
Akuma
─ Hablando de eso, se dice a menudo que las Cortes Doradas son un nido de Akumas, que campan a sus anchas por aquí. ¿Es simple propaganda o hay algo de cierto?
Es una cochina mentira. Nadie como nosotras nos enfrentamos a los siervos del Infierno. La Veneradísima limpió estas tierras cuando las tropas infernales casi se habían hecho con todo. Y hoy en día los Akuma y Bakemono sufren la muerte más atroz cuando caen en nuestras manos. Los esbirros del Yomi, y aún sus amos, nos temen más que a todas vuestras Cortes juntas.
El problema que hay es que no imponemos un modelo rígido social como el vuestro. Es decir, si estás en las Flores Sangrientas tienes que seguir las normas de la secta porque es tu Dharma, el que has elegido. Si no, simplemente exigimos obediencia a la Reina, pero no nos metemos en tu vida ni en tu religión.
Tampoco tenemos tiempo, por otro lado. La Penanggalan y su familia están concentradas en su propia exhaltación y progreso espiritual… y también en defenderse de las otras Penanggalan. No nos interesa ni podemos evaluar la psique y las creencias de cada idiota que pase por aquí (no te ofendas).
Entre los Descastados, un montón de Dharmas, creencias y corrientes van pasando del boca a boca. No es de extrañar que los Reyes Yama aprovechen para colocar a alguien que vaya poniendo su propaganda. Así que dentro del bullicio filosófico de los Krahang a veces surgen sectas secretas de Akuma, que pueden ir floreciendo, pero son arrancadas de raíz cuando se conoce de ellas. Y si hace falta matar a los casos dudosos, tampoco nos tiembla la mano, para proteger al resto, y a nosotras mismas.
Entre las Flores Sangrientas la corrupción es mucho más difícil. Para empezar, los Krahang tiene prohibido dirigirse a las Penanggalan, por lo que necesitarían corromper primero a una de sus Langsuir. Éstas son, de hecho, el objetivo favorito de los Akuma.
Las Penanggalan son tanto esposas y soberanas, como maestras de las Langsuir. Así que si hay una alumna corrupta, su matriarca debería darse cuenta. Las nuevas Langsuir también son evaluadas, por lo que esta protección también aplica a cualquier Akuma que pretendiera infiltrarse como concubina.
Por eso es muy difícil que una Penanggalan llegue a corromperse. “Muy difícil” no quiere decir que no haya pasado nunca, y si pasa entonces sí es un gran problema, pues la Familia de Sangre se convierte en un cáncer que puede extenderse a lo largo de nuestro territorio. Cuando esto se ha descubierto, ha habido guerras brutales que han alcanzado varios países.
Por improbable que sea, estos precedentes del pasado fomentan la paranoia que nos puede hacer recelar unas de otras. Yo trabajo para muchas Penanggalan diferentes, y el hecho de no estar segura de si tu patrona del momento está en realidad haciéndote trabajar para el Infierno, es un terror omnipresente en el fondo de mi corazón.
Pero la verdad es que mucho más común es que unas Reinas Doradas se acusen falsamente entre ellas cuando su enemistad se vuelve irreconciliable. Créeme que he vivido muchas cazas de brujas falsas.
El resto del Reino Medio
─ No voy a negar vuestro furor contra los Reyes Yama y sus demonios -admití-. Pero lo que percibo es que aplicáis la misma violencia para todo, sean Akuma, rebeldes, extranjeros o incluso entre vosotras mismas.
» ¿Cómo podéis convivir con el resto de Reino Medio? Vivís en las mismas junglas que los salvajes Hengeyokai, ¿estáis en guerra con ellos? ¿Cómo podéis combatirlos en su terreno?
Hengeyokai
No, no podríamos sobrevivir en la selva si estuviéramos siempre en guerra con ellos. Incluso cuando afilamos nuestras capacidades de combate y supervivencia, y desarrollamos nuestros grandes poderes, tenemos que escondernos del sol, y en la selva esos escondites son más precarios que en la ciudad. Ellos cuentan con sus olfatos para encontrarnos y de día estamos totalmente indefensas. Además, tienen una gran conexión con el Mundo Yang y sus espíritus, que aún son muy fuertes en lo profundo de la jungla. Es una guerra perdida.
Los hombres bestia nos odian. Son criaturas Yang que consideran la no muerte como algo antinatural. Además, tienen un curioso pensamiento colectivo, por lo que no te tratan como un individuo. No dudarán en echarte en cara no sé qué cosa que les hicieron los Wan Xian. De la misma manera, si una vez un vampiro se la jugó, prepárate para pagar por ello, aunque no le conozcas de nada.
Afortunadamente, tenemos ciertos pactos con ellos. Estos pactos sólo pudieron sellarse en tiempos de extrema necesidad, precisamente con Piyau Payung en el final de la Cuarta Era. En aquel tiempo las huestes de los Reyes Yama arrasaban por todas partes, y no sólo nosotros teníamos problemas, los Bakemono, e incluso Hengeyokai corruptos, profanaron sus territorios sagrados y Nidos Dragón.
Nada les debió disgustar más que hacer una alianza con nosotras. Pero no tenían más remedio. Por otro lado, disfrutaron mucho ayudándonos a exterminar Cortes corruptas que se habían vendido enteras al Infierno.
Todavía desde aquella época siguen vigente los pactos que nos permiten circular por las junglas sin ser atacadas. A regañadientes, o regañacolmillos. No quieren hacerlo, pero su honor les obliga. Nosotras no es que tengamos ese tipo de honor (si es que tenemos alguno), pero honramos los acuerdos por una cuestión de supervivencia de especie.
Si vas a moverte por la jungla, mejor que conozcas las reglas. No entres en sus sitios sagrados. No toques a sus familias humanas. Infórmate antes de viajar para no invadirles inadvertidamente. Y si lo haces, prepárate para disculparte y rogar, de rodillas, por tu vida.
El pacto también incluye que nosotras les ayudaremos cuando necesiten enfrentarse a los Bakemono de los Reyes Yama. Pero por orgullo sólo recurren a esto en momentos extremos, y generalmente se dirigen a la Penanggalan directamente.
Alguna vez alguna Penanggalan ambiciosa trata de robar un Nido Dragón de los hombes bestia. Rara vez sale bien. Más frecuente es que sea otra Penanggalan la que les haga creer a los cambiantes que su enemiga está yendo contra ellos, para acto seguido ofrecerles su ayuda como “compensación”.
Son juegos muy temerarios que ponen en peligro toda nuestra supervivencia. El día que se les agote la paciencia, y no tienen mucha, nos vamos a enterar.
Hsien
Mientras conseguimos la paz relativa con las Cortes de las Bestias, desgraciadamente no podemos decir lo mismo de las hadas.
Algunas vampiras andan detrás del precioso chi dorado de estas criaturas. Pero, hazme caso, sea cual sea el beneficio, no vale el coste.
Los Hsien no nos pueden desafiar físicamente. Desgraciadamente, tienen un gran repertorio de magias y trucos con los que derrotarnos de formas más sutiles. Para empezar, es muy difícil distinguirlos de los mortales corrientes, por lo que en una multitud no sabes quién es uno de estos pequeños bastardos. También son maestros de las ilusiones, y de torcer la voluntad de cualquier humano, o vampiro.
Además, esta gente es astuta y ruin, y pueden golpearte cuando crees que ya ha pasado todo. Además, entre nosotras y nuestras víctimas mortales, suelen ponerse de parte de estas últimas, así que mucho cuidado.
Mago
Tampoco tenemos mejor relación con los hechiceros mortales. En Vietnam tiene presencia la secta china de los Wu Lung, pero nos consideran aberraciones contra el orden del cielo.
Más extendida está la llamada Hermandad Akáshica, pero detestan nuestro sensualismo y violencia, en favor de su vocación ascética. Gente muy aburrida, pero peligrosa en combate y capaz de exorcizarnos.
Aparte de esos grupos, hemos tenido tratos puntuales con hechiceros libres que no están sindicados en ninguna gran organización mística. Pero son casos muy anecdóticos y con Penanggalan concretas que han tenido la habilidad de cultivar esa relación
Wraith
No entendemos la gran afición de nuestra especie con los fantasmas de los muertos. Son seres deprimentes y obcecados en la vida que ya pasó. Nuestra concentración en el cultivo del Yang nos hace descuidar el trato con la muerte, pero es la vida lo que nos interesa.
A veces, eso sí, sufrimos la cólera de nuestras víctimas o sus ancestros. En este caso lo mejor es buscar a algún nigromante hábil entre los Krahang.
Shih
La molesta secta de cazadores conocida como Shih está presente en algunas partes de nuestro territorio, pero de forma más anecdótica.
Los Shih que hay rara vez están de acuerdo con las prácticas de las Penanggalan, por lo que la cosa suele terminar en enfrentamiento. Quizás es el motivo por el que no haya tantos.
Existen algunos otros grupos de cazadores de demonios con características sobrehumanas. Sólo unos pocos cazadores han podido ser convencidos de que nuestros enemigos son más malvados y más peligrosos.
Fuerza de Ataque 0
Hay un rumor persistente y preocupante sobre los movimientos de ciertos gobiernos mortales contra nosotras. Se dice que están creando agencias secretas con el objetivo de darnos caza. Que estos grupos contarían además con la última tecnología secreta. De ser cierto, ¿quién les está ayudando? Muchos de los países del entorno no cuentan con el presupuesto ni la investigación científica para ello.
Se dice que han purgado primero a vampiros que tenían lazos con altos funcionarios del gobierno, incluso algún Mandarín de las Cortes Menores. No estoy metida en tratos con mortales, pero mi recomendación sería tener precaución y no exponerse demasiado.
Geografía de las Cortes Doradas
Ha pasado mes y medio desde que llegué a Tailandia y creo que ya he terminado con el país. Pero he decidido continuar mi periplo y visitar otros países, creo que mi viaje no será completo si no visito otros lugares, pues Gái Gai, de la que me despedí anoche, me habló de las diferencias entre distintos territorios. No, al parecer las Cortes Doradas no son iguales en todos lados. Voy a mencionar sólo los países de los que me habló.
A nivel mortal, el Sudeste Asiático es una de las regiones más interesantes del mundo ahora mismo. Habiendo sufrido colonialismo y terribles guerras en los siglos pasados, este nuevo siglo está viendo un despegue económico espectacular, más retardado, pero en cierto modo similar al de nuestro país. Las naciones de la zona se han unido en la ASEAN, una confederación de libre comercio parecido a lo que fue la Comunidad Económica Europea. La dificultad de la asociación radica en que está formada por gobiernos muy distintos: democracias, monarquías, dictaduras de distinto signo y cosas más raras. Esto se soluciona con una aproximación diplomática conservadora, lo que llaman el “estilo ASEAN”, un principio por el que ningún país de la confederación cuestiona los asuntos internos de otro.
Tailandia es el país que he estado conociendo a fondo. Aquí es donde la facción de las Progresistas es más poderosa. Creo que la bonanza económica y la rápida modernización del país, influye en que esta facción se haya hecho fuerte en las ciudades. También son más abiertas en la incorporación de hombres, que se transforman en mujeres para ingresar en las Flores Sangrientas como Langsuir.
Por contra, al sur tenemos a Malasia, donde al parecer las Tradicionalistas son más numerosas. La cultura musulmana de este país crea una sociedad diferente, que también afectan a quienes se unen más tarde a las Cortes.
Rodeada de Malasia, está la Corte del León Dorado de Singapur, una de las llamadas Cortes Menores. Es famosa incluso fuera del Sudeste Asiático como refugio de Grullas Resplandecientes, especialmente estrictas, según dicen. La Corte del León se ha fortalecido acogiendo a Penanggalan Progresistas de Malasia. Estoy deseando hablar con todos ellos para ver cómo consiguen llevarse juntos. Singapur es una democracia donde siempre gana el mismo partido, liberal en lo económico pero tremendamente moralista en las leyes sociales, pienso que quizás las Grullas tengan una influencia política fuerte.
Camboya lucha por salir de la ruina del colonialismo y el régimen de terror de los Jémeres Rojos, pero todavía es un país más pobre del que le rodean. Con la mayor parte de su territorio inutlizable por las minas, están lastrados también por la destrucción económica. Por lo visto, la facción Tradicionalista es especialmente purista aquí, y las Krasue se dedican a depredar a la población sin tratar de controlarla.
Vietnam es una sociedad donde la influencia china es todavía muy visible. En el pasado, el país perteneció a China durante largos siglos, tiempo durante el cual se mantuvieron lazos con el Quincux. Hay una cantidad notable de lo que llaman Cortes Menores, que aún mantienen lazos con los vampiros chinos. En Vietnam se practica un “socialismo de mercado”, signifique eso lo que signifique.
Por último, planeo terminar mi viaje en Filipinas, y promete ser un tiempo trepidante. Allí hay una escisión de las Flores Sangrientas de la Pasión, que se caracteriza precisamente porque dicen seguir los principios de Piyau Payung, pero los hombres pueden ser Penanggalan, o Manananggal como les llaman allí. Las Penanggalan y los Manananggal están en guerra, pero añade dos sectas cainitas diferentes a las violentas noches filipinas.
Epílogo
El viaje de Huan Guó fue emocionante y, a su manera, instructivo. Desgraciadamente, en un intento por acumular favores que le hicieran merecedor de participar en los ritos orgiásticos de las Penanggalan, acabó enredado en la guerra entre dos de ellas.
El que fue mi alumno fue destruido en una emboscada relacionada con las contiendas en las que se había involucrado. Esto demuestra que, aunque muchos Dragones Asesinos y Tigres Diablo se vean tentados a visitar las Cortes Doradas en busca de experiencias extremas que rompan su estancamiento, no dejan de ser un lugar extremadamente bárbaro y peligroso.
Afortunadamente, antes de encontrar la Muerte Definitiva Huan Guó me remitió las explicaciones de su guía por correo electrónico a uno de mis asistentes. Sirva el testimonio tanto de información básica sobre las tierras bárbaras del Sudeste Asiático como para advertir de los peligros de dichos territorios. Quien quiera visitarlos, que lo haga en consciente aceptación del riesgo.
Poderes
Generalmente me aburren las listas de poderes de los libros de clan y similares. Sin embargo, hay algunos poderes que pienso que podrían ser interesantes en el Sudeste Asiático.
La descripción será breve, por falta de tiempo y espacio.
Bailar sin la Piel
Requisito: Shintai de la Carne 2, Shintai de Jade 2
Las Penanggalan reciben su nombre de su capacidad para separar la cabeza del tronco. Esta habilidad es el legado de Piyau Payung y el orgullo de su cultura. Pero cuando la cabeza ha de moverse arrastrándose sobre sus vísceras es bastante torpe.
Para lograr toda la utilidad y mangneficiencia del poder, se necesita Shintai de Jade. Este poder es un atajo. En vez de necesitar Shintai de Jade 4 para mover los miembros telequinéticamente como cualquier objeto, las practicantes combinan ambas disciplinas y usan la conexión con el propio cuerpo para un efecto similar pero más sencillo.
Sistema: La vampira ha de activar Separar Miembro como normalmente. Después puede gastar otro punto de Chi para activar la flotación.
Los miembros se mueven a una velocidad similar a una persona, y solamente en cortos instantes pueden alcanzar una velocidad mayor (por ejemplo, para dar un puñetazo o lanzarse contra el cuello de alguien).
El valor de Fuerza a usar en maniobras que no dependan del propio miembro, como lanzar un puñetazo o tirar de alguien, es la mitad del valor en la Disciplina de Shintai de Jade (redondeando hacia arriba).
El movimiento se ve muy impedido si el brazo trata de sostener algo, aplicando una penalización de -1 por cada kilo de carga. Atacar, por tanto, usando un arma es muy complicado.
Separarse de Uno Mismo
(Shintai de Carne 2, Shintai Demonio 1)
En Filipinas se ha popularizado esta técnica como alternativa a flotar con la cabeza y las vísceras colgando. No es más discreta, pero al menos no necesita conocer el Shintai de Jade y permite usar los brazos para sujetar cosas.
En este uso de los Shintais, el torso se separa a la altura de la cintura. Para no tener que arrastrarse, unas enormes alas tipo murciélago crecen en la espalda. La cara habitualmente se distorsiona también, dándole un aspecto monstruoso y terrorífico.
Sistema: El personaje ha de gastar un punto de chi Yang y otro de Chi demoníaco. Las alas surgen durante un primer turno y la separación ha de producirse en un segundo. Como con el Shintai Demonio, se requiere una tirada para no activar la Naturaleza Sombra.
La forma típica de los Mananggal permite volar más rápidamente que con todo el cuerpo, a unos 60 Km/h (puedes permitir tiradas de Atletismo para ir más rápido). La mitad inferior queda de pie inmóvil, bastante vulnerable.
No es necesario escoger las alas como rasgo demoníaco del Shintai Demonio. Esta Disciplina, además, se puede combinar si se dispone del suficiente Chi Demoníaco para activar una después de la otra.
Cazadora Emisaria
(Shintai de Carne 2, Obligación 2, Tapiz 3)
Este truco sólo está al alcance de las Krasue más disciplinadas, pero resulta muy útil para despistar a una población que empieza a alarmarse por las actividades de la Familia de Sangre.
Este portentoso poder convierte a un mortal, o más bien su cabeza, en un muñeco
controlado por un vínculo telepático. Lo más sorprendente es que el mortal puede tomar chi, y éste es transferido a través del vínculo a la titiritera. Después el desafortunado mortal no recordará nada, pero puede encontrar manchas de sangre u otras pistas de que hizo algo por la noche. La mayoría de los mortales piensan que están sufriendo una maldición y hacen cosas que no recuerdan, no alcanzan a imaginar que están siendo poseídos por otra criatura.
No hay restricciones místicas sobre el sexo de la víctima, pero la mayoría de las Krasue eligen a mujeres. Para empezar, juegan con las creencias mortales sobre las propias Krasue para señalar a la víctima en vez de a ellas. También, si alguna vez la verdadera vampira es avistada, usar a otra mujer como cabeza de turco puede ayudar a pensar que se confundieron la primera vez.
Sistema: Para poder tomar el control de la mortal es indispensable ingeniárselas para que ésta coma “algo” de la vampira impregnada . Esto puede ser un trozo de carne (1 nivel de salud letal y un punto de chi) o sangre (2 puntos de chi). Las Krasue más dotadas pueden enviar Pelesit que se introduzcan por la boca de la mortal mientras duerme.
Cambio de sexo
(Poder alternativo de Shintai de Carne 3)
Este poder es muy relevante en las Flores Sangrientas de la Pasión para permitir que los hombres se conviertan en mujeres y puedan seguir las vías de esta religión.
Entre los Krahang que renuncian a unirse a dicha secta, el poder es aprendido por algunos vampiros que desean asumir una identidad sexual distinta, experimentar, o también por conveniencia. Muchos Juncos Huecos buscan el conocimiento de este arte para poder así asumir más efectivamente personalidades de un sexo distinto al suyo.
NOTA: el poder viene recogido en el Libro de Dharma de los Dragones Asesinos.
Compañero Inconsciente
(Poder alternativo de Obligación 2)
Hambrientos de noche y letárgicos de día, para los Kuei-jin es difícil pasar demasiado tiempo entre mortales sin delatar algo de su naturaleza. Y sin embargo, ciertas prácticas Dhármicas o el estilo de vida de muchos incluyen un contacto prolongado con la sociedad humana.
Este poder sutil condiciones las mentes de las personas cercanas para que ignoren las cosas raras que ven día a día, evitando pensamientos peligrosos. No se plantearán por qué esa persona extraña duerme durante el día, no va nunca al baño o no ha envejecido lo más mínimo en los últimos diez años.
El truco es fundamental para las Langsuir que decidan beneficiarse de la práctica del matrimonio de conveniencia. Sin ella, la esposa no tendrá más remedio que revelar su naturaleza e intimidar o sobornar a su marido. Alguna Langsuir osada ha conseguido ocultar su cuerpo masculino a su marido con este arte y muchas excusas.
Este poder es conocido en todos los confines del Reino Medio, y es especialmente apreciado por los practicantes de los Mil Susurros para asumir así identidades que normalmente requerirían de vivir durante el día (como un peluquero que solo trabaje de noche).
Sistema: Este poder funciona solamente sobre mortales y solamente si son algún tipo de allegados (amigos, amantes, criados, vecinos, clientes, etc.). El vampiro gasta un punto de Fuerza de Voluntad, y tira Hun + Subterfugio (dificultad la Fuerza de Voluntad del blanco, con un +2 si es ghoul u otra criatura sobrenatural menor). El número de éxitos determina la duración. El efecto no acaba bruscamente, sino que el blanco se irá haciendo progresivamente más suspicaz. Un vampiro atento debería ser capaz de percibirlo y darse cuenta de que es el momento de renovar el manto de ignorancia.
1 éxito: 1 noche
2 éxitos: 1 semana
3 éxitos: 1 mes
4 éxitos: 1 año
5 éxitos: 10 años
6+: toda la vida
Probóscide
(poder innato)
Esta pequeña transformación es una alternativa alimentaria a los colmillos o dientes de sierra. La lengua se alarga y se hace hueca y afilada. Clavando ese apéndice en un vaso sanguíneo, el vampiro puede beber a través de él.
Este truco es común también en Filipinas.
Sistema: La lengua probóscide se activa como los colmillos, gastando un punto de chi demoníaco. Puede atacar a su víctima desprevenida, o hacer una tirada de Pelea. Una vez insertada, puede beber al mismo ritmo que con los colmillos.
No es necesario aprender una Disciplina ni pagar experiencia para usar el poder. Simplemente observando y practicando durante un tiempo debería ser suficiente. Usa el trasfondo del personaje para considerar si podría saber hacer esto en el inicio (la mayoría de los vampiros filipinos lo conocen), o pide la compra de un pequeño Mérito (1 punto).
Pequeños siervos de carne (variantes de Shintai de la Carne 4: Pelesit)
Además del insectoide Pelesit, existen en el folklore del Sudeste Asiático otros tipos de familiares o pequeños sirvientes.
El Polong tiene la forma de una mujer en miniatura, del tamaño de un dedo. El Toyol es algo más grande, pareciendo un grotesco bebé andante.
El Narrador puede usar las reglas básicas de Pelesit para casi todas las criaturas, ajustando el mínimo o máximo de Niveles de Salud invertidos.
Hantu Raya (Shintai de la Carne 7)
La Hantu Raya, o alto fantasma, es un doble del vampiro. A través de un gran esfuerzo e inversión de Chi, la practicante puede crear a esta criatura para que le ayude en distintas tareas, especialmente gracias a su fuerza descomunal, aunque no es tan útil en combate como podría parecer.
Sistema: La vampira debe dar a luz en primer lugar a una criatura hecha realmente de su carne, sufriendo un Nivel de Salud agravado. En ese momento la Hantu Raya estará inmadura, con el aspecto de un bebé sin piel y deforme. Tendrá un único Nivel de Salud, Fuerza 1, Destreza 2 y Resistencia 3.
Para conseguir que se complete, la criatura ha de consumir una gran cantidad de chi. Cada 3 puntos le harán ganar 1 Nivel de Salud y 1 punto más de Fuerza, y aumentará su tamaño. Cuando alcance 7 Niveles de Salud, habrá tomado una forma idéntica a la de su “madre”, y una Fuerza sobrehumana (7).
La doble está dotada de una inteligencia muy básica que le permite seguir órdenes precisas y realizar tareas repetitivas. Entiende instintivamente el lenguaje de su ama, pero no puede hablarlo, en todo caso repetir frases. La vampira podría darle un billete e instruir para que pague y diga “dame un bocadillo”, pero si le preguntan “pollo o ternera” seguramente se quedará en blanco.
A pesar de su inmensa fuerza, las Hantu Raya no son demasiado buenas combatiendo. Carecen de amor propio e instinto de supervivencia, y también de una inteligencia rápida. Las tiradas de combate, como cualquier otra cosa que requiera pensamiento rápido, tienen un +2 a la dificultad.
Por esto, las Penanggalan que se han hecho su propio alto fantasma suelen usarlo para tareas pesadas y, a veces astutamente, para que le hagan de doble suyo, por ejemplo, para tener una coartada.
Rituales
No es nuestro estilo distribuir material oficial, por lo que solamente referiré que en el Libro de Dharma de los Dragones Asesinos vienen algunos Rituales importantes como “Ponerse el Collar de Calaveras” y “Bienvenida a la Penanggalan” (quizás con una traducción distinta).
Notas de diseño
Te esperaba hasta muy tarde,
ningún reproche te hacía;
lo mas que te preguntaba
era que si me querías.
Y, bajo tus besos,
en la madrugada,
sin que tu notaras la cruz de mi angustia
solía cantar.
– Y sin embargo te quiero, Rocío Jurado
La información sobre las Cortes Doradas viene diseminada por varios libros. Cuando me planteé hacer Saigón Nocturno, intenté reunir toda esa información para construir unas Penanggalan coherentes.
En los primeros libros se afirma que sólo las mujeres pueden alcanzar posiciones de respeto y autoridad, y los hombres deben someterse o ser castigados duramente. Curiosamente a continuación que son un alivio frente a las cortes sexistas del norte, cuando ni se nos dijo nunca que dichas cortes fueran machistas ni pueden ser tan objetivamente sexistas como el sistema bastado en el sexo de las Cortes Doradas.
El Libro de los Dragones Asesinos vino a ampliar y matizar la información existente, en su descripción de las Flores Sangrientas de la Pasión. La descripción es mucho mejor, pero todavía había cosas que no me cuadraban. No se puede hacer un culto a la feminidad y luego tener a casi todas viviendo de matrimonios con hombres ricos. O venerar a la mujer como dadora de vida, y a la vez asumir también la filosofía destructiva de los Tigres Diablo y fortalecer el Pò. Yo no terminaba de entender la ideología del culto.
En el mismo libro también descubrimos que el sexismo de las Cortes no discriminaba realmente a los hombres, sino que ambos sexos cambiaban de género según su estatus. Me pareció una idea interesante que un hombre pudiera entrar en el culto haciéndose mujer, pero no veía por qué motivo a las mujeres de bajo rango se les hacía actuar como hombres. No tiene un sentido en su teología, y parece que se centra el asunto en ir contra los hombres, lo cual es un error.
Esto parece recoger algunas ideas transgénero, pero si lo que se pretende es ser más abierto y menos sexista, cuando la transición y la dirección de la misma son forzadas, pierde cualquier valor.
Estuve bastante tiempo dándole vueltas a estas ideas y ver cómo cuadrarlas. La iluminación me llegó con un artículo que vi sobre mujeres excombatientes en la guerra contra los japoneses y en la guerra civil (la conocida como Guerra de Vietnam). Lo que me llamó la atención del artículo es que para más o menos la mitad de las entrevistadas la lucha por su país y su gente era el segundo motivo para tomar el fusil. El primero era no resignarse al papel que la sociedad les daba. Estaban en momentos históricos de importancia y no querían que su vida se restringiera a cuidar de su marido y fabricar hijos. Para algunas de hecho, éste era el único motivo.
Esto me dio la idea: la iluminación de Piyau Payung venía del contraste de una vida de sometimiento silencioso a una segunda de liberación y exaltación propia. Y aquí es donde los desequilibrios Yang y Pò cobrarían sentido. Y donde los hombres no podían entrar porque no podían vivir ese contraste. Pero claro, ya no podría ser un culto a la fecundidad de la mujer, ya que el papel de madre forma parte de la misión tradicional de la mujer.
A partir de esa idea, todas las piezas fueron encajando (y las que no las deseché o las cambié).
Las Cortes Doradas como metáfora feminista
Ahora que estamos hablando fuera de personaje, quiero dejar una cosa clara de mi interpretación. Las Penanggalan no son feministas. No lo eran cuando los autores oficiales lo insinuaban, y no he pretendido que lo sean en mi revisión.
Las feministas luchan por la libertad y bienestar de todas las mujeres. Las Penanggalan buscan solamente su propia liberación y bienestar. Su sororidad se extiende solamente a su harem de sirvientas. Éstas están atrapadas políticamente y, peor, a través de un vínculo emocional artificial y asimétrico, en un evidente abuso de poder.
Las vampiras de las Cortes Doradas participan en el tráfico y la explotación de mujeres cuando les aporta beneficio. Cuando el objeto de su pasión no es voluntario, lo violan. Cuando necesitan o quieren atiborrarse de sangre, no les preocupan si el cuerpo que dejan seco es el de un hombre o el de una mujer.
No he pretendido hacer de las Cortes Doradas un modelo de sociedad feminista, ni de nada. Intentar asociar movimientos sociales con grupos de monstruos siempre trae implicaciones desafortunadas (como las Lamias de V20EO, que son un grupo LGTBI que transmite la peste con su Beso). Las Penanggalan, descritas como vampiras desequilibradas y con un potente demonio interior, no son una buena base.
Otra cuestión diferente es que esta ambientación pueda contener temas feministas, y mi interpretación los toca, simplemente no hay que tomarlo al pie de la letra.
Existe un cómic muy recomendable llamado Vamps, sobre una manada de vampiras que se liberan de su sire y recorren los EEUU en moto dejando secos a todos los hombres con los que se cruzan sin el menor asomo de remordimiento. En el último número, hay cartas de las lectoras, las cuales se habían sentido compelidas y emocionadas por las aventuras de estas no muertas. En un principio me llamó la atención la identificación con unas criaturas tan crueles, pero terminé comprendiendo que no es que las lectoras aprobasen el asesinato a sangre fría, simplemente se habían sumergido en una fantasía de liberación, que incluía una liberación de las implicaciones morales, sin tener que preocuparse por más, porque al fin y al cabo todo es ficción y no hay víctimas reales.
Con esta visión sobre las Cortes Doradas intento construir una fantasía de liberación similar, que permita explorar una vida sin remordimiento ni preocupación por algo más que una misma. Es un extremo indeseable en la vida real, pero podemos sumergirnos en él sin miramientos desde la seguridad de la ficción.
Es un extremo opuesto al otro extremo también indeseable, pero que es la idealización social de la mujer como sujeto pasivo, cuyo culmen de la virtud es aguantar y sufrir en silencio. Y no sólo en las sociedades asiáticas del siglo XIX.
En el principio del siglo XXI en España, Ana Botella escribió: “La Cenicienta es un ejemplo para nuestra vida por los valores que representa. Recibe los malos tratos sin rechistar, busca consuelo en el recuerdo de su madre”. Esto es justo la actitud que quería denunciar, y no es coincidencia que la biografía relatada de Piyau Payung esté sacada en la versión malaya de este mismo cuento popular.
Hay una inmensidad de ejemplos. Una campaña de El Corte Inglés definía a las madres como un 97% de entrega, sólo un 3% de egoísmo y 0% quejas. Este monólogo de Antonia San Juan parodia esa concepción de la mujer: https://www.youtube.com/watch?v=3RHaCg_yr_g
Las Penanggalan están llenas de contradicciones. A menudo coartan la misma libertad que su secta dice promover. El Narrador puede usar estas contradicciones para subrayar el verdadero camino de la liberación.