Referido a la historia Luca Giovanni en Santa Lupita.
Como la investigación se va volviendo compleja, hemos decidido recopilar todas las pistas para que sirvan de referencia.
Este texto está escrito desde el punto de vista de la Obispo Pilgrim, y se corresponde a la información previa a la primera sesión.
Soy Haughty Pilgrim, Obispo de Santa Lupita (superficie), de la Archidiócesis de su Excelencia el Arzobispo Tascón. Mis órdenes son las de operar con absoluto secreto, por lo que no tengo ningún hermano con el que compartir información. Por ello, y por si algo me pasara y alguien tuviera que tomarlo donde yo me quedé, he decidido recopilar toda la información relevante de forma concisa y resumida.
Santa Lupita se va a la mierda, y no sé si el resto del país o del mundo le seguirá. Un supuesto Rey de los Muertos se ha despertado y reclama su soberanía sobre el resto de los fallecidos, y mucho me temo que no sólo incumbe a los fantasmas, sino también a nosotros, los vampiros.
Hace tres o cuatro semanas recibí una especie de profecía de lo que estaba por venir. No puedo desvelar mi fuente, pero él afirmó que un Ángel le reveló el presagio:
Un Rey Muerto se levantará y beberá ríos de sangre, hasta recuperar su poder y gobernar la vida y la muerte.
Puede parecer estúpido que un sabbat ignore una predicción que huele tanto a Gehenna, pero, bueno, si conocieras a mi fuente también lo considerarías los desvaríos de un drogadicto.
Pero lo bueno empezó hace una semana o así. La manada que habita el cementerio, los Desojadores, encontraron en su dominio un grupo de mortales con túnicas cantando para el regreso del Rey Eterno, consiguiendo despertar un cadáver putrefacto de dientes muy afilados. Los Desojadores combatieron bravamente contra el poderoso Antiguo, y consiguieron prenderle fuego, pero entonces los muertos comenzaron a salir de sus tumbas y formaron un ejército imparable que pusieron a los sabbat en fuga, abandonando a su líder, Juana.
Yo tuve que participar en el rescate de Juana, para lo cual tuve que evitar a los “zombies” durante horas. Aunque “zombie” puede ser una denominación engañosa porque uno de ellos me disparó con una escopeta. Misteriosamente, los muertos desaparecieron, dejando tras de sí un único mensaje:
Someteos al Rey
A partir de aquella noche todo ha sido una puta locura. Apariciones fantasmales y todo tipo de sucesos extraños se han producido por toda la ciudad, atrayendo la atención de los mortales. Los Desojadores tienen que abandonar el cementerio, puesto que una barrera mística impide la entrada de todo vampiro al interior (a excepción del Antiguo, es de suponer).
Como se puede imaginar, su Excelencia el Arzobispo no está muy contento con la situación. Por eso ha hecho lo que más odio que haga: traerse a alguien de fuera de la Secta, y, por supuesto, cargármelo a la chepa. Según Tascón, el Sabbat no tiene capacidad para lidiar con fantasmas, y este vampiro, sí, gracias a los dones de su “familia”. Yo le dejé claro, como de costumbre, que estoy en contra de trabajar con nuestros enemigos, pero el Arzobispo fue tajante e inamovible en sus órdenes. Y como veía que el Arzobispo podía estar dispuesto a “elevar” el asunto hasta la Mano Negra o la Inquisición o vaya a saber, tampoco tuve mucho más remedio que tragar y aguardar para ver qué clase de forastero me endiñaba esta vez su Excelencia.
Sólo espero que esta vez no sea como la última.